— ¿Por qué tienes que ir? — preguntó Jackson, mientras se quitaba las zapatillas. Pensé que realmente no estaba preguntando, más bien como si se estuviera quejando.

Stiles lo ignoró y llamó a Erica. — Erica, ¿tú y Scotty están listos para un viaje rápido al supermercado? — preguntó, poniéndose de pie.

Erica suspiró y dejó el esmalte de uñas mientras se dirigía hacia la puerta. Scott se levantó de donde estaba sentado, con Isaac a su lado mientras terminaba su tarea, y asintió con la cabeza, caminando hacia él.

Jackson lo miró ofendido. — Estás eligiendo favoritos. — Se quejó, cruzando las manos sobre el pecho y girando hacia el otro lado, para ocultar cuánto esto realmente lo afectaba.

Stiles puso los ojos en blanco, mientras ponía las manos sobre el hombro de Jackson. Sabía que el hombre lobo nunca lo admitiría, pero estaba claro, por lo que había visto desde que había sido oficialmente miembro de la manada Hale, que todos los hombres lobo querían que Stiles estuviera orgulloso de ellos, ansiaban su atención y atesoraban su cariño, incluso más que con Derek.

No es que al hombre lobo Alfa le importara, porque, en última instancia, todavía era a él a quien recurría si algo no estaba del todo bien. Se volvieron hacia Derek para protegerse, y hacia Stiles por afecto. Aunque Derek le dio más cariño que la chispa, Stiles intentó darle más protección.

Stiles le sonrió. — Sé que realmente no te gusta hacer la compra y guardar la ropa, así que le pregunté a alguien que quería. Si quieres venir, la próxima vez te escogeré. — Él le dijo a él.

Jackson se burló y sacudió la cabeza, aunque sus ojos no podían ocultar lo contento que parecía estar. — No, gracias. — Él respondió, moviéndose hacia donde Lydia estaba sentada con un libro en sus manos.

Stiles sonrió para sí mismo, y con los otros hombres lobo, abandonó el desván.

Se las arreglaron para hacer las compras relativamente rápido, pero luego Stiles y Erica entraron en una tienda de maquillaje.

— ¿Pueden ustedes dos darse prisa? — respondió Scott desde uno de los pasillos de la tienda de maquillaje.

Tanto la chispa como Erica lo ignoraron, ya que la joven mujer lobo le mostró a Stiles un nuevo esmalte de uñas.

— No es realmente durazno, es como el durazno rosa. — Dijo, analizando el color a la luz de la habitación.

Stiles lo tomó de sus manos. — En realidad estaba buscando algo más asesino. Lápiz labial rojo sangre. — Dijo, hurgando en los esmaltes de uñas en la caja.

Scott suspiró, no sabía por qué demonios Stiles y Erica necesitaban esmