Siempre fui un niño alegre, dulce, atrevido, muy activo y bastante rebelde.
Mi abuela sufría una enfermedad muy incomprendida, esquizofrenia, y estas circunstancias hicieron que yo creciera en un ambiente diferente. Pero a la vez, y gracias a esas adversidades, aprendí a comprender cosas que no lograba entender, y a cuestionarme muchas cosas sobre el ser humano, la felicidad y el misterio de las relaciones. Y de la vida.
Reflexiono sobre ello y me emociono. Y es que los seres humanos no necesitamos entender las cosas y saber los porqués para comprender a las personas. Yo amaba a mi abuela, la comprendía y la aceptaba, aunque no entendiera su enfermedad.
A los 14 años, era un adolescente rebelde y con cero ganas de estudiar. Suspendía y sólo pensaba en salir con los amigos, en desobedecer y en hacer lo que quería. Fue entonces cuando mi madre, una mujer altamente optimista al que admiro con locura, me matriculó en el colegio José Aquilino duran de la ciudad de Cúcuta Aquel viaje cambió mi rumbo, allí encontré La Paz que no tenía en mi hogar y, como por arte de magia, me dediqué a estudiar.
Mi estancia en Cúcuta fue mágica, descubrí una parte de mí muy independiente, libre y transparente, me enamoré, me sentí muy querido y me encariñe de otra ciudad y de personas increíbles que me enseñaron muchísimo. Mi rebeldía se esfumó.
Al volver a Ocaña lloré como nunca. Un pedacito de mi corazón estaría siempre en la ciudad de Cúcuta
De nuevo en mi ciudad natal, me matriculé en el colegio municipal maría concepción Loperena, para hacer mi bachillerato y me sentía enormemente feliz e ilusionado.
Esperando terminar mis estudios, yo estaba con mi familia en casa Al cabo de un año tuve la oportunidad de probar algo diferente. Me ofrecieron un empleo en una empresa de amarres para trabajar con mi hermano, una oportunidad apasionante para mí, donde trabajaría la mitad de horas y cobraría el doble. No me lo pensé.
Ya entonces descubrí lo mucho que me gustaba experimentar, los cambios, lo nuevo y los retos. También tomé conciencia de mi gran amor y empatía por las personas.
Durante todos estos años y hasta la fecha, también he trabajado con mi hermano en la empresa , Fue todo un aprendizaje. Emprendí un negocio de productos de amarres , Actualmente, también estudio una técnica con el Sena ( logística empresarial).
A mi trabajo le he puesto muchísima pasión. Una pasión que me ha hecho disfrutar al máximo de todo y de todos. Quizás no eran los «trabajos soñados», pero todo es inmensamente más fácil cuando le pones ganas, entusiasmo y amor a las cosas.
Han pasado otros 2 años casi sin darme cuenta. Unos años en los que no ha faltado felicidad, enfermedad, valentía, amor, rupturas, realidad, alegrías, penas, cambios, pérdidas, aprendizajes y decisiones, Por cuestiones de la pandemia del covid 19.
Hace 2 años, por la pandemia del covid 19 nos tocó estudiar virtual. La pregunta ¿Cómo y dónde te ves dentro de cinco años?» hizo un clic en mi interior. Conecté con mi propósito de vida: graduarme, salir adelante, y ser uno de los mejores empresarios salí de mi zona cómoda y me lancé al vacío. Toda una aventura en lo profesional.
Gracias al enorme apoyo de mi madre me dedique a formarme como bachiller para más adelante ser uno de los mejores empresarios todo esto también se lo debo gracias a los buenos profesores que e tenido tanto en primaria como en secundaria y al empeño y paciencia que ellos tuvieron conmigo.