Es una de las metodologías activas más populares en el entorno educativo gracias a su utilidad para incentivar en el alumnado la capacidad de afinar al máximo habilidades como el pensamiento independiente, la capacidad comunicativa, la escucha activa, la empatía, la metacognición y la recopilación de datos a través de los sentidos.
En el aprendizaje basado en el pensamiento se trabaja con herramientas como las:
Rutinas de pensamiento
Destrezas de pensamiento