CENTRO DE HISTORIA DE TULUÁ


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La fundación de nuestro Centro de Historia de Tuluá se remonta al año 1.984 cuando, liderados por Aura Florez de Grajales, fueron citados ciudadanos de nuestro municipio para crear una entidad que permitiera investigar, preservar y divulgar la memoria histórica de la ciudad. Desde nuestros inicios hemos apoyado procesos de ciudad que permitan rescatar nuestra historia e igualmente, hemos tenido presencia en foros, conferencias, conmemoraciones y eventos durante 34 años de existencia, los cuales nos han permitido posicionarnos como la entidad consultiva de preferencia por parte de los ciudadanos y entidades de nuestro municipio en cuanto a asuntos históricos se refiere.

También hemos integrado un grupo de profesionales locales, regionales y nacionales quienes nos han permitido conocer nuestra historia a través de sus investigaciones siendo estas publicadas en nuestros boletines periódicamente.

EVENTOS RECIENTES

Actividades 2018

¡Llegamos a nuestra V versión!

V Simposio

"Tuluá y el Centro del Valle una historia por contar"

Evento organizado por el Centro de Historia de Tuluá en el auditorio de la Cámara de Comercio de Tuluá el 22 noviembre 2018.

Nueva Junta Directiva

2018 - 2020

EL CENTRO DE HISTORIA DE TULUÁ ELIGIÓ SU NUEVA JUNTA DIRECTIVA.

Para un período de dos años fue elegida durante la Asamblea Ordinaria realizada el 5 de abril, la nueva junta Directiva del Centro de Historia de Tuluá la cual quedó conformada de la siguiente manera:

Presidente, el odontólogo Efraín Marmolejo Varela. Vicepresidente, el comunicador social-periodista Fabio Hernán Gómez Potes. Secretaria, la Gestora Cultural Yolanda Quintero Alzate. Tesorero, el abogado Nélson Viscay y en Relaciones Públicas, la historiadora Maryluz Sarmiento Ordoñez.

Grandes retos asume esta junta directiva como lo es la consolidación de un museo para Tuluá y su vinculación a los actos de conmemoración del Bicentenario de la Independencia de nuestro país, entre otros proyectos.

I Encuentro de Academias y Centros de Historia del

suroccidente colombiano

Nov 29 de 2018.

En el marco del V Simposio. "Tuluá y le centro del Valle: una historia por contar" todas las academias y centros de historia del suroccidente colombiano, integrados por los departamentos de Valle del Cauca, Cauca y Nariño entregaron informe de las actividades que se van a realizar en 2019 en la conmemoración del Bicentenario de nuestra independencia.

Estuvieron presentes las Academias de Historia de Nariño, Cauca, Caloto, Valle del Cauca, Palmira y Buga y los Centros de Historia de Florida, Cartago y Tuluá. Igualmente asistieron al encuentro el Centro de estudios regionales del Valle – Univalle y Asociación de Genealogistas del Antiguo Cauca Gencauca.

BALANCE GESTIÓN DE PRESIDENCIA

2014-2016

Con balance exitoso nuestra presidente periodo 2014-2016, Dra. Maryluz Sarmiento Ordoñez, entrega su cargo a la Dra. Yolanda Quintero Alzate.

Actividades 2017

Conversatorio 110 años del corregimiento "La Moralia" a cargo de Hugo Bolívar Hinojosa y Efrain Marmolejo con el apoyo del Rector de la IE de la Moralia, Oswaldo Castro y el profesor Rodríguez.

Nueva Junta Directiva CHT

2016-2018

Palmira, Buga y Tuluá en 1935

Video restaurado por Patrimonio Fílmico Colombiano.

Muestra fotográfica Tuluá Ayer y Hoy

Institución Educativa Juan María Céspedes - Tuluá

Octubre 2017

PRIMERA PIEDRA DEL MONUMENTO A LOS HÉROES VALLECAUCANOS PIONEROS Y ÚLTIMOS COMBATIENTES DE LA GESTA LIBERTADORA DE COLOMBIA

Fecha conmemorativa 1 de febrero de 1811: formación de Ciudades Amigas o Confederadas del Valle del Cauca.

Buga, febrero 1 de 2015

En el acto, estuvieron presentes el Sr. Gobernador, Alcalde de Buga y Ciudades Confederadas y los Presidentes de la Academia de Historia del Valle y Buga.

