Curiosidades científicas

1.- ¿Por qué a las incógnitas les asignamos la letra "x"?

Omar Jayam, matemático, astrónomo y poeta persa, del siglo XI, investigó las ecuaciones y a él se debe el que la incógnita de las mismas se llame x: Jayam la llamaba shay ("cosa" o "algo", en árabe). El término pasó a xay en castellano, y de ahí quedó sólo la inicial x

2.-Rutherford dijo que la ciencia es solamente física y el resto coleccionismo de sellos. Irónicamente acabó ganando el Nobel de química.

3.-El físico danés Niels Bohr recibió el premio Nobel de física en 1922 por sus trabajos sobre la estructura atómica y la mecánica cuántica. Muy admirado por sus paisanos daneses, recibió un buen regalo de parte de la cervecera Carlsberg: una casa en Copenhague, conectada directamente por una tubería a la fábrica de cerveza, por lo que Bohr podía disfrutar de cerveza de barril gratis cuando quisiera.

4.-  El apellido Bohr era tan conocido en los ambientes universitarios de Copenhague en relación con la Ciencia como con el fútbol.

El joven Niels defendió durante algún tiempo la portería de los Académicos. Cuenta una historia que el motivo por el que dejó el equipo fue que, habiendo sido preguntado sobre por qué había dejado colarse un balón sencillo a priori, se vio obligado a contestar que estaba obsesionado por un problema y que se había ausentado mentalmente del partido.Pero si Niels Bohr disfrutó un tiempo del fútbol como hobby, para su hermano pronto se convirtió en una pasión. Algo más joven, Harald era considerado desde su infancia el más brillante de los dos, y aunque no llegó a los extremos de excelencia científica de su hermano, sus contribuciones en el campo del Análisis Matemático (especialmente la compactificación que lleva su nombre y la teoría de funciones casi periódicas) le proporcionan un lugar de honor entre los matemáticos preeminentes de su época. Pero en la Universidad era un auténtico loco del fútbol, y pronto se convirtió en una de las estrellas del equipo. Sus prestaciones como defensa pronto le llevaron a la selección nacional, con la que consiguió la medalla de plata en las Olimpiadas de Londres de 1908, y de la cual se recuerda especialmente la tremebunda goleada infligida a Francia: diecisiete goles se llevaron les bleus.

Convertido en poco menos que un héroe nacional, no es extraño que cuando Harald defendió su tesis dos años después, la sala se encontrase atestada de aficionados al fútbol que no entendían ni jota de Matemáticas, pero que jalearon el cum laude concedido a su ídolo como si del más espectacular gol se tratase. Uno de los actos académicos más peculiares de la Historia.

5.-Perseguido por los nazis, el físico danés Niels Bohr, antes de abandonar su país natal, disolvió en agua regia (una mezcla de ácido nítrico y clorhídrico) las medallas de oro concedidas con el Premio Nobel que le habían confiado sus colegas Max von Laue y James Franck. Escondió la botella con el metal fundido en un anaquel de su laboratorio de Copenhague y, al acabar la guerra, Bohr mandó el oro a la Academia Sueca y allí volvieron a refundir las medallas de los físicos.

6.- La curiosa y  escatológica historia del antimonio (Jordi Pereira Martí)

Hoy sabemos que la exposición al antimonio a corto plazo puede provocar todo tipo de efectos molestos (como dolores de cabeza y abdominales, cólicos, úlceras bucales y mareos) y que el panorama no mejora cuanto más tiempo se pasa en su presencia porque llega a producir enfermedades crónicas del corazón, los pulmones o del tracto intestinal. El problema es que muchos de estos efectos nocivos no se cuantificaron hasta hace relativamente poco y, mientras tanto, la humanidad ha estado utilizando el antimonio para hacer lo que hoy en día se consideran auténticas barbaridades.

Por ejemplo, parece que los egipcios fueron los primeros en utilizar este elemento en su día a día. En su caso molían estibina, un mineral que se forma por la combinación de antimonio con azufre en el interior de depósitos hidrotermales, para producir un pigmento negro que utilizaban para delinear el contorno de sus ojos.

Aplicarse antimonio en la cara con frecuencia no es una idea especialmente buena, pero la práctica se volvía aún más peligrosa cuando se sustituía la estibina por galena, un mineral más abundante y económico, de color parecido, pero basado en el plomo.

Más allá de la cosmética, existe un efecto nocivo del antimonio al que la gente tenía un cariño especial en la antigüedad: sus propiedades eméticas. O su facilidad para hacerte vomitar, que es lo mismo.

