Raquel Cuperman es una apasionada de la lectura y la educación y, gracias a su amor por los perros y a un poco de azar, se convirtió en la directora de READ Colombia, un programa de terapia de lectura con perros. Conversamos con ella sobre cómo comenzó el programa y cómo los perros pueden ayudar a mejorar las habilidades de lectura y comunicación de los niños.
La idea surgió cuando Raquel trabajaba en un colegio y se preguntaba cómo podía hacer la lectura más divertida y accesible para los niños. Descubrió el programa R.E.A.D. (Reading Education Assistance Dogs®) en los Estados Unidos, donde los perros son utilizados como mediadores de lectura.
Después de tomar un curso de capacitación, regresó a Bogotá y comenzó a adiestrar a su perro, Puskas, para que fuera su compañero.
Aunque al principio parecía demasiado inquieto, Raquel descubrió que él era perfecto para el trabajo. “Seis años después, Puskas entiende perfectamente lo que debe hacer en cada sesión de lectura, aunque, como muchos niños, se distrae hasta con una pelusa o un ruido repentino. Pero, ¿acaso no es eso lo que le sucede a un lector incipiente?”
En estas sesiones cortas de lectura hay cuatro agentes: un libro, un perro, un niño que quiere leer y un adulto pendiente del perro. “Los libros los eligen los niños o el perro, los niños le leen al perro, el perro se acomoda muy cerca o encima de alguna parte del niño o del libro, el adulto busca que el perro esté cómodo y que los pequeños se conecten con él”.
Raquel ha encontrado que READ funciona en muchos sentidos. Ayuda a desarrollar el ritmo lector, la fluidez, la entonación, la comprensión y el vocabulario de los niños. Además, en las sesiones también se aprende sobre el bienestar animal y pueden llegar a casa a jugar de manera diferente con su animal de compañía, aprendiendo algunos comandos y juegos.
“En la infancia, jugar a leer o enseñar es muy común; todos hemos visto niños que juegan a leer a peluches, muñecas o hasta carros. Intuitivamente muchos ya han “leído” a su animal de compañía o, al menos, intentado hacerlo. También sucede de manera natural que, cuando mamá y papá leen o cuando se hace lectura familiar, el perro o gato de la casa se acomoda muy cerca, en los pies de alguno de los miembros, para ser partícipe de esa actividad. Algunos incluso comentan la lectura emitiendo pequeños ladridos, maullidos o suspiros”.
“Los procesos de READ deben ser realizados por perros adiestrados para ello y por adultos capacitados en la metodología. Sin embargo, siempre se puede leer en casa con el animal de compañía”.
Sólo hay que tener en cuenta tres cosas:
No a todos los perros, gatos, hámsters, conejos y demás animales de compañía se les puede leer; algunos no tienen temperamento para ello.
No se debe forzar a un perro a acompañar una lectura, lo mismo que no se puede forzar a un niño que no le gustan los perros a tener uno al lado mientras desempeña una tarea que le es compleja. El perro puede generar más nervios y ansiedad y dificultar la lectura.
Debe primar la lectura, no el juego. READ es una iniciativa que combina la pasión por los perros y la lectura para ayudar a los niños a desarrollar habilidades importantes de lectura y comunicación.
“Los perros te relajan, te escuchan sin juzgarte y te permiten leer a tu propio ritmo. También te sentirás más seguro y mejorarás tus habilidades sociales”.