HÁBITOS MALAYOS
Cada malayo es responsable de sí mismo, adoptando precauciones y procurando su autocuidado.
La cita enviada por correo electrónico entrega todas las instrucciones que deberá atenderse para la caminata y la sola asistencia obliga a respetarlas.
Todo malayo deberá respetar el horario definido tanto para llegar al punto de encuentro como la hora a la cual deberá comenzar a descender a todo evento.
El malayo deberá disponer de calzado apropiado, es decir, zapato de trekking de caña alta.
Todo malayo deberá portar su radio programada y cargada en cada expedición.
El listado de implementación completo detallado en la invitación es obligatorio.
Conocer la ruta de la caminata enviada por correo electrónico es responsabilidad de cada asistente.
Antes de iniciar una caminata, todo malayo deberá anotarse en la lista de asistentes y borrarse al regresar.
La obligación de todo malayo es ayudar a quien tenga dificultades y, si es necesario, regresar acompañando a quien lo requiera.
Las instrucciones de seguridad que entregan los con más experiencia de la expedición no son cuestionables y deberán ser respetadas.
Si alguien no puede continuar la caminata deberá asegurarse de avisar su abandono o bien esperar el regreso del grupo para descender en conjunto.
Los malayos no discriminarán de ninguna forma a nadie y hacerlo es condición de expulsión inmediata.
Hacer grupo aparte y no atender las instrucciones de los más experimentados, se considerará un acto desleal y atentatorio a la seguridad del grupo.
El malayo de corazón ama la montaña y recogerá su basura y la que encuentre, llevándola de regreso a la ciudad.
El malayo que sabe disfrutar, frecuentemente llevará algún alimento rico para compartir con sus compañeros.
- Texto preparado nuestro malayo Mauricio Avaria -