Los participantes del Modelo actúan como diplomáticos que representan a un país asignado en una sesión simulada de un órgano (comité) de las Naciones Unidas. Deben investigar sobre su país y desempeñar el rol de diplomáticos para tratar de encontrar soluciones a los problemas relevantes que lo aquejan. 

A través de discursos públicos, debates, lobby y negociaciones, se unen para crear documentos con sus ideas políticas llamados “proyectos de resolución”. Una vez que los borradores están listos, son discutidos y votados por el comisión. 

Un delegado exitoso es aquel que puede presentar una idea de su discurso de apertura y lograr que se incluya en el proyecto de resolución aprobado por la mayoría.