Licenciados en Educación Primaria de la ENOI

Fecha de publicación: 08-nov-2012 20:27:42

Por Ezequiel Soto Martínez.

La formación del maestro debe ser para todos los gobiernos una de las más altas prioridades. En México, desde la época prehispánica hasta hoy, existen acciones acordes con los procesos sociales del momento. Martha Eugenia Curiel Méndez escribió en la Historia de la Educación Pública que "un país que aspira al desarrollo y progreso no puede descuidar la formación de profesores. A pesar de su importancia la concepción y sistematización moderna en lo referente a la formación de profesores en nuestro país es relativamente reciente. Durante la época colonial no existieron intentos serios tendientes a lograrlo; la educación, que se dirigía mayoritariamente a los sectores acomodados, era atendida por clérigos, pero una vez que empezaron a aumentar los estratos sociales medios con poder adquisitivo y empezaron a despertarse el el anhelo por la instrucción, aparecieron los maestros particulares no religiosos, que intentaron satisfacer dicha demanda".

El mundo novohispano se vio en la necesidad de reglamentar este servicio, por lo que en el año de 1600, Gaspar Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey, expidió la Ordenanza de los maestros del nobilísimo arte de leer, escribir y contar.

Este documento puede considerarse como una de las primaras disposiciones sobre educación elemental en nuestro país, en él se precisan los requisitos para ser docente: El que hubiese ser maestro, no ha de ser ni negro, ni mulato, ni indio; y siendo español ha de dar información de vida y costumbres y de ser cristiano viejo. Los maestros han de saber: leer romances en libros y cartas, misiva y procesos; y escribir las formas de letras siguientes: redondillo grande, mediano y chico; bastardillo grande, mediano y chico.

Han de saber también las cinco reglas de cuenta guarisma que son: sumar, restar, multiplicar, medio partir y partir por entero; y además, sumar cuenta castellana". Finalmente, se otorgaba autorización oficial a quienes comprobaban competencia, mediante su examen. Como se puede observar, los conocimientos requeridos se limitaban a leer, escribir, y efectuar las operaciones fundamentales. La formación de profesores se convertirá en una necesidad social en el siglo XIX, una vez consumada (supuestamente) la independencia.

Todo quedó igual, excepto que el país atravesaba por una crisis económica nunca antes vivida. La iniciativa privada fundó en febrero de 1822 la Compañía Lancasteriana, misma que atendió la educación elemental y la formación de maestros al establecer la Normal Lancasteriana en 1823. Pero los Intentos sistemáticos y formales de la educación normal se iniciaron con los avances pedagógicos de la Escuela Modelo de Orizaba fundada por Enrique Laubscher.

Años después se le encomendó a Ignacio Manuel Altamirano la elaboración de un proyecto para la fundación de la Escuela Normal para Profesores la cual se inauguró el 24 de febrero de 1887.

En nuestro Estado, los antecedentes históricos de la Escuela Normal Estatal de Guanajuato se remontan al año de 1827 cuando el primer Gobernador Constitucional, licenciado Carlos Montes de Oca, por decreto número 21 ordena: "la primera escuela de esta capital será Normal para aprender el Sistema Lancasteriano".

La Escuela Normal Oficial de Irapuato se creó a iniciativa de la maestra Juana Hidalgo Gómez en 1951 y, la primer generación de egresados de Licenciatura en Educación Primaria, a raíz de la reforma de 1984, fueron los siguientes alumnos: Robles Sánchez José Antonio, Sánchez Santoyo Nicolás, Becerra Baeza Ma. Luisa, Borja Macías, Ma. de los Ángeles, Coria Martínez Elvira Violeta, Gama Martínez Elvira Violeta, González Varela Graciela, Pérez Calleja Ma. Guadalupe, Rendón Gómez Ana Rosa, Sánchez NAvarrete Elvira y Serrano Torres Ma. Rosalinda.