Los fundadores de este antiguo colegio fueron Diego Fernández de vallejo y su esposa Nicolasa Gallo Alcántara, Diego se mudó de la Rioja a Madrid en busca de nuevas oportunidades, y como fue de esperar triunfó invirtiendo en Bolsa, en el comercio y en la banca. En 1864 la Reina Isabel II le dio su título de marqués de Vallejo, convirtiéndose en uno de los propietarios más poderosos de España en aquella época.
Tras la muerte de su primera esposa y la de sus hijos, el marqués de Vallejo se involucró más en las asociaciones y en ayudar a la gente más especial, centrándose en niños huérfanos y sin estudios.
Casi toda su fortuna fue empleada en los distintos orfanatos que fundó junto a su esposa, el amor que tenían el marqués y su esposa hacía estos pobres niños desamparados no tenía límites, acogieron con todo lo que tenían a estos niños, que lo único que les ofrecían era llenar estos vacíos patios y pasillos de eterna alegría y felicidad.
Asilo de niñas huérfanas
El marqués murió en el año 1902, y años después en el 13 de noviembre de 1906, su casa de Madrid (el actual Colegio G.Nicoli) fue donada para acoger niñas huérfanas, en un principio el colegio tuvo espacio para más de 200 camas, pero luego gracias a la ayuda de las hijas de la caridad se mejoró toda la atención.
Gracias a esta iniciativa de crear este orfanato se ha generado el colegio que conocemos hoy en día, del cual si el marqués y su esposa vieran, se sentirían orgullosos de su creación.
El cuartel
Durante la guerra civil española, el colegio fue tomado por el bando republicanos; y utilizaron el edificio y las instalaciones como cuartel durante la esta guerra. No hay mucha información sobre el colegio que esté relacionada con esta etapa, lo único que se conoce es que se usaron ciertas estancias como calabozo y como salas para sacar información mediante tortura.