Ada Lovelace

1815-1851

Inteligente, ambiciosa, apasionada, curiosa, seductora, controvertida… Son solo algunos de los adjetivos que pueden ayudarnos a intuir cómo fue Ada Lovelace durante su corta, y, aun así, prolífica vida.

Con la inteligencia, la terquedad y la imaginación necesarias para brillar en las matemáticas, rompió con el papel que se esperaba de la mujer en la sociedad británica del siglo XIX.

Considerada la primera programadora de la historia, sus anotaciones sobre la máquina de Babbage avanzaban ideas modernas sobre programación e incluía el sistema de tarjetas perforadas que sería el que se utilizaría para programar los primeros ordenadores a mediados del siglo XX.