Las llamadas copas antimoniales eran muy populares en la antigua Roma. Conociendo su nombre en latín, calices vomitorii, es fácil deducir que se trataba de unas copas hechas de antimonio que te hacían vomitar al beber de ellas. El mecanismo era sencillo: se vertía vino en su interior y se dejaba reposar durante un día para que el ácido tartárico de la bebida reaccionara con el antimonio de las paredes de la copa, produciendo antimonio tartarizado que se disolvía en el líquido y terminaba en el estómago de quién lo ingiriera, haciendo que todo lo que había consumido volviera a salir por donde había entrado. “Gracias” a estas copas, los romanos eran capaces de dar rienda suelta a su gula en los banquetes sin miedo a reventar: cuando estaban tan llenos que no podían comer más, daban un trago a sus copas de antimonio y hacían sitio para más comida. La costumbre podría haber tenido sus riesgos porque, al parecer, el efecto emético de una sola copa podría haber provocado hasta tres muertes durante el siglo XVII en Inglaterra.

Pero existían otras maneras de purgarse con antimonio que eran más… Pintorescas.

Las pastillas de antimonio tenían un efecto parecido al de las copas antimoniales pero, en este caso, se ingería una bola hecha de antimonio que recorría el tracto intestinal, provocando los efectos deseados. La cantidad de antimonio que se disolvía y absorbía durante este proceso era minúscula, así que la pastilla salía prácticamente intacta por el otro extremo del sistema digestivo. De hecho, la masa de metal se desgastaba tan lentamente que los miembros de una misma familia solían utilizar la misma pastilla durante toda su vida e incluso la pasaban a la siguiente generación. Si os estáis preguntando cómo funciona este proceso, os dejo con las palabras de una guía médica americana de 1907: “La bala se excretaba, se recuperaba de entre las heces y se usaba una y otra vez”.

No suena muy higiénico, pero el antimonio era bastante popular como un remedio para el malestar intestinal. De hecho, se cree que la exposición crónica a este elemento podría haber contribuido a la muerte de Napoleón, ya que sus médicos se lo administraban a menudo en forma de enemas para aliviar las náuseas y vómitos que padecía con frecuencia.

En cualquier caso, parece que la humanidad ha aprendido la lección y, hoy en día, su ingestión ya no se encuentra entre sus aplicaciones más populares.

En la actualidad, este elemento se utiliza principalmente en la forma de trióxido de antimonio como retardante de las llamas y, aunque el plomo se utiliza cada vez menos debido a su toxicidad, se ha mezclado con antimonio durante mucho tiempo para aumentar su dureza. Pero, más importante aún, con la llegada de los circuitos integrados y la demanda de materiales semiconductores, el antimonio ha encontrado un nuevo nicho como elemento dopante en los microchips y procesadores que llevan nuestros dispositivos electrónicos, permitiendo que leáis este pequeño fragmento sobre su curiosa historia.

Al final, de una manera u otra, ya sea en el interior de nuestros cuerpos o en el de nuestros ordenadores, el antimonio nos ha acompañado de una manera u otra a lo largo de la historia. Como dice Sam Kean en su libro de historia de la química, La cuchara menguante, “el antimonio tiene la historia más colorida de la tabla periódica”.

7.-Para fundir antes la nieve, bajando su punto de fusión (disminución crioscópica) se puede ver cómo echan sal en las carreteras, pero este producto quizás no sea el más conveniente ya que saliniza la tierra y hace que los animales salvajes acudan a comerla provocando accidentes. Otra sustancia utilizada con el mismo fin y que no tiene esos efectos es el  acetato de calcio y magnesio, que es el producto que se usa actualmente en los países nórdicos.

8.-Todos atribuímos a Lavoisier la ley de la conservación de la masa, pero el ruso Mijail Lomonosov llegó a la misma ley unos 40 años antes.

9.- Curiosa interpretación del cambio climático de algunos  cristianos negacionistas de dicho cambio: "Vivimos en una época de mucho pecado, el infierno está bajo la tierra y hay muchas almas quemándose, lo que provoca la subida de las temperaturas"

10.-Los arrendajos se bañan en hormigas para desparasitarse, ya que estas producen ácido fórmico (Formis en latín significa hormiga)

11.- ¿Por qué los profes de Física somos tan pesados con las unidades? La primera sonda Voyager chocó con Marte porque alguien se olvidó de pasar las unidades del sistema imperial al métrico.

12.- Bayes, que era reverendo,  desarrolló su famoso teorema  (muy estudiado en probabilidad)  para intentar demostrar la existencia de Dios

13.- Sabiduría rural: Los hombres de campo y la presión.

 Estando en mi pueblo, escuché una conversación entre dos paisanos hablando de una bomba de agua:

"Aguantaba 8 atmósferas, metió una arroba y a tomar..... (se estropeó)"

Ellos lo entendían perfectamente, yo tuve que hacer cálculos para comprenderlo.

14.- El Museo de Louvre dispone de un acelerador de partículas para determinar la autenticidad de las obras de arte.

15.-Leon Theremin (1896-1993) se formó en música, física y astronomía. Este conocimiento le llevó a inventar en 1919, el que se considera el primer instrumento electrónico que se comercializó en el mundo: el theremin, se trata del único instrumento musical controlado completamente sin contacto físico directo.