He aquí uno de los temas más polémicos en el mundo de las mascotas: ¿perros o gatos?
Pero esta vez lo trasladamos al tema de la lectura.
¿Cuál de ellos es un mejor compañero de lectura para los niños?
Los perros son animales sociales y les encanta la compañía humana, por lo que son más propensos a sentarse y quedarse tranquilos durante tiempos más largos.
Son leales, protectores y tienen gran capacidad para leer (¡Sí, son buenos lectores!) las emociones humanas.
Por otro lado, los gatos son tranquilos y relajantes, son sensibles y afectuosos, se acomodan perfectamente en la cama y son muy curiosos y entretenidos
Pero ambos son leales, amorosos y juguetones, lo que puede hacer que la experiencia de lectura sea más emocionante y alegre para el niño.
Además, unos y otros pueden fomentar la empatía, la responsabilidad, la creatividad y la imaginación en los niños.
También pueden ayudar a mejorar su vocabulario, seguridad y aptitudes sociales.
Al final del día, la elección dependerá de cada uno y su personalidad.
¿Y tú, qué prefieres?
CUCÚ
Cada vez más las mascotas adquieren un papel relevante en los hogares de nuestro país. Gatos, perros, aves, peces y otras especies entran en nuestro entorno familiar, es decir, en nuestros corazones.
Las mascotas marcan afectivamente las memorias de nuestra infancia. Ellas son una puerta que fractura la soledad, que marca la infancia de muchos niños y niñas; asimismo, se tornan en una posibilidad de formación para ellos, pues demandan atención, cuidado y responsabilidad, lo que se torna en un aprendizaje ético que los orienta a estar al cuidado de "alguien".
Pues, no hay una relación evidente (aunque hay experiencias de lectura con mascotas para todos los públicos en diversos lugares); pero las mascotas detonan el grado cero de la lectura (por parafrasear el título de un famoso libro), ese grado cero es la oralidad.
Las mascotas nos hacen hablar, tararear, cantar, mimar y muchas acciones más y ¿no es allí donde se esconden las palabras que juegan a ser encontradas para ser escritas o leídas?
Hagamos, pues, un homenaje a los niños, las mascotas, los libros y las palabras que nos arrebatan el aliento.