— Stiles abrió los ojos y gimió: 

«¿Por qué siempre él?» 

Derek estaba acostado a su lado, profundamente dormido. Toda la casa estaba extrañamente silenciosa, por lo cual el reloj en la pared señalaba que todavía era muy tarde en la noche. 

«¿Qué lo había despertado entonces?» Se preguntó la chispa adolescente, mirando a su alrededor en la habitación. Sabía que no tenía sentido tratar de dormir ahora. 

Stiles se levantó de su cama y tomó su camisa, poniéndola sobre su cabeza. Decidió dar la vuelta por la casa y ver si los otros lobos aún dormían o estaban despiertos. No es que Stiles fuera paranoico o algo así. Simplemente, cuando dormían, Stiles generalmente podía detectar sus estados de ánimo y las emociones. No sabía si tenía que ver con él siendo una chispa o con él siendo una madre de manada. Todos parecían estar teniendo una noche muy tranquila. Todos menos uno de ellos.

Por lo general, todos dormían en su propia casa. Excepto Isaac, que generalmente pasaba las noches en casa de Derek o Stiles. Hoy, sin embargo, habían tenido otra noche de manada en el departamento de Derek, así que todos estaban en su propia habitación de la casa. Aunque Stiles no estaba exactamente sorprendido cuando abrió la puerta de la habitación de Boyd y encontró a Erica, Scott e Isaac también. Era dulce, la forma en que la manada había pasado de no preocuparse demasiado el uno por el otro por este grado de amor.

Sin embargo, cuando abrió la puerta de la habitación de Lydia, encontró al alma en paz durmiendo tranquilamente, pero sola. No veía a su novio por ninguna parte.

Stiles lo encontró unos minutos después, sentado al pie de las escaleras de la puerta principal, sin hacer nada, nada en absoluto. Estaba sentado, mirando el bosque frente a él con una expresión vacía en sus ojos.

— ¿No puedes dormir? — Preguntó Stiles, deteniéndose a su lado.

Jackson lo miró sorprendido. Parecía increíblemente cansado y molesto mientras asentía en dirección a Stiles. Después de pasar unas semanas con los hombres lobo, Stiles había aprendido muchas cosas sobre su comportamiento. Por ejemplo, Derek había explicado que no podían mentirle en absoluto. Si alguna vez lo intentaran, Stiles lo sabría. Derek también sabría, obviamente, ser el Alfa y todo eso, pero fue sorprendente al descubrir que Stiles también podría.

Jackson sacudió la cabeza. Stiles miró al hombre lobo por unos segundos. Había tantas cosas que sabía que Jackson tenía miedo de compartir con cualquiera. Obviamente Stiles podría preguntarle, pero él no quería. Quería que Jackson viniera y se lo dijera cuando quisiera.

— Vamos. — Dijo Stiles de repente bajando las escaleras y caminando hacia el auto de Jackson.

El hombre lobo pareció confundido por un segundo, pero luego inmediatamente siguió a Stiles al auto. 

— ¿Qué? ¿A dónde vamos? — Preguntó, poniendo las llaves del auto en la mano extendida de la chispa.

Stiles no se molestó en responder mientras se sentaba en el asiento del conductor, esperando que Jackson subiera. Después de un minuto de vacilación, Jackson abrió el asiento del pasajero y se acomodó a su lado.

Stiles rápidamente escribió un mensaje de texto en su teléfono, antes de comenzar a alejarse. La conducción del automóvil fue sorprendentemente silenciosa. Después de ser ignorado dos veces, Jackson había renunciado a tratar de averiguar a dónde iban y se había conformado con sentarse y mirar por la ventana, sin hablar en absoluto.

La chispa no sabía exactamente a dónde iba. Rápidamente le había enviado un mensaje de texto a Derek para decirle que no se preocupara si no habían regresado cuando se despertó. Echó un vistazo en dirección a Jackson. Aquí, solo con Stiles, y lejos del resto de la manada, parecía increíblemente vulnerable, y tal vez... Asustado.

