Era un día nevado en Inglaterra, concretamente en la ciudad de Doncaster. La pequeña Alma como de costumbre, esa mañana salió a la juguetería, pero en el escaparate vio algo que le llamó la atención: era una pequeña muñeca con un gran parecido a ella, rubia de ojos verdes y un conjunto igual al que la niña vestía.

Alma quería esa muñeca y llena de curiosidad fue a abrir la puerta para llegar hasta dicho juguete. No lo consiguió y se rindió al primer intento. Al ella marcharse, la puerta mágicamente se abrió y la curiosa niña entró rápidamente.

El ambiente de la tienda era muy raro, muy tétrico; lo primero que vio al llegar fue esa extraña muñeca. Alma al ir a cogerla se dio cuenta de que ya no estaba en la mesa de madera , se había movido de lugar, ahora estaba en una estantería muy alta para la pequeña niña. Se subió sobre todo lo que pudo, juguetes, mesas y sillas, hasta llegar al muñeco que tanto quería, y finalmente lo consiguió, pero lo que ella no sabía es que a causa de esa acción, ahora su alma era prisionera de la bonita y extraña muñeca.