ACADEMIA

Clausura del Seminario permanente política pública de género Igualdad y violencia 2022


En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre se llevó a cabo la clausura del Seminario permanente política pública de género: Igualdad y violencia 2022, coordinado por el Centro de Investigación y Estudios de Género de la Escuela Nacional de Trabajo Social (CIEGENTS), con el objetivo de proporcionar elementos teóricos, metodológicos, de análisis y reflexión sobre la política pública de igualdad y atención a la violencia género en México y la UNAM, desde la perspectiva feminista.

Desde la Red internacional de género que se ha conformado a partir de este seminario es necesario reconocer la importancia del papel de Trabajo Social desde su mirada multi, inter y transdisciplinar, desde los escenarios académicos de diagnóstico, investigación y seguimiento para incidir en la definición de política pública con perspectiva de género, orientación integral, y reconocimiento a las diversidades. “Se requieren políticas públicas que transformen la situación que padecen las mujeres, niñas y adolescentes” consideró la Mtra. Carmen Casas Ratia, Directora de la ENTS, durante la clausura del seminario.

Agregó que, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en lo que va de año, 711 mujeres han sido asesinadas por razones de género.

“Ubicar estos temas a nivel internacional, es una muestra de que las violencias no son situaciones aisladas, sino producto de un sistema patriarcal que incide en las mujeres. Es importante desarrollar la cultura de la denuncia y de la respuesta real y efectiva de las autoridades”, subrayó la Dra. Julia del Carmen Chávez Carapia, coordinadora del CIEGENTS y del seminario.

Destacó que, este tipo de espacios académicos representan una posibilidad para que las y los universitarios visualicen el movimiento feminista como un movimiento mundial que busca respuestas a las violencias cotidianas que padecen las mujeres, niñas y adolescentes.

La violencia de género cotidiana es imperceptible e invisibilizada bajo los micromachismos, actitudes de dominación, generalmente indetectables, que bajo el contexto sociocultural han sido normalizados.

De esta manera, resulta necesario hacer visibles las violencias de género que sufren las mujeres, nombrarlas y tipificarlas de manera correcta para evitar la vulneración de sus derechos y acceder al potencial de apoyos que pudieran recibir, así lo consideraron la Mtra. Paola Salinas Aguilar, miembro de la Red Europea y Latinoamericana de Escuelas Sistémicas; y la Dra. Johanna Alexandra Reyna, ambas docentes e investigadoras de la Universidad Técnica de Cotopaxi de Ecuador, durante la sesión Violencia de género en el contexto actual y post pandemia.

Al abordar el análisis de la violencia de género y las conductas micromachistas en el contexto actual, la especialista Salinas Aguilar refirió a la violencia como una manifestación cultural propia de la especie humana, aprendida y transmitida, muchas veces de forma inconsciente, de generación en generación.

Señaló que, la transmisión de saberes culturales y sociales recaen en la familia como institución que inculca a las hijas e hijos, creencias, tradiciones, costumbres que han sido transmitidos de forma sutil y adaptativa e impactan en la formación de la personalidad.

“La violencia tiene diversas manifestaciones como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, lesiones, hematomas, fracturas, muerte, daño psicológico, alteraciones en los procesos mentales del ser humano, privaciones en las diferentes esferas de la vida” dijo.

Destacó la importancia que tienen al respecto los roles asociados a cada sexo en su entorno social, que se construyen bajo el dominio del poder masculino. “Las condiciones sociales de la reproducción de la dominación se trasladan a los mandatos de género internalizados de masculinidad y feminidad”.

Explicó que, bajo estas construcciones las tareas del cuidado que son asignadas a las mujeres, ocasionan que muchas de ellas tengan que dejar sus estudios para estar al cuidado de alguien más, sea un hijo, padre, madre, lo que hace que la línea de partida respecto a los hombres no sea la misma.

Definió los micromachismos como las actitudes de dominación “suave o de baja intensidad”, formas y modos de abuso, violencia e imposición en la vida cotidiana, generalmente imperceptibles e indetectables.

Puntualizó que pueden encontrarse 8 tipos de micromachismos: manipulación, control, autoridad, dependencia emocional, desprecio, sumisión, chantaje, impulsividad, los cuales se encuentran invisibilizados debido a las construcciones sociales.