Conferencia

"Importancia de la Historia" IE. Juan María Céspedes

Por: Jaime Arenas Barón, Jose Edier Gómez y Mary Sarmiento Ordoñez (miembros del CHT)

Octubre 2017

El CHT asisitió a este importante evento y conmemoración de nuestra historia vallecaucana.

9 de abril: El Bogotazo

(1948-2018)

POEMA "PALMA DE LA PLAZA DE BOYACÁ"

Por: José Edier Gómez Espinal

Miembro del CHT

El Centro de Historia de Tuluá conmemora hoy 9 de abril de 2018 los 70 años del suceso "El Bogotazo" con dos artículos alusivos a esta importante fecha histórica de nuestro país: "Jorge Eliécer Gaitán, 70 Años" por: Hugo Bolívar Hinojosa y "Un viernes 9 de abril "escrito por Carlos Ochoa Martínez, ambos historiadores y miembros de nuestra institución.

Jorge Eliécer Gaitán - Club Colonial Tuluá

JORGE ELICER GAITAN, 70 AÑOS

Por: Hugo Bolívar Hinojosa

Miembro Centro de Historia de Tuluá

Jorge Eliecer Gaitán Ayala, el líder del pueblo colombiano, es el más auténtico e incorruptible producto de su época y de su pueblo. Su vida, su obra, su lucha y su sacrificio se desenvuelven en consonancia con el dramático proceso histórico de Colombia. Naturalmente Gaitán imprime el sello de su vigorosa personalidad de combatiente a ese proceso revolucionario situado en la primera mitad del siglo XX en nuestro país: Es futo y semilla simultáneamente.

La autenticidad histórica de Gaitán, se comprueba no solo por la continuidad revolucionaria de su pensamiento, por su trayectoria infatigable de luchador social, por su carácter insobornable en defensa de los humildes, por haber expresado los más profundos anhelos de su pueblo, sino principalmente porque sus tesis sustantivas mantienen plena vigencia nacional después de su asesinato en 1.9148. El próximo lunes 9 de abril, se cumplen 70 años de tan repudiable crimen. La razón de su permanencia se expresa en cuanto a todos los problemas que planteó y agitó, se mantienen sin solución.El pueblo sigue huérfano, víctima de la violencia social de los de arriba, sometido a la explotación oligárquica, convertido en vasallo colonial, sin tierra, sin vivienda digna, sin fuentes de trabajo y sin merecimiento de respeto.

La presencia histórica de Gaitán, tiene su papel fundamental en el proceso revolucionario del pueblo colombiano y cuando se inició no existía el llamado “castro-chavismo”. No se trata de un culto artificial por su nombre sino una profunda y sincera admiración por el hombre, y una irrevocable devoción y lealtad a sus ideas.

Conferencia

"Enrique Uribe White

universal"

Por: José Edier Gómez.

Cuando hablamos de Gaitán, no nos limitamos únicamente a su recia personalidad humana sino que vamos hacia algo más hondo y esencial: a la comprensión de su pensamiento, de sus ideas, de sus tesis sociales básicas. Es aquí, en el estudio y comprensión del pensamiento gaitanista donde podemos hallar la grandeza del líder y la ejemplar dimensión de su lucha apostólica. Esta es su obra perenne y en ella radica la grandeza de su permanencia en la historia y en el pueblo. Gaitán, en los 70 años de tu asesinato, te pedimos que nos ayudes a recobrar la moralidad para los orientadores de la nación colombiana.

El Tabloide, Sábado 7 de abril de 2018.

UN VIERNES 9 DE ABRIL

Por: Carlos Ochoa Martínez

Miembro del Centro de Historia de Tuluá

Eran las 11.30 de la mañana de ese viernes cuando sonó la campana que nos indicaba que la primera jornada del día había terminado. Todos los estudiantes del Colegio Salesiano San Juan Bosco, salíamos al mismo tiempo por la que se convertía, todos los días a esa misma hora, en una angosta puerta. Esa misma puerta sigue siendo todavía, la misma puerta que no hace mucho cumplió 80 años, los mismos de la llegada de la Comunidad Salesiana a Tuluá.

Presurosos, con nuestros maletines, unos a las espaldas, otros a la mano, corríamos con destino a nuestras casas para almorzar rápido y tener luego unos momentos para jugar antes de iniciar la segunda jornada del día, la cual empezaba a la 1.30. ¡Qué tiempos aquellos! Éramos incansables.

