Es la mayor caída de llegadas desde abril de 2010 y la causa hay que buscarla en el pinchazo en los principales nichos de turistas para España, como Reino Unido o Francia. En parte, porque los competidores del turismo de "sol y playa", como Turquía y Túnez, han recuperado fuerza. Pero también porque la ola de calor del Norte de Europa frenó las reservas de última hora.