La Fantasía Nº 8 en mi menor de Georg Philipp Telemann forma parte de la colección Doce Fantasías para flauta sola, publicada en Hamburgo entre 1732 y 1733 por iniciativa del propio compositor, quien asumió los costes de edición. Escritas originalmente para flauta, aunque adoptadas más tarde por otros instrumentos monódicos como el oboe, estas obras estaban dirigidas tanto a intérpretes profesionales como a aficionados cultos, en un contexto donde la música doméstica gozaba de gran popularidad. Telamann en sus Fantasías alterna el estilo francés con el italiano, hace uso de la libertad compositiva en cuanto a estructura y utiliza recursos para dar sensación de polifonía: como los saltos de octava o la escritura de dos líneas melódicas escritas de manera casi simultánea en la que destaca un bajo y una línea superior.
El Cuarteto para oboe y cuerdas en Fa mayor de Wolfgang Amadeus Mozart fue compuesto en 1781 durante su estancia en Múnich, ciudad a la que viajó con motivo del estreno de su ópera Idomeneo. En este contexto, aprovechó para escribir música de cámara, entre la cual destaca esta obra escrita para el virtuoso oboísta Friedrich Ramm. La pieza explora las posibilidades expresivas y técnicas del oboe, especialmente en su registro agudo, poco visto en esos momentos. Mozart exhibió su genio compositivo en un formato novedoso donde el oboe actúa casi como un
solista frente al acompañamiento del trío de cuerdas, rompiendo con el equilibrio habitual del cuarteto clásico.
La Fantaisie Pastorale para oboe y piano de Eugène Bozza es una obra compuesta en 1939, muy apreciada en el repertorio del siglo XX. Bozza utiliza una escritura idiomática y fluida para el oboe. Esta pieza se encuadra dentro del estilo neoclásico francés, caracterizado por su elegancia melódica, claridad formal y refinamiento técnico. A lo largo de la obra se alternan secciones expresivas, con pasajes más virtuosos y rápidos, que exigen control del aire, articulación precisa y dominio del registro agudo.