Como de costumbre, en nuestro hogar el almuerzo no se servía si faltaba alguno de los cuatro miembros de la familia, salvo que previamente se supiera que alguno no estaba, y que cuando ello sucedía, era mi padre quien por razones de sus negocios llegaría tarde. 12.30 y estábamos almorzando todos, dentro de la común armonía de esos sagrados momentos. Una vez terminado el almuerzo, mi padre entró a sus habitaciones a reposar un poco, cuando unos fuertes golpes en la puerta principal llamaron la atención de todos, quienes corrimos presurosos a atender el urgente llamado. Mi madre llegó primero a la puerta y al abrirla con angustia, de cuerpo entero, allí parado, vimos enmarcado a Julio Domínguez, empleado y amigo de mi padre desde pequeño, quien pálido y tembloroso, apenas logró balbucear: “don Luis Carlos, acaban de matar a Gaitán”. Esta noticia, partía en dos ese viernes, partía en dos la historia de nuestras vidas, porque nuestras vidas, la vida de Tuluá, y la vida de la nación entera, bien diferente sería a partir de este momento.

La primera orden de mi padre: “los niños no van por la tarde al colegio”. Y, esa fue una orden general en todos los hogares de Tuluá con niños estudiantes. Corrimos a encender el viejo radio de tubos Phillips para oír las noticias. Estas, no podían ser peores. Radio Pacífico de Cali, llamaba a la cordura a toda la población de la Capital Vallecaucana y de todos los municipios del Departamento. Los empleados que mi padre tenía en el taller de carpintería fueron despachados a sus casas para proteger a sus respectivas familias y poder controlar mejor la situación al interior de nuestro hogar. Tres camiones que mi padre poseía ordenó guardarlos en prevención por cualquier problema de orden público, que era previsible se presentara.

Vivía nuestra familia en la calle 31 entre carreras 26 y 27, en la misma casa que mi padre había comprado a mi abuelo Andrés Alberto Martínez, casa grande de corredores amplios que guardaba la misma distribución de la que fue la vieja casa de mi bisabuelo Florentino, aquella casa en que nacieron mi abuelo Andrés y su hermano Guillermo Eduardo, el escritor y autor de la primera Monografía de Tuluá, aquella que ya cumplió 100 años, y en la que también nacieron mi madre Ana Julia y su hermano Guillermo, el poeta, el escritor e historiador fallecido en Cali en 1960.

Frente a nuestra casa vivían las negras Montenegro, y en seguida, hacia la Carrera 26, vivía don Santiago Vélez y Martica Cruz, padres de Adolfo, Santiago, Estellita y Bernardo. En la misma dirección vivía don Jesús María Viana, ibaguereño, con su familia. También hacia la Carrera 26, después de nuestra casa y por el mismo andén, vivía César Martínez Delgado, cartagueño, con su esposa y sus niños, a la sazón Alcalde de la ciudad. Nuestra calle, pues, era una calle en donde vivían personas conocidas y queridas en Tuluá. Todos, unos y otros, estábamos pendientes de lo que pudiera pasar en la calle y de las noticias de la radio. La radio trasmitía aterradoras noticias de lo que sucedía en Bogotá, y en Tuluá, empezaban ya a transitar los automotores a grandes velocidades por las carreras 26 y 27, Como a las 3.00 de la tarde, comenzaron a oírse grupos de gente que más bien parecían trabajadores del campo por su indumentaria, gritando abajos y arribas con machetes en alto. Tenían aspecto de corteros de caña que hubieran llegado a Tuluá traídos quien sabe por quien y con qué fines. La gente que iba pasando por el frente de nuestras casas decía que esos grupos venían de la Plaza de Mercado y de la Chichería, y que la situación en el centro de la ciudad era muy angustiosa y peligrosa. Que había mucha gente armada.

