Iniciativa Bosques para el Buen Vivir

Encuentros Nacionales

Ciudad de México octubre de 2014

Capulalpam, Oaxaca, octubre de 2019

Chetumal, Q.R., febrero de 2023 



Antecedentes

En 2015, Estudios Rurales y Asesoría, A.C. (ERA), el colectivo Guerrero es Forestal, el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada A.C. (GIRA), la Unión de Comunidades Forestales Zapoteca-Chinanteca (UZACHI), la comunidad indígena de San Francisco Cherán, la comunidad indígena de Nuevo San Juan Parangaricutiro y la Unión de Ejidos “Hermenegildo Galeana”, con el apoyo financiero de la Fundación Interamericana y de Fomento Ecológico Banamex, promovieron que líderes de ejidos, comunidades y organizaciones forestales se reunieran en cada una de las regiones forestales del país para analizar la situación que vive la silvicultura comunitaria en nuestro país y proponer líneas de acción en consecuencia.

​Emitieron un Llamado a grupos y comunidades forestales, a organizaciones de la sociedad civil y a funcionarios comprometidos. para:

1. Fomentar el uso de métodos silvícolas propios, adaptados a nuestras condiciones locales diversas, dejando que sean las organizaciones regionales las que administren los bosques, con técnicos locales especializados, mejorando la comercialización de nuestros productos e incorporando nuestros predios pequeños al manejo sostenible.

2. Fortalecer a las Empresas Forestales de Economía Social, reforzando a su capital humano. vigorizando sus estructuras de negocio, afianzando la planeación de las empresas y simplificando su situación fiscal.

3. Mejorar el diseño de las instituciones de gobierno, para que sean efectivas en jugar el papel que les corresponde: CONAFOR promoviendo el desarrollo regional forestal, SEMARNAT normando el buen manejo y PROFEPA promoviendo una cultura forestal moderna.

Para dar seguimiento a acciones concertadas de impulso al MFCS, el 23 de marzo de 2020, la IBBV firmó con autoridades de la Comisión Nacional Forestal, de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Veracruzana, una Carta de intención para lograr la concertación entre las autoridades y los propietarios de los bosques y diseñar políticas públicas integrales que garanticen la preservación de los bosques y que fomenten y fortalezcan el desarrollo forestal sustentable, encontrar esquemas que permitan simplificar la gran cantidad de trámites a los que hoy se enfrentan, que promuevan su participación activa en el manejo y protección forestal y tengan acceso a apoyos económicos que permitan fomentar la producción y autosuficiencia productiva. 

Desde entonces, las organizaciones que inicialmente emitieron el "Llamado a la Acción" y otras que se han sumado, han ido avanzando en esas tres líneas.

La Iniciativa “Bosques para el Buen Vivir” parte de la idea de que si cada comunidad en las zonas forestales se organiza para usar los recursos naturales para mejorar sus condiciones de vida, se convertirá en la guardiana más efectiva de los ecosistemas forestales. Por lo tanto, si se pone la mayor parte de las zonas forestales bajo el resguardo de organizaciones de productores, los ecosistemas forestales del país podrán perdurar para siempre.

Métodos Silvícolas

Varias de las organizaciones que participan en la Iniciativa han desarrollado sus propios enfoques silvícolas;

La Iniciativa busca difundir estas opciones que han desarrollado organizaciones de productores, técnicos y organizaciones de la sociedad civil, y contribuir a crear un ambiente institucional y económico propicio para que se desarrollen formas específicas de manejo para cada situación socio-ambiental. La diversidad de los ecosistemas de tener su correspondiente en una diversidad de enfoques de manejo y en una diversidad de formas de organización.

Participan en la Iniciativa

9 Organizaciones de la sociedad civil:

9 Organizaciones de productores:

12 Comunidades Indígenas, Ejidos y Cooperativas:

3 Organizaciones de apoyo técnico:

3 Instituciones de investigación y enseñanza:

Empresas Forestales de Economía Social

La Iniciativa convocó a jóvenes mujeres y hombres relacionados con las organizaciones que participan en la Iniciativa a participar en un programa de formación de "Gestores de Empresas Forestales de Economía Social", en el que además de adquirir habilidades de gestión de empresas, reflexionan sobre el papel de sus emprendimientos en la construcción de una Economía Social, y forman una "Comunidad de Práctica y Aprendizaje", basada en el intercambio y la colaboración.

