El docente es piedra angular del proceso educativo, gracias a su importante labor que se cristalizan las políticas educativas, por ello cobra mayor relevancia evaluar su desempeño.
Todas las actividades que realiza el profesor contribuyen a enriquecer el proceso educativo, por lo que la evaluación de su desempeño debe ser un proceso objetivo, equitativo, sistemático, permanente y transparente, sustentado en las evidencias de las actividades realizadas y en las competencias referidas en el perfil del docente.
Por medio de la evaluación de los profesores, es posible detectar áreas de oportunidad e identificar elementos que permitan planear acciones que contribuyan a la mejora continua del desempeño docente.
La evaluación docente como instrumento de orientación y apoyo para la Educación Superior Tecnológica persigue los siguientes objetivos:
• Guiar y apoyar el desempeño del profesor en sus actividades académicas.
• Motivar el mejoramiento continuo del profesor con el propósito de ofrecer un servicio educativo de mayor calidad.
• Apoyar la toma de decisiones respecto a la conformación de:
Planes de carrera para el profesor.
Programas de formación docente y profesional.
Programas destinados a lograr la satisfacción de los estándares académicos nacionales e internacionales.
Considerando que este proceso está referido a un criterio, el cual se establece con anterioridad a la aplicación de los instrumentos de medición, a partir de un parámetro o un mínimo deseable con respecto al objeto evaluado, la definición de instrumentos parte del perfil del docente.
El cuestionario, en su forma preliminar, está configurado por 10 dimensiones correspondiendo las primeras 9 a las competencias docentes y una dimensión adicional para la evaluación del grado de satisfacción general que el estudiante manifiesta sobre el docente. A continuación, se muestra la distribución del número de enunciados por dimensión.