Margot tuvo 11 hermanos, nació en Chile en 1920., y desde muy pequeña, tuvo un gran interés por la aviación. Una vez llegó a tocar un avión con sus propias manos, momento desde el que supo que quería ser piloto y dedicarse a su pasión.
Con 16 años comenzó la instrucción de vuelo en Chile, y antes de incluso tener los 18, ya era piloto civil. En ese entonces acababa de estallar la Segunda Guerra Mundial, y decidió alistarse como voluntaria, engañando a sus padres para ello con el pretexto de que tenía un trabajo en Canadá.
Al fin logró volar, pero en la sección de transporte aéreo de la Royal Air Force. Durante los siguientes meses, y sin tener idea de inglés, voló cazas y bombarderos, además de otros tipos de aviones de combate, desde las fábricas hasta las bases aéreas.
Al terminar la guerra, siguió trabajando para la Fuerza Aérea francesa, y posteriormente regresó a Chile como piloto comercial. Margot continuó volando hasta los 81 años de edad, y vivió hasta los 97.
Durante toda su vida fue un símbolo de voluntad y optimismo, pues enfrentó los estándares de la época y logró lo impensable hasta entonces, pilotar, ¡incluso en una guerra! Es una chica que, sin duda, merecía pasar a la historia, y un claro ejemplo a seguir.