La situación era bien desesperada, y las familias todas se mantenían guardadas en sus casas asomándose a duras penas a las ventanas, y con mucha precaución, escasamente a las puertas de las mismas. La noticia que corría por toda la ciudad de que la tropa había entrado a la ciudad daba cierta tranquilidad, aunque ello no estaba totalmente confirmado. De pronto, al tiempo que la gritería aumentaba por las diferentes vías de la ciudad, alguien tocó con desespero y a gritos pedía que no se fuera a tomar agua porque esta había sido envenenada. Ante ello, mi padre con Julio Domínguez fueron a la parte trasera del taller de muebles y salieron con unos viejos costales, y el uno fue corriendo a la tienda esquinera de la carrera 26 de don Ambrosio González, “el marqués”, y el otro a la otra tienda, también esquinera de la carrera 27 de Mario Lozano, y les compraron casi toda la existencia que cada una tenía de gaseosas. Aprovisionados entonces de líquido, mi hermana y yo empezamos a consumir sin medida hasta que nuestros padres se dieron cuenta de ello, y por supuesto, tomaron las medidas para controlar nuestros juveniles antojos y desmanes. Así las cosas, bien poco era lo que había por hacer. Solamente esperar, seguir las oraciones que mi madre y Clementina, la muchacha que se envejeció acompañándonos, hacían por ratos, oír la radio con las alarmantes noticias que se transmitían desde Bogotá, no producían otro efecto diferente al de exacerbar los ánimos y envenenar el ambiente. El periodista Rómulo Guzmán, de ingrata recordación, desde los micrófonos de su noticiero “Últimas Noticias”, llamaba al pueblo a la revolución y le incitaba a lanzarse a la calle y vengar el vil asesinato de su líder, asaltando y robando almacenes y especialmente ferreterías y atacando los cuarteles para hacerse a todo tipo de armas para sacrificar una multitud inocente que intentaba llegar a sus hogares. Oír la radio colmaba de pánico a todos quienes la oían. Mi padre, dentro el nerviosismo natural, lo apagaba y a ratos volvía nuevamente a encenderlo. Puedo decir, que nunca había visto a mi padre fumar de la manera como lo hizo en aquella interminable tarde. Por supuesto, ya se conocía por Radio Tuluá que por momentos emitía informaciones sobre las medidas tomadas por el gobierno municipal, y las del gobierno nacional cuando entraba en cadena, dando a conocer que se había decretado la ley seca y el Estado de Sitio en todo el territorio nacional. La confusión era inmensa y más cuando se conoció que la Radiodifusora Nacional se la había tomado la muchedumbre anárquica y orientada por el periodista Guzmán.

Al terminar la tarde, corrió la noticia de la llegada de la tropa a Tuluá. Ello producía cierta tranquilidad, pues aún no se conocía la real situación en el centro de la ciudad. Por ratos la gente en grupos numerosos, subía y bajaba por las carreras 26 y 27, en medio de gritos y amenazas. Pero la llegada de la fuerza pública enviada desde Cali y Buga, infundía respeto y generaba en todos los habitantes la confianza de que la confusión y el desorden no se apoderaría de la ciudad. La radio, Radio Tuluá, la emisora de la ciudad, emitía boletines de prensa con noticias nacionales, informando que la situación había sido controlada, llamando a la cordura y pidiendo permanecer en sus hogares; las noticias locales, alentadoras en el sentido de que la autoridad había actuado con firmeza y decisión, deteniendo los cabecillas de los grupos alzados e imponiendo el Toque de Queda a partir de las 8.00 de la noche. En las calles de Tuluá asustaban desde muy temprano, y por supuesto después de dicha hora cuando sonó la sirena indicando su iniciación. En tanto, las familias todas, en sus hogares, unidas alrededor de la radio. En la calle se oía únicamente el transitar de los camperos Jeep del ejército que recorrían la ciudad, muy lentamente. Imposible, por aquella época, cualquier tipo de comentario sobre la situación que se viviera en los diferentes lugares, gracias a que no había teléfonos, salvo unos cuantos de los antiguos de magneto, que por la circunstancia conocida, estaban fuera de servicio. Así las cosas, todos fuimos desfilando, uno a uno a nuestras alcobas después de las oraciones habituales de mi madre, cada noche.