Paró el auto unos minutos después, en algún lugar en el medio de la reserva. Él le sonrió a Jackson.

— Venga. Sal del auto. — Llamó mientras salía del auto.

Jackson volvió a dudar, pero al siguiente minuto hizo caso y salió del auto. Alcanzó a Stiles en unos saltos rápidos y se detuvo al lado del chico. 

— Stiles... ¿Dónde estamos? ¿Qué estamos haciendo? — Preguntó nervioso.

De repente recordó por qué desde que regresó, todos habían tenido un poco de miedo de Stiles. No la manada, sino otros humanos y personas que lo habían conocido durante mucho tiempo y que de repente no estaban seguros de quién era Stiles.

Ahora, de pie en medio de un pequeño claro, con una simple pijama y con la cara fija en una mirada dura, no se parecía en nada al adolescente adolescente que la mayoría de las veces les preparó la cena y atrajo a Derek para que les dejara hacer lo que sea que quieran. satisfecho. Se veía diferente. Menos como mamá Stiles, y más como Chispa Stiles Stilinski. Jackson tragó saliva.

— Dime, Jackson. ¿Qué es lo que te está matando? — Preguntó, mirándolo con sus ojos ambarinos. Jackson sintió que Stiles estaba mirando a través de su alma.

Él respondió de todos modos. Una palabra simple: — Kanima. — Él dijo. Una sola palabra, pero fue suficiente para Stiles. Un destello de comprensión recorrió su rostro y asintió.

— Hagamos algo diferente entonces, Jackson, ¿de acuerdo? Atácame. — Ordenó Stiles, una pequeña sonrisa en su rostro. Jackson lo miró como si estuviera enojado.

«¿Stiles quería que Jackson lo atacara? ¿Qué pasa si las cosas se salen de control? ¿Y si Jackson lo lastimara?» Pero la chispa lo miraba, esperando que Jackson lo atacara, y Jackson confiaba en Stiles.

Se lanzó a la chispa, con el objetivo de noquearlo con un golpe bien equilibrado en la cara. Stiles se movió a su derecha y Jackson lo extrañó, casi cayendo al suelo. — Demasiado lento. — Comentó Stiles.

Jackson apretó los dientes cuando se lanzó nuevamente sobre Stiles, alternando golpes y patadas en el intento de atraparlo sin preparación. Todos sus intentos fueron en vano. Stiles puntuó cada intento fallido con una mueca o un comentario como; «¿Es esto todo lo que puedes hacer?» o «Incluso Peter lo habría esquivado, y el tipo está muerto.» 

— ¿Por qué te estás conteniendo? — Preguntó la chispa unos minutos después. Estaba tan alerta como siempre mientras veía a Jackson jadeando agachado en el suelo. Stiles lo miraba con los ojos entrecerrados. — ¿De qué tienes miedo? —

— ¡No quiero lastimarte! — Estalló Jackson. — He sido un kanima Stiles, estoy seguro de que todos ya te lo dijeron. Porque eso es lo que soy, ¿no? Jackson Whittemore, una vez fue un loco kanima poseído. — Sacudió la cabeza, mirando hacia el suelo. — He matado gente. Gente que nunca me había hecho nada malo y, sin embargo, los maté. Ni siquiera estoy seguro de la razón. No quiero lastimar a nadie en la manada. Lydia, Isaac, Derek, Erica, Boyd, Scott y a ti... Ustedes no pueden entender, yo... —

— ¿Vas a hablar más tonterías o vas a cerrar la boca? — Preguntó Stiles, y había un tono duro en su voz. Jackson tuvo un poco de miedo de mirarlo. 

— Ustedes no pueden entender... — Él imitó. 

