Mi historia

LA IRA, Y EL PODER IRREFUTABLE DE SU GRANDEZA.

La mayor parte de mi vida he estado viviendo en las sombras, nunca me ha interesado nada, la sociedad tampoco es mi estilo de vida, algunos se han cuestionado y han reprochado mi modo de ser, a menudo dicen que soy una persona fría, sin sociabilidad ni carisma, como si me importara todo eso, nunca he estado interesado en una vida llena de hipocresía y mucho menos en incluirme en una sociedad donde las personas son superficiales y de doble cara. Por eso dejo que cada cual viva su vida a su manera sin entrometerme en ninguna de sus vidas, considero que todos tenemos un lado oscuro que lo tenemos como un arma de defensa o como barrera de protección en este mundo depredador, donde si te descuidas te tragan sin piedad. Yo tampoco soy excepción, he aprendido a sobrevivir, solo que de tanto tratar de ser normal, mi oscuridad se ha apoderado de la la mayor parte de mi vida, y lo que en mi memoria eran miedos ahora esa oscuridad se ha encargado de convertir todos esos miedos en ira, un sentimiento de fuego que ahora recorre por mis venas y se ha convertido en mi modo de supervivencia.

La  ira, considerada como uno de los principales regentes de la mala conducta o como los profesionales la catalogan: “ un transtorno mental” corroborando esta información encontramos personajes famosos en la historia que no fueron capaces de controlar el gran poder de la ira, y la ira por supuesto los consumió al punto de morir como títeres de esta gran fuente de poder que si no se sabe utilizar puede causar estragos catastróficos, asi que aunque para muchos la ira fue  lo que los llevo a su propia destrucción, para mí la ira se ha convertido en mi sitio o guarida personal, la que me acobija y llena mi cuerpo de adrenalina, por esto considero a la ira como una fuerza de sangre que fluye en mi cuerpo, y aunque en algunas ocasiones, cuando no estoy en mis estribos la ira trata de dominarme, rápidamente recobro el sentido y la guardo para mí mismo.

Llevo años tratando de negociar con ella, ya que este sentimiento es muy fuerte, y me preocupa que en algún momento de crisis, ella salga de mi guarida personal y se apodere totalmente de mí, convirtiéndome en el títere perfecto para sus maquiavélicos planes, llevándome a un punto sin retorno, donde por más que quiera escapar, ella se aproveche de mí y me hunda aún más, por eso trato al máximo de controlarme, cuando la ira trata de aprovecharse de mí, yo doy un paso más largo, la combino con mi fuerza de voluntad y la convierto en una motivación usándola como fuente de adrenalina en muchos deportes y actividades que puedan canalizar toda esta cantidad de energía.

Cuando yo era pequeño, no tenía el control de la ira, y esta se aprovechaba constantemente de mí, estaba feliz de mis malas conductas, ya que a menudo peleaba con las personas de mi alrededor, sentía que ninguno era un rival digno para mí, y me metía constantemente en problemas, ya que  habían ocasiones en que me encontraba con personas que al igual que yo, eran manejados por la ira, al llegar a casa mis padres se preocupaban por el estado en que llegaba, al otro día iban a hablar con la profesora a cargo, pero al hablar con ella, mis padres salían de la sala de profesores con mas decepción, que la que tenían cuando llegaban para hablar con ella. Me acuerdo que hubo un día en que me pelee tan fuerte con un compañero que tuvieron que llamar a mis padres para tratar de llegar a un acuerdo, y asi tratar de controlarme, pero al ver que mi comportamiento se estaba saliendo de sus manos, me llevaron a casa, me pegaron y me castigaron durante el resto del día.

En mi niñez tuve muchos problemas de conducta, en casa por ejemplo a menudo peleaba con una de mis hermanas, nos peleábamos con tanta fuerza, que mi abuela no podía separarnos, mi madre que trabajaba en un taller de costura llegaba al medio día para almorzar y relajarse de sus estresantes horas de trabajo, ya que debía ingresar nuevamente al trabajo a las 2:00 de la tarde, al llegar mi madre nos encontraba con aruños y  golpes fuertes en nuestros cuerpos, mi nona que nos cuidaba en casa, le colocaba las interminables quejas, mi madre estresada nos regañaba y nos castigaba, pero para mí esos regaños fueron en vano. En el colegio ya tenía cansadas a las profesoras, asi que mi madre como una solución a esta situación decidió llevarme con ella para el trabajo, asi fue que cada día al llegar del colegio almorzaba y me iba con mi madre despues del medio día para el taller de costura donde ella trabajaba, allí le ayudaba en su trabajo diariamente.

A medida que el tiempo pasaba todo en mi iba cambiando; mi voz, mi tamaño ya no era el mismo, ahora entraba a una nueva etapa llena de experiencias nuevas, esta etapa era la adolescencia. Con la llegada de esta nueva etapa a mi vida cambiaron muchas cosas. Ya no volví a tener problemas ya que aprendí a controlar la ira, o bueno eso creía. Estando en la secundaria pase por muchas cosas, una de ellas fue el bullyng. Durante casi todos mis años de estudios he sufrido de bullyng, a causa de esto me llene de ira y odio hacia todos, en ese momento pensaba que ninguna de esas personas que me hacían bullyng merecían mi perdón, creí que tenía todo bajo control, pero un día mientras desayunaba en el salón de clases llegaron unos compañeros a molestarme, y tumbaron mi desayuno, y eso no fue todo ya que me empezaron a pegar, y esto hizo que la ira se volviera a apoderar de mí, metiéndome en un problema catastrófico, ya que los compañeros que me molestaron en ese momento resultaron en el hospital ya que los herí gravemente, y a causa de esto casi me expulsaron del colegio, y me colocaron un acta de disciplina. Despues de ese momento descubrí el poder caótico que me daba la ira, y decidí guardar ese poder en lo más profundo de mi. Tuve que aprender nuevamente a controlar la ira. Ya han pasado 5 años desde lo transcurrido aquel día, y hay veces que ese episodio vuelve a mi mente, haciéndome recordar todas esas palabras que me dijeron despues de lo sucedido, ya que me tildaron de monstruo, y todas esas palabras hicieron que me adentrara en la oscuridad y en la soledad, convirtiéndome en una persona fría, sin carisma, sin un sentido en la vida. He tenido momentos en los que siento que la ira se va a apoderar nuevamente de mí, pero la he sabido controlar, aunque ha sido un proceso muy difícil. Esto ha sido muy difícil de relatar, ya que es un secreto que he guardado durante mucho tiempo dentro de mí. Actualmente trabajo arduamente para que aquel episodio no se vuelva a repetir nuevamente, pero sé que en algún momento ya sea tarde o temprano la ira se volverá a desatar y apoderarse de mi como lo hizo aquel día.