PROYECTO "SOMOS GUÍAS"
PLAZA HIPÓLITO BITRIÁN:
En origen, el espacio que ocupa parte del instituto y la plaza anexa fue una antigua balsa de agua potable ( "balsa de arriba").
En 1965, se inicia en estos terrenos la construcción del nuevo Instituto de Enseñanzas Medias o Colegio Libre Adoptado, ampliando la oferta educativa de los más jóvenes. La plaza del mismo adoptará el nombre de Hipolito Bitrián, profesor durante tres décadas en nuestra localidad e impulsor de la reforestación de la Sierra de San Quílez.
CALLE MONZÓN Y TÉRMINO MUNICIPAL DE BINÉFAR:
El término municipal de Binéfar acaba muy cerca del instituto. Cuenta la leyenda que esta delimitación fue fruto de una competición entre una mujer de Binéfar y otra de Monzón. Al tener que delimitar el término del municipio decidieron que una mujer de cada pueblo empezaría a andar desde cada localidad en línea recta y en el punto donde se encontraran, ese sería el término municipal de cada pueblo. La mujer de Monzón empezó desde la ermita de La Alegría y la mujer de Binéfar desde el extremo opuesto de Binéfar. A la mujer de Binéfar le gustaba mucho beber, así que empezó a andar y cuando llegó a la cruz de término (plaza de la iglesia) como había bebido mucho el día anterior y durante el poco tiempo de caminata también había echado algún trago, decidió pararse a echar una cabezadita. Cuando se volvió a despertar, se dio cuenta de que había pasado más tiempo de lo esperado, así que empezó a correr, pero al llegar cerca del instituto, se encontró con la mujer de Monzón, así que esa fue la delimitación del término municipal.
PEPE BELTRÁN:
José Beltrán Boíl, profesor de instituto en nuestra localidad y escultor, fue el autor, entre otras, de dos esculturas que forman parte de nuestro paisaje urbano: "El alfiler” de la Plaza Hipólito Bitrián, en honor a su madre costurera y la reconstrucción de la Cruz de término, sita en la Plaza Padre Llanas.
MIGUEL FLETA:
La calle Miguel Fleta está dedicada a uno de los mejores tenores de todos los tiempos.
De cantar jotas en el bar de sus padres pasó a ser aclamado en teatros de 50 países, a triunfar en escenarios tan emblemáticos como la Scala de Milán, el Teatro Real de Madrid o el Metropolitan de Nueva York.
Casado dos veces y padre de cinco hijos; fue tan popular que dio nombre a camisas, zapatos, un sombrero y hasta a helados dejando más de un centenar de grabaciones con sus interpretaciones. A pesar de todo ello se arruinó, se quedó sin voz y murió enfermo a los 40 años.