— Escucha, Whittemore. Yo también he sido poseído. Por un Nogitsune. Un demonio que se alimenta de muerte, lucha y destrucción. — Su voz era baja y llena de ira reprimida. — Maté a personas que conocía. Quizás no éramos amigos, pero... Conocía a las personas que maté. Tenían familias, una madre... Un padre, amigos, la vida por delante. Y los maté. Gente inocente que nunca me había hecho nada malo. Simplemente estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado. — Miró a Jackson, que aún se negaba a mirarlo. — Casi mato a una de las personas que me cuidó cuando llegué a Nueva York. Traté de matarlo, pero luego no pude. Porque él y yo estábamos relacionados. No lo maté, pero aún así estuve cerca. Mi padre trató de detenerme con Parrish, y yo escapé. Huí porque el vínculo entre nosotros era demasiado fuerte. Aunque lo intenté, nunca podría haberlos matado. Es un hecho. —

Se agachó, más tranquilo ahora, tomó la cara de Jackson en sus manos y habló en voz baja. — Un hecho que aprendí solo porque confiaba en un emisario lo suficiente como para hablar con él y conocer la verdad. ¿Confías en la manada? ¿Confías en mí? — Preguntó, mirando a Jackson.

— Si, en ti y la manada. — Respondió Jackson, y lo decía en serio. Si había alguien en quien confiaba, era la manada.

Stiles le sonrió. — Entonces confía en mí cuando digo que hay más sobre Jackson Whittemore que su pasado como kanima. Nuestras acciones pasadas no nos hacen quienes somos. Nuestra decisión de cambiar nos hace quienes somos. —

Jackson asintió y Stiles sonrió. — Maldición, eso fue tan profundo que incluso Adele no pudo superar eso. — Él dijo. Jackson lo miró incrédulo por un segundo y luego se echó a reír. Stiles siempre supo cómo mejorar todo un poco.

La chispa le guiñó un ojo mientras lo ayudaba a ponerse de pie. — Pero, lo digo en serio cuando digo que puedes confiar en la manada. Déjate llevar. Incluso si intentaras matarlos, confía en mí, nunca podrías. Uno, los amas demasiado. Dos, hombre, apestas a tristeza, ¿no? — Preguntó, ganándose una mirada de Jackson.

— Vamos a algún lugar donde haya comida, al menos. — Se quejó Jackson. Ahora que ya no estaba asustado o enojado, se dio cuenta de lo hambriento que estaba.

Stiles lo fulminó con la mirada. — Me desperté a las 3 Am por ti. Si alguien puede quejarse de algo, soy yo. —

Jackson se encogió de hombros aunque complacido y conmovido. ¿Stiles había hecho eso por él?. 

—  Elegiste la vida como Madre de la manada. — Comentó, poniéndose el cinturón de seguridad.

Stiles suspiró. — Alguien me recuerda de nuevo ¿por qué demonios elijo convertirme en niñera de un grupo de adolescentes de mi misma edad otra vez...? — Él murmuró.

Jackson le sonrió astutamente. — Porque crees que Derek es sexy. — Él respondió.

Stiles lo miró ofendido. — ¡Eh! ¡Eso fue solo una parte de la razón! ¡Ten un poco de respeto! —

Terminaron llegando a la casa de Hale otra hora más tarde después de tener una crepa rápida en un pequeño B&B, y cuando llegaron a casa, el resto de la manada ya estaba despierto.

Isaac sonrió cuando los vio entrar, ambos con una pijama. — ¿Dónde han estado ustedes? — Preguntó, mirando las manchas de hierba en la ropa de Jackson.

Jackson no se molestó en responder cuando Stiles lo agarró por la manga y lo empujó hacia el suave sofá que Derek había comprado unos días atrás. — No hay nada de qué preocuparse, simplemente no intentes despertarnos pronto. — Dijo la chispa, mientras se acurrucaba en el sofá con Jackson apretado contra su pecho.

Derek murmuró un  « Mocoso malcriado. »  Mientras Scott los arrullaba y tomaba una foto. 

A Jackson no le importaba.

Esta vez no tuvo ninguna pesadilla.