Desde el principio de los tiempos, se libra una guerra que ha causado millones de bajas. Es una guerra invisible, silenciosa.

Nuestra investigación versa sobre la guerra entre las bacterias con las que hemos convivido y con las nuevas variantes.

¿Qué conocemos sobre las bacterias?

Son los seres unicelulares más antiguos y más pequeños que consideramos vivos, que se pueden encontrar en todas partes.

En el S. XIX eran de los seres más letales, cualquier corte o infección podía matarte, hasta que Alexander Fleming descubrió la primera arma que pudo combatirlas, LA PENICILINA, un moho que cambió el rumbo de la guerra. Durante dos siglos hemos podido mantenerlas a raya y nos ha llevado a perderles el miedo.

Con el paso del tiempo, el uso desmedido de esta arma ha provocado la evolución de esos pequeños pero letales monstruos que han aprendido a convivir con ella, cambiando las tornas a la guerra.

Se han convertido en SUPERBACTERIAS que se han adaptado o han creado una inmunidad ante los antibióticos. Esta inmunidad se propaga cada vez más rápido y a más bacterias. Pero no está todo perdido, investigaciones actuales hablan sobre un pequeño aliado, los fagos, un virus que puede ayudar en la lucha contra las bacterias.

Queremos profundizar a través de nuestro trabajo en los fagos y en la importante labor que podrían realizar en nuestra salud y en esta guerra.