Examen Ignaciano

El examen ignaciano en 5 pasos

0 Cuida los previos para entrar en este momento. Para ello, empieza frenando el ritmo de tu actividad. Siéntate en un lugar tranquilo relájate escuchando tu propia respiración o algo de música tranquila, acalla tus pensamientos y haz silencio interior.

1 Comienza agradeciendo. Al releer el día no empieces por la queja, ni culpabilizándote u organizando el futuro. Cae en la cuenta de 2 0 3 momentos que te deje el día como regalos. Deja que surjan espontáneamente alguna situación, persona, conversación, deseo que ha emergido... Saborea y agradece eso que has recibido.

2 Pide luz porque vas a pasar al momento del discernimiento. Muchas veces tenemos las "gafas" desenfocadas para ver qué es lo que de verdad importa, para ser lucidos con lo que nos ayuda y lo que no. Distinguir esto último es lo que se llama discernir, por eso pedimos luz a dios para no engañarnos.

3 Repasa el día, el tramo de tiempo que quieras revisar, detente donde veas que lo vivido ha dejado único especial en tu corazón. No todos nos resuena del mismo modo, la vida no es plana, siempre hay momentos de distinta “densidad“. Deja que tu atención repare en algunos de ellos, pregúntate cómo te han hecho sentir, y mira a donde apuntan esos sentimientos:

  • ¿Te llevan a tener más confianza, más fe (en ti, en los que te rodean, en tu trabajo, en Dios)?

  • ¿A vivir con más esperanza lo que vives, lo que llevas entre las manos?

  • ¿A amar más saliendo de tus propios intereses, buscando más el bien de los demás?.

Si la respuesta es positiva, saborea estas vivencias, si es negativa no las alimentes, toma distancia para no dejarte llevar por ellas.

4 Pide perdón si al repasar el día sientes que has hecho daño que has evitado o huido de algo importante, o arrastras alguna culpabilidad que te pesa. Deja que dios te mire en estos momentos, deja que Él “eleve” tu mirada para encontrarte con su rostro más misericordioso. Siente su cercanía, y deja que esta te abra a la esperanza.

5 Mira al futuro desde esa esperanza. En cara el día de mañana, no para ver simplemente que tienes que hacer, sino como quieres vivir eso que va a suceder. Pídele ayuda a dios para afrontar los retos, los tuyos, los de los que tienes cerca y los de los que tienes y de los que más necesitan de tu oración en este mundo.