La especialista señaló que para analizar la violencia que sufren las mujeres en las relaciones de pareja heterosexual es importante considerar que los múltiples mecanismos de dominación y violencias comienzan durante el noviazgo, y se trasladan a las relaciones de pareja.

Expuso la necesidad de tomar en cuenta la evolución terminológica al hablar de la violencia que sufren las mujeres, “uno de los conceptos más utilizados en América Latina es, violencia intrafamiliar, lo que genera directamente un impacto en la invisibilización de esta violencia de género” indicó.

Advirtió que, mencionar las violencias que sufren las mujeres en relaciones de pareja heterosexual como violencia intrafamiliar, doméstica, al interior del hogar, genera una barrera para el avance del desarrollo social, y se constituye una violación de los derechos humanos de las mujeres, además tiene efectos individuales, sociales, económicos y políticos de trascendencia.

Ante la diversificación conceptual, no hay un consenso en la literatura científica, lo que genera imprecisión en términos de direccionalidad, de poder, intencionalidad, por ello una tipificación correcta de la violencia de género, evitará la vulneración de los derechos y permitirá un mayor acceso a los apoyos.

“En un informe social que construye un trabajador o trabajadora social, si menciona la violencia de género contra la pareja como violencia intrafamiliar, se convierte en un elemento que invisibiliza por completo las implicaciones de dominación, el ejercicio de poder, la desigualdad estructural y la opresión que están sufriendo las mujeres. El lenguaje produce y reproduce las realidades, las opresiones, las igualdades o desigualdades” aseguró.

Añadió que, el modelo de amor romántico, es un control masculino que se encuentra encubierto y articulado, es decir, el imaginario social, patriarcal y machista, tiene códigos específicos de interpretación de la realidad, significados otorgados a creencias y atributos.

Algunas de las características de las relaciones íntimas de pareja heterosexual como el control y poder que se convierten en estrategias de aislamiento disfrazado de amor romántico, que impacta en la escasa búsqueda de apoyo social a pesar de la brutalidad de los ataques y secuelas.

“Las características del patriarcado, machismo, opresión están normalizadas y legitimadas, minimizan la violencia, se consideran una forma normal de relacionarse en pareja, lo que representa un problema pandémico multidimensional que requiere la atención en todas las esferas” apuntó.

Violencia de género en pandemia

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual de su pareja; a nivel mundial hasta el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por su pareja; la violencia de género contra la mujer tiende a aumentar ante cualquier emergencia o crisis, y son aún más vulnerables las mujeres mayores, con discapacidad, desplazadas, refugiadas en zonas de conflicto, informó la especialista Johanna Alexandra Reyna.

Con la pandemia se redujeron las redes sociales y de protección a las que podían acceder las mujeres, ya que se limitó el contacto con amistades, familia. El agresor tuvo la oportunidad de ejercer mayor control, lo que permeó en la dificultad de acceso a apoyo social, agravando la exposición a la violencia por las medidas de confinamiento y restricciones de movilidad.

Subrayó que, se agudizó la reducción de los ingresos femeninos, la precarización, discriminación y desigualdad laboral, lo que limitó la toma de decisiones y aumentó la dependencia a los recursos del agresor.

A nivel mundial aumentaron las llamadas a líneas específicas de violencia, y se reflejó una disminución de acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva; ante el aislamiento también se visibilizó un aumento de violencia de género en el ciberespacio.

Finalmente la Dra. Johanna Alexandra Reyna, resaltó que la importancia de estos espacios radica en “convocarnos, acuerparnos y reflexionar en torno a las violencias basadas en género”.

Este seminario se realizó en el periodo del 12 de septiembre al 25 noviembre, estuvo conformado por 12 sesiones, en modalidad virtual y fue transmitido a través del canal de YouTube de la ENTS. Abordó diversos temas desde la perspectiva de Trabajo Social con identidad de género, sexualidad, empoderamiento, investigación feminista, masculinidades, violencia de género y política pública.

Contó con la participación de ponentes de la cátedra UNESCO, del Programa Universitario de Bioética, del Centro de Estudios e Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, de la Coordinación de Igualdad de Género, e investigadoras e investigadores de diversas Instituciones de Educación Superior.

Para visualizar completa la sesión de clausura visita: https://www.youtube.com/watch?v=7sNhb0w6EGE