Al siguiente día, sábado 10 de abril, todos despertamos más temprano de lo habitual. Fuimos pasando al comedor para desayunar y mi padre nos dijo que iría a la esquina, a la tienda de Mario Lozano a preguntar qué se sabía, qué había pasado en la noche, y que regresaría de inmediato. El Toque de Queda había terminado a las 6.00 de la mañana y la gente transitaba libremente por la calle, con ciertas prevenciones, pero muy poca gente se veía, aún por la carrera 27, con la circunstancia de que era sábado. Regresó mi padre muy pronto, pero traía información. Todo parecía controlado y se sentía que había calma en la ciudad. Pero la noche anterior había sido movida en los alrededores del Colegio Salesiano, no obstante que el toque de queda se inició con el toque de sirena de los Bomberos, supuestamente a las 8.00 de la noche. Parece que lo sucedido fue un poco antes de esa hora. Por la carrera 26, tres cuadras más arriba del colegio, vivía León María Lozano, y alrededor de su casa se reunieron muchos de sus copartidarios, quienes se preparaban para actuar como reacción en el caso de que los del otro bando, que se encontraban en el centro de la ciudad, cumplieran las amenazas de tomarse el colegio y colgar a los religiosos salesianos. Dicho rumor, conocido por el Padre Carlos González Gaviria, rector del Colegio, según cuenta uno de los sacerdotes profesores quien vivió aquellos azarosos momentos, el Padre Rodrigo Álvaro Díaz, cuyas memorias conservo como cierto testimonio de aquel suceso, le movió a dar la orden de subir a la azotea todos los ladrillos de la obra en construcción, como la única arma para la defensa del colegio y de todos quienes allí vivían. Cuenta el Padre Díaz, que cuando el grupo de exaltados llegaba al colegio caminando por la carrera 26, providencialmente apareció un hombre de gran contextura, quien montando un brioso caballo se les atravesó y les increpó con fortaleza y fuerte voz, diciéndoles : “Pasarán por encima de mi cadáver antes que atentar contra los sacerdotes”. Los integrantes del grupo echaron pie atrás, regresando por donde habían llegado, entre gritos y consignas de unos y el silencio cobarde de los más. La importancia de todo esto reside en que el hombre, el hombre fuerte que logró disuadir al grupo enloquecido de tan descabellada intención, era don Eduardo Montalvo, padre del más tarde sacerdote de don Bosco, Carlos Montalvo.

Los sucesos de aquella noche dieron espacio a posteriores comentarios, acomodados por supuesto a las particulares tendencias de unos y otros. Todos estos comentarios dejaban boquiabiertos a cuantos los oían, y claro, no faltaba quien aumentara el cuento. Las noticias de Bogotá, en tanto, no podían ser menos interesantes. El gobierno nacional poco a poco fue controlando la situación en todo el territorio e imponiendo el orden, mientras se hacían los inventarios del desastre urbano que era la ciudad capital y la Conferencia Panamericana avanzaba en su desarrollo. Mientras tanto, se decía que la cárcel de la ciudad estaba llena de presos políticos que el ejército y la policía habían recogido desde entrada la tarde del 9 en diferentes lugares de la población.

Serían las 9.00 o 9.30 de la mañana de ese sábado 10 de abril cuando un campero Willys se detuvo frente a la entrada principal de mi casa. Un oficial del ejército tocó la puerta y preguntó claramente por mi padre. De inmediato él salió de su oficina e hizo seguir al militar a la sala. Se presentó como el Capitán Mota Mota, al mando del Batallón llegado el día anterior en horas de la tarde, y cordial pero lacónicamente, le hizo conocer la razón de su visita. Le manifestó la necesidad de su colaboración facilitando uno de sus camiones, el de mayor capacidad, para transportar a los presos políticos detenidos en las instalaciones de la cárcel municipal hasta la ciudad de Cali, favor que incluía, conductor, combustible y dos o tres días al servicio del batallón a su mando, en el caso de necesidad. En consecuencia, ordenó mi padre que el camión International de siete toneladas, por ser el más grande, fuera tanqueado y se pusiera a disposición del Capitán en el curso de la hora siguiente en las instalaciones de la Cárcel Municipal para cumplir con el programa ya establecido.

Fue así como antes del medio día, cumpliendo lo convenido, el camión estuvo estacionado junto a la puerta de la cárcel, en cuyo patio se encontraban cerca de cincuenta ciudadanos esperando ser trasladados a Cali, a quienes les fueron llamando uno por uno, y una vez anotado su nombre, cédula y otros datos como filiación política y demás, los fueron subiendo al camión. Completo el número de detenidos arriba del camión, cerca de la 2.30 de la tarde de ese sábado 10 de Abril, según contó el conductor de vehículo, este arrancó de la puerta de la cárcel con destino a la ciudad de Cali. La ciudadanía, apostada a lado y lado de la carrera 26, la mayor parte curiosos interesados en conocer qué personas integraban el grupo de los transportados y otros, sujetos de la angustia ante la incógnita de la suerte de sus parientes, vieron cómo el camión se desplazaba lentamente hacia la capital.

