Con todo nuestro cariño

5 de noviembre.- Éste es el post más difícil de todos. Nos viene a la mente, mientras fluyen estas líneas, el estribillo: "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va". Al mismo tiempo, sabemos que las despedidas pueden ser tiernas y evocadoras, y así queremos que sea la nuestra.

Llevamos casi dos años y más de 400 post escritos −todo un mundo de emociones y sensaciones-. Ha sido un lujo y un privilegio vivir vuestras inquietudes, encuentros, desencuentros, críticas, alabanzas... vislumbrar la onda de nuestras palabras y sentir el eco de vuestras aportaciones. Esperamos haber sabido transmitir el cariño y el respeto que hemos sentido −al margen de las diferencias−. El sexo es multifacético y las opiniones que genera son variadas, por eso es importante respetar, comprender y aceptar las diferencias −ésa ha sido la actitud que hemos intentado transmitir en este blog−.

No podemos despedirnos sin agradecer a elmundo.es el habernos brindado la oportunidad de vivir esta experiencia. Cuando nos propusieron esta sección, planteamos nuestras dudas, nos parecía muy difícil tener un post diario. Afortunadamente éstos surgen fundamentalmente de la vida misma, de nuestro trabajo como sexólogos clínicos. Hemos diseccionado el término "sexo" por activa y por pasiva: erotismo, educación sexual, farmacología sexual, vida en pareja, problemas sexuales, historia de la sexología, curiosidades, sexo y cultura, métodos anticonceptivos, abusos sexuales, infecciones de transmisión sexual... Todos los temas que podríamos encontrar en un congreso de sexología han servido de inspiración para nutrir este espacio.

Nuestro emparejamiento con Ricardo Fumanal ha dado sus frutos, proporcionando vida y color a nuestros escritos. Nos gusta mucho su estilo y esperábamos con interés sus dibujos ingeniosos y provocadores. Ahora, en el momento de la despida sentimos no haber tenido la oportunidad de conocernos personalmente. Ha sido un placer disfrutar su arte.

Lo mejor, sin duda, de este blog han sido vuestras aportaciones. Hemos seguido con fruición vuestros comentarios y disfrutado de vuestro ingenio. Incluso −por qué no decirlo− habéis, intencionada o accidentalmente, despertado el deseo y la excitación sexual con vuestras francas y directas explicaciones. Vivir en esta comunidad virtual es un placer al que nos cuesta mucho renunciar. Sin embargo, creemos que hay que conocer los límites y no queremos que esta maravillosa experiencia se convierta en una tarea repetitiva y en una pesada carga. Como siempre hemos dicho, hay que saber amar y hay que saber decir adiós. Nosotros hemos tenido un maravilloso idilio que evocaremos como algo precioso en nuestro panorama de vida.

Nosotros seguiremos, como siempre en el Instituto Espill, en las tareas de cada día: terapia sexual, psicoterapia, educación sexual, así como participando en talleres, cursos, congresos… Hasta siempre, con la nostalgia de vuestro recuerdo y con el deseo de volver a encontrarnos.

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Erotismo y pornografía: ¿una cuestión objetiva o subjetiva?

29 de octubre.- En ocasiones nos encontramos con personas que argumentan que les gusta el erotismo pero no la pornografía. Sin embargo, en los debates que se realizan para discutir esta cuestión y conseguir diferenciarlos, es muy difícil llegar a un consenso y a una conclusión inequívoca. Aunque a veces las apariencias engañan y, en algunos casos, existen bases para el consenso.

Interesados por este tema, en 1991, en el Instituto Espill realizamos una investigación, que llevaba el título de este post y que presentamos en el Congreso Mundial de Sexología de Amsterdam. Con este trabajo quisimos constatar hasta que punto existían coincidencias en la valoración de textos en función del grado de pornografía.

Para diseñar el estudio se tomó en cuenta el trabajo de Eysenck "Usos y abusos de la pornografía". Alianza Editorial (1979). Según este autor, la consideración del nivel de pornografía de un material escrito, depende de una serie de elementos objetivos del texto: adjetivos, sustantivos, situación descrita, etc. Siguiendo los criterios de clasificación de Eysenck analizamos fragmentos de tres obras: Las experiencias de un joven Don Juan de Guillaume Apolliner (catalogado como nivel 1: Levemente pornográfico), Sexus de Henri Miller (nivel 2: Pornográfico no obsceno) y La historia de mi vida, anónimo (nivel 3: Pornográfico obsceno).

Estos textos fueron valorados por 216 estudiantes universitarios, 112 mujeres y 104 varones. Los resultados fueron rotundos; existía coincidencia entre la valoración de textos, según los criterios de Eysenck y la valoración que hicieron los estudiantes. Además, no se dieron diferencias entre la valoración de hombres y mujeres. Lo que apunta a que sí que existe un consenso en la consideración del grado valoración de la pornografía en textos escritos por este grupo de población y por los patrones señalados por este autor.

Ciertamente el consenso tiene mucho que ver con factores culturales. El grupo que nosotros analizamos era muy homogéneo y esto contribuyó a que su juicio sobre el grado de pornografía fuera parecido. Pero está claro que si ampliamos el círculo las diferencias aumentan. De hecho, las autoridades de distintos países no se ponen de acuerdo en la valoración de películas, que en algunos lugares son censuradas por ser consideradas pornográficas y catalogadas como 'filme X', mientras que en otros, las mismas películas, reciben la aprobación bajo la categoría de 'erótica'.

Si replicáramos el estudio entre la gente que conoces, ¿crees que habría acuerdo en lo que consideran pornográfico? ¿A qué crees que se deba esta dificultad para decidir si una película es erótica o pornográfica? ¿Tienes clara esa diferencia? ¿En tu opinión, qué distingue el erotismo del porno? Según tus criterios ¿qué ejemplos podrías dar de películas de un tipo o de otro?