En el Instituto Julio Caro Baroja tenemos el privilegio de disfrutar de un paisaje propio, urbano y natural, en constante transformación. 

Cada año, las hojas verdes dan paso a los amarillos y rojos para desaparecer hasta la próxima primavera. Sin darnos cuenta, un árbol se seca y queda un triste resto de tronco pero, al poco tiempo, nuevos árboles y arbustos reclaman atención.

Todos ellos forman parte de nuestro patrimonio natural, un legado que se renueva desde hace más de 100 años, memoria del pasado que se remonta a 1908 con la creación de la Granja Escuela Experimental. 

Es un patrimonio sin ejemplares singulares o monumentales, pero todos juntos hacen que nuestro entorno sea un hermoso lugar de diversidad vegetal único.

Con este trabajo queremos recordar que cada una de nuestras acciones, grandes o pequeñas, repercuten en el patio-jardín, un espacio que debemos conocer, cuidar y preservar porque es garantía de la calidad de vida de las personas que lo habitamos.

Un espacio natural que cuenta con