Gracias a la gentileza de José Herney Victoria Lozano, mi viejo y gran amigo, anexo como testimonio de aquel suceso, fotografía cedida a él por el propio Joaquín Paredes Cruz con anotación al dorso de su propio puño y letra, de los integrantes de aquella memorable fotografía, de izquierda a derecha. En Cali, fueron llevados los “presos políticos” tulueños a las instalaciones del Batallón, ubicado este en la Carrera 1ª., después de permanecer por espacio de más de una hora en la plataforma del camión hasta recibir la orden de darles ingreso, pues supuestamente operación similar se había practicado con los detenidos en otros municipios cercanos a Cali. Pero con el correr de los días, se fueron viendo de nuevo por las calles del pueblo todos aquellos pasajeros de ese 10 Abril de 1948, de Tuluá a Cali, seguramente contando cada uno su versión de lo sucedido desde la 1.10 de la tarde de ese inolvidable y nefasto viernes 9 de Abril, que partió en dos la historia la de la nación.

ENRIQUE EL NAVEGANTE

En memoria de Enrique Uribe White

En el amanecer

del dieciocho de mayo

zarpó el “Santa Eulalia”.

El capitán

iba en el puente de mando.

El viejo marino sabio

volvió a encender su pipa

y consultó un antiquísimo astrolabio.

Allí estaban sus libros, intactos,

el arco y la flecha,

los juegos, los discos,

los gatos.

Nos quedamos en tierra, mirándolo partir

en su último viaje inesperado.

¿Va rumbo al Ártico, donde el bisabuelo

buscaba la expedición perdida

del Capitán Franklin?

Navegará siempre en la noche

recorriendo la vía láctea,

señor de sombras y de música,

de rompecabezas y máquinas.

Después anclará en una estrella

de la constelación de Tauro

y cuando miremos al cielo

en las noches claras

veremos brillar las luces

del “Santa Eulalia”.

Maruja Vieira

OCTOGÉSIMO ANIVERSARIO

Dr. TOMAS URIBE URIBE

Conferencia

Centenario I GUERRA MUNDIAL

“La Gran Guerra” 1914-2014

Marino alemán de la I Guerra Mundial vivió

en Tuluá

El pasado 21 de agosto se realizó en conversatorio

Federico Przybilla Gerlach

Conocimos la historia de Karl Heintz Fritz Przybilla - cuyo nombre colombiano fue Federico Prisvilla - quien vivió en Europa una época de gran importancia para la historia de la humanidad: La I Guerra Mundial y luego se enamoró de nuestra ciudad.

CANTO A TULUÁ

YO QUIERO UN PUEBLO GRANDE

Por: Paco Escobar Lozano.

Yo quiero un pueblo grande, sin yugos ni cadenas

un pueblo altivo y recio que lleve entre sus venas

el fuego de los héroes que enardeció sus pechos

y enalteció a la patria con sus gloriosos hechos.

Yo quiero un pueblo grande, sin sables, sin

espuelas

un pueblo donde cante la vida en sus parcelas;

en donde el niño ría y esa risa adorada

sea la mejor bandera al viento desplegada.

Yo quiero un pueblo grande, enhiesto y vigoroso

en donde no se escuche ni siquiera un sollozo,

sino la mas alegre canción de primavera

o el rítmico vaivén que mueve la palmera.

Yo quiero un pueblo grande, con valles y montañas

con luz en las pupilas y fuego en las entrañas

para elevar al cielo en indecible coro

el victorioso canto con clarín sonoro.

Yo quiero un pueblo grande, sin baldón, sin

mancilla

en donde siembre el hombre sin miedo la masilla

de la verdad eterna, del amor infinito

sin que el tirano acalle su desgarrado grito.

Yo quiero un pueblo grande, donde la poesía

sea la expresión mas pura para su rebeldía

Y que en el mismo clave sonoro de su canto

apenas se perciba, lo acerbo de su llanto.

Yo quiero un pueblo grande, sin dobleces, muy

nuestro

que solo acepte el yugo del Divino Maestro,

y que al sentir la muerte llegar sin compasión,

despliegue la bandera sobre su corazón.