Los Gestores de Empresas Forestales de Economía Social facilitan procesos de auto-organización en sus comunidades, identifican una oportunidad de negocio y la desarrollan hasta integrar un Plan de Negocios formal, que pueden promover ante instancias de apoyo y fomento. Además de los apoyos que los gestores pueden obtener de dichas instancias, la Iniciativa aporta apoyos no reembolsables para los procesos de organización y fortalecimiento de capacidades técnicas y pequeños préstamos para el arranque del emprendimiento.

Mediante un enfoque de formación continua, la Iniciativa busca fortalecer también las capacidades de organizaciones de pequeños productores forestales en silvicultura y administración de empresas.

Para facilitar el acceso de las Empresas Forestales de Economía Social a los mercados, la Iniciativa acaba de lanzar un espacio de ventas on-line que ha puesto a disposición de las organizaciones vinculadas: FORESTA - Solidara Merkato.

Mejora de las Instituciones que gobiernan la actividad forestal.

Actualmente, la mayor parte de los bosques están sin un plan formal de aprovechamiento. Solamente unos 6 de los 25 millones de hectáreas forestales del país, tienen un programa de manejo formal y están produciendo conforme a lo que exigen la Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable y otras 6 leyes que regulan el aprovechamiento de recursos forestales.

Esto se debe, entre otras cosas, a que el esquema normativo que se implantó en México a principios del siglo pasado, estaba diseñado para controlar a grandes empresas concesionarias o contratistas, que debían informar detalladamente al gobierno sobre los volúmenes existentes y extraídos, para poder exigirles el pago puntual y completo de las regalías e impuestos correspondientes.

Sin embargo, debido a la Revolución agrarista de 1910-1917, la propiedad de las tierras en México está repartida en 9.3 millones de predios rurales, y las empresas forestales grandes son muy pocas. Las regalías por concepto de explotación forestal, no han sido una fuente de ingresos para los gobiernos posteriores a la Revolución. En cambio, la mayor tributación que realmente percibe el gobierno, proviene del Impuesto Sobre la Renta y del Impuesto al Valor Agregado; es decir, de las actividades de las empresas y otros agentes económicos internos, no de agentes externos beneficiarios de concesiones. Existe por lo tanto una desarticulación muy seria entre el marco normativo y las potencialidades del sector forestal.

Para salvar al menos en parte la enorme brecha que existe entre el manejo informal de la mayoría de las áreas forestales y las exigencias de un esquema normativo que no obedece a la realidad del país desde hace un siglo, la Iniciativa propuso al Gobierno Federal (SEMARNAT y CONAFOR) explorar esquemas regulatorios basados en las posibilidades que ofrecen los pequeños productores. Propuso poner a prueba enfoques más abiertos, que saquen partida de la enorme capacidad adaptativa y de monitoreo que tienen los millones de propietarios rurales y los miles de empresas pequeñas y medianas que existen actualmente en las zonas forestales, y de los miles de nuevas empresas que pueden promoverse.

Con este fin, la Iniciativa formó con el Gobierno Federal una carta de intención para explorar opciones de mejora en las instituciones que regulan la actividad forestal. En el marco de esta intención, se han realizado reuniones técnicas. También se realizó una visita a campo, para conocer de primera mano la,problemática de los pequeños productores mayas en Quintana Roo. La Iniciativa ha participado en el Grupo de Trabajo que revisa la norma para la formulación de los programas de manejo forestal (NOM-152).

Las posibilidades de impulsar una economía rural articulada por las Empresas Forestales de Economía Social, es especialmente relevante ahora que las dificultades económicas generadas por la pandemia de COVID-19 parecen haber tocado fondo y ahora la prioridad nacional e internacional será la recuperación económica.

Bosques y soberanía alimentaria