¡FELIZ VIAJE PAZ! Espero que disfrutes mucho y lo pases en grande. Nosotros te esperaremos con los brazos abiertos.
¡TE QUEREMOS!
Ha llegado a nuestra aula un nuevo recurso, la estación de escritura, la cual nos ayudará a aprender el alfabeto de forma manipulativa y sensorial, a desarrollar la motricidad fina, a mejorar la memoria visual al asociar formas y colores y a fomentar su creatividad e independencia.
¡Les ha gustado mucho!
Aprovechando el proyecto sobre el cuerpo humano, iniciamos un taller de arte sobre pintores. Vamos a conocer a Keith Haring.
Keith Haring es el artista de los dibujos que bailan. Nació en Pensilvania (Estados Unidos) en el año 1958. Desde que era pequeño, le encantaba dibujar y los personajes de Walt Disney. Usaba muchos colores y hacía figuras muy divertidas: personas, animales y corazones que parecían moverse y bailar.
Cuando creció, Keith se mudó a Nueva York para estudiar en la escuela de arte más famosa del mundo. Allí veía muchas paredes vacías y pensó:
- “¡Qué bien quedarían mis dibujos aquí para que todos puedan verlos!”.
Así fue como empezó a pintar en las paredes del metro. La gente veía sus dibujos de colores y se sentía feliz. Sus obras eran fáciles de entender, porque hablaban de amistad, amor, alegría y paz.
A Keith le gustaba que todos pudieran disfrutar del arte, no solo en los museos. Por eso, también pintó en camisetas, carteles y murales enormes en la calle. Keith fue un artista muy especial porque usaba el arte para hacer sonreír a las personas y para decir cosas importantes, como que todos debemos querernos y cuidarnos.
Keith Haring murió joven, en 1990, pero sus dibujos siguen vivos en muchos lugares del mundo. Cada vez que ves figuras de colores que parecen bailar o abrazarse, ¡quizás estés viendo algo inspirado en Keith Haring!
¡Estrenamos un recurso nuevo! ¡Las pipetas! Este nuevo recurso les pareció muy divertido. Las pipetas ayudaron a los niños a realizar los trasvases de pintura hasta su árbol, un recurso genial para la motricidad fina.
Aprovechando esta estación, hemos querido montar una mesa de otoño con algunos de sus elementos más característicos.
Para ello realizamos una lluvia de ideas para ver qué frutos debían aparecer en nuestra mesa; después nos hicimos con ellos y por último, los niños escribieron el nombre de los frutos en nuestra mesa. ¡Lo pasamos genial con nuestra particular castañera!
Hemos recibido la visita de unos seres un tanto extraños... Las criaturas silenciosas. Son seres que vienen del planeta del silencio, tienen un oído muy fino y rápidamente les duele y se ponen malitos si escuchan mucho ruido y jaleo.
Son criaturas muy cariñosas a las que les gusta la compañía y cariño de los niños, han venido para quedarse, por ello, debemos cuidarlas y tratarlas bien.
Estos seres nos van ayudar a mantener la calma mientras trabajamos, favoreciendo la concentración y cultivando el silencio.
Aprovechando el otoño y sus maravillosos colores, estrenamos un nuevo recurso: los estampadores. Gracias a esta técnica, los niños van a plasmar un diseño (esponja con forma) en una superficie, impregnando el estampador en pintura.
Les ha fascinado este recurso cuando veían que al estampar la esponja, quedaba dibujada una forma.
Hemos utilizado los estampadores, para hacer hojas de otoño y decorar la puerta de nuestra clase. En estas fotos veréis el resultado.
Con la finalidad de decorar nuestra aula con motivos del otoño, decidimos realizar unas vidrieras para darle color a nuestras ventanas. Cada niño eligió una figura del otoño y trocitos de papel celofán fueron rellenando la figura.
Hemos creado en clase un minimundo de otoño para darle rienda suelta a nuestra imaginación y creatividad. Pero... ¿qué es un minimundo? Los minimundos son la base del juego libre desestructurado. A través de ellos, los niños dan forma a todo lo que les ronda por la cabeza: forman escenarios, recrean situaciones y reviven historias. Una manera maravillosa de convertir en algo real y tangible todo lo que tienen en la cabeza.
Para empezar, comenzamos tiñiendo arroz, esto les pareció muy divertido, ya que cada uno eligió su color favorito de otoño y comenzó a mover su bolsita de arroz. Una vez hecho esto, lo dejamos secar toda la noche y al día siguiente fuimos montando el minimundo con objetos característicos de esta estación.
A continuación os dejo fotos con todos los pasos que hicimos para crearlo:
Hoy en nuestra aula, hemos decidido crear un nuevo rincón. Este rincón busca potenciar el despertar sensorial a través de la acción y la experimentación. Se trata de una bandeja con bolitas de hidrogel (orbis) que nos van ayudar a:
La estimulación sensorial, ya que las bolas de gel brindan una experiencia táctil única. Al tocarlas, los peques pueden experimentar diferentes texturas, temperaturas y sensaciones en sus manos, lo que estimula el sentido del tacto y promueve la exploración sensorial.
Calma y relajación: Jugar con las bolas de gel puede tener un efecto calmante. La sensación fresca y suave del gel puede ayudar a aliviar el estrés, la ansiedad y la tensión.
Desarrollo motor: Ayudan a desarrollar habilidades motoras finas y coordinación mano-ojo. Pueden practicar la destreza manual al agarrar, lanzar, apretar y manipular las bolas de gel, lo que fortalece los músculos de las manos y mejora la coordinación.
Comenzamos conociendo las características de la nueva estación en la asamblea, haciendo una pequeña investigación sobre las características fundamentales de esta estación: qué tiempo hace, qué prendas de ropa usamos, cómo cambia nuestro entorno, cuáles son los animales del otoño... Descubrimos infinidad de cosas y decidimos ponernos a trabajar para sentirlo un poquito más de cerca.
Una de las actividades que realizamos fue un erizo al que le faltaban las púas. Para ponérselas, los niños debía utilizar un tenedor y elegir los colores característicos del otoño. ¡Quedaron unos erizos preciosos!