Celebración 50 años de la Biblioteca Pública Municipal

"Daniel Potes Lozano"

1966- 2016

El Centro de Historia de Tuluá y la Biblioteca Pública Municipal "Daniel Potes Lozano", se unieron para celebrar 50 años de la inauguración de la construcción de esta importante institución cultural, patrimonio de todos los tulueños.

Este evento que se realizó el pasado 28 de julio de 2.016

DIA DE LA MUNICIPALIDAD 2016

El pasado 30 de mayo en las instalaciones del Concejo Municipal de Tuluá en el marco de la celebración del Dia de la Municipalidad, el Centro de Historia de Tuluá realizó el lanzamiento del video "Tuluá Día de la Municipalidad". Este es un material de libre consulta para docentes, estudiantes y toda la comunidad tulueña.

BOLETINES DIGITALES N° 1 - 42 CHT


Concejo Municipal presedido por el Alcalde Gustavo Velez R.

Discurso de apertura a cargo de Yolanda Quintero Alzate, presidente del CHT.

La Ciudad en sus tintas

El Centro de Historia de Tuluá, intervino durante el importe evento

DIA DE LA MUNICIPALIDAD y aprovechó esta efeméride para entregar un regalo para toda la ciudad:

42 BOLETINES PUBLICADOS POR EL CHT EN FORMATO DIGITAL.

Disponible en las bibliotecas de la ciudad.

TULUÁ EN IMÁGENES

Ensayo sobre Tuluá.

Nuestro compañero el escritor Jose Edier Gómez, realizó el lanzamiento de su última publicación "La Ciudad en sus Tintas", un ensayo y visión personal sobre lo que representa la ciudad para este tulueño adoptivo.

HOMENAJE A GUILLERMO E. MARTINEZ MARTINEZ

CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

I.E. GUILLERMO E. MARTINEZ MARTINEZ-TULUÁ.

29 de febrero de 2016.

II SIMPOSIO "Tuluá y el centro del

Valle:una historia por contar"

El pasado 19 de noviembre de 2015 en el auditorio de Cetsa se llevó a cabo la II versión de nuestro Simposio. Tuvimos como ponentes a importantes investigadores y escritores del ámbito regional y nacional.

Muestra Fotográfica: "Tuluá, ayer y hoy"

La muestra fotográfica "Tuluá Ayer y Hoy" busca sensibilizar

sobre la conservación, el cuidado, la defensa y difusión de

nuestro patrimonio fotográfico, arquitectónico y urbano. La

fotografía, como fuente histórica, posibilita narrar las

transformaciones sociales y espaciales, permitiendo así

transmitir visualmente la historia de la ciudad y conservarla,

para que generaciones futuras conozcan el referente de una

ciudad que sigue creciendo y transformándose.

HOMENAJE AL FOTÓGRAFO JULIO CESAR DIAZ LOZANO

El pasado 22 de octubre en el marco de la inauguración de la muestra fotográfica “Tuluá, ayer y hoy” en la Casa de la Cultura “Enrique Uribe White”, se realizó el conversatorio - homenaje al fotógrafo tulueño y miembro del CHT, Julio Cesar Díaz Lozano, por su labor.

LA PERFORMANCE ALIMENTARIA:

Cualidades de la cocina tradicional

¡Llegamos al Boletín n° 50!

Hacemos un alto en el camino para celebrar la edición del

BOLETIN N° 50 del Centro de Historia de Tuluá. Hemos

recorrido y conocido nuestra ciudad a través de lugares,

acontecimientos, personajes ilustres, íconos arquitectónicos y

patrimoniales, instituciones, costumbres, empresas, símbolos

y tradiciones, que hacen de Tuluá particular y

única. Invitamos con esta publicación a seguir conociendo

nuestra historia tulueña, a sentirnos orgullosos de nuestra

región. Seguimos con el claro objetivo de promover nuestra

identidad, seguir avanzando y dar nuestro aporte para seguir

en la construcción de nuestra memoria, de la Tuluá que

queremos y merecemos. Disponible en las bibliotecas de

nuestra ciudad.

A cargo del Mg. Juan Carlos Escobar estuvo el

conversatorio el pasado 29 de noviembre en la

Biblioteca Pública Municipal. Rescatamos nuestra

tradición gastronómica a través de un análisis

sociohistórico de nuestras comidas típicas.

DIA DE LA MUNICIPALIDAD 2015

El pasado 30 de Mayo del presente año en el marco del Día de la Municipalidad se descubrió el óleo del General Joaquín Ricaurte y Torrijos en el recinto del Concejo Municipal. Igualmente, nuestro compañero, Osmiro Colonia recibió condecoración por su labor y representante del deporte tulueño.

