CON PACIENCIA Y ÁNIMO LOGRAMOS NUESTROS OBJETIVOS
Cuenta la historia de Tamara, una niña sorda que quiere convertirse en bailarina. A pesar de su incapacidad, la pasión por la danza corre por sus venas y aunque no pueda escuchar la música, la siente, sin que esto sea un impedimento para perseguir su sueño. Se trata de un verdadero ejemplo de superación personal y de que, al final, todo esfuerzo tiene su recompensa.
La superación no llega con el tiempo, el simple deseo o con la automotivación, requiere acciones inmediatas, planeación, esfuerzo y trabajo continuo.
Nuestra vida está llena de oportunidades, saber aprovecharlas y obtener los frutos deseados constituyen el centro de nuestras aspiraciones. Y siempre considerando (aunque sea remar contra corriente) que la verdadera superación no tiene cantidad sino calidad.
La superación es el valor que motiva a la persona a perfeccionarse a sí misma, en lo humano, espiritual, profesional y económico, venciendo los obstáculos y dificultades que se presenten.
Aunque los recursos económicos y materiales sean necesarios, no debemos enfocar la superación a la acumulación de los mismos, como una manera fácil de medir un progreso. Existen otros aspectos fundamentales y prioritarios que toda persona debe atender.