TULUÁ Y EL 20 DE JULIO

El Centro de Historia de Tuluá, ha elaborado un documento audiovisual con información relacionada al 20 de Julio de 1810, día del Grito de Independencia de nuestro país, pero resaltando que nuestra ciudad tuvo dos levantamientos anteriores al que se hiciera en Santa Fe de Bogotá, convirtiéndonos en precursores del movimiento independentista de nuestro país.

Lanzamiento del libro

"Los Russi en Colombia"

El 4 de Junio fue presentada la nueva publicación de nuestro compañero y ex presidente del CHT Jorge Armando Russi, "Los Russi en Colombia". En el conversatorio estuvieron los escritores Omar Ortiz y Jose Edier Gómez.

Agradecemos de antemano, su colaboración con la divulgación de este documento, que creemos importante para la historia de nuestra ciudad y que son hechos de los que realmente nos debemos sentir orgullosos.

"TERTULIAS TULUEÑAS"

“BATALLA DE SAN JUANITO”

INSTITUCIÓN EDUCATIVA MARIA ANTONIA RUIZ

La comunidad educativa de la Institución Educativa María Antonia Ruíz, el pasado 29 de septiembre, conocieron al CHT como institución a cargo de difundir la historia de nuestro municipio y aprendieron sobre la Batalla de San Juanito y la heroína tulueña María Antonia Ruíz. Entre nuestros objetivos está presentar en los centros educativos, tanto oficiales como privados, nuestros trabajos de investigación y difundir nuestra historia local.

EVENTOS ANTERIORES

HOMENAJE A VETERANOS DE LA GUERRA DE COREA

PRIMER LIBRO DE CIUDAD

"MIRADAS A TULUA"

Registro fotográfico 2001-2015

Nos sentimos orgullosos de presentar a la comunidad tulueña este valioso documento fotográfico el cual recopila parte de la memoria arquitectónica de nuestra ciudad de los últimos 15 años.

Con textos del escritor,poeta y miembro del CHT, Jose Edier Gomez Espinal y fotografías de Mauricio Muñoz Vargas, este es un libro que todos debemos conocer y tener en nuestra biblioteca. Disponible a la venta en librerías de la ciudad.

I SIMPOSIO

“Tuluá y el Centro del Valle: una historia por contar”.

El Centro de Historia de Tuluá, en el marco de la celebración de sus 30 años al servicio de la protección, difusión e investigación de la historia de la ciudad, organiza el I SIMPOSIO “Tuluá y el Centro del Valle: una historia por contar”.

CENTENARIO GIMNASIO DEL PACÍFICO

1914- 2014

“Historia y legado del Gimnasio del Pacífico:

un siglo de tradición pedagógica”

Jose Edier Gomez -Conversatorio Diciembre 3 de 2015.

LANZAMIENTO LIBRO

"GUILLERMO E. MARTINEZ NUÑEZ"

Autor: Carlos Ochoa Martínez.

Noviembre 19 de 2015

FERIA DE TULUÁ-VERSIÓN N° 60

El pasado 28 de Mayo se realizó el conversatorio con los ex presidentes de la Junta de Ferias. Contaron su experiencia en el cargo, así como sus anécdotas feriales.

El Centro de Historia de Tuluá se unió a la celebración del CENTENARIO DEL GIMNASIO DEL PACIFICO con la conferencia “Historia y legado del Gimnasio del Pacífico: un siglo de tradición pedagógica”. Este evento se realizó el pasado viernes 19 de septiembre. Asistieron a la conferencia docentes, egresados y público en general.

Escribe tu anécdota gimnasiana

Qué profesor te gustaba mas? qué travesuras hiciste en el colegio? cual era el sobrenombre del profesor de matemáticas?

Escribe tu anécdota!! GIDELPA 100 AÑOS.

Envío del material

El archivo digital deberá nombrarse con el apellido del autor(es) seguido de artículo Gidelpa. Por ejemplo: Ramirez Jose, artículo Gidelpa.

Los autores deberán remitir los trabajos, por vía correo electrónico en archivo adjunto a centrodehistoriatulua@gmail.com. De igual manera, en este correo se recibe cualquier pregunta o inquietud respecto a las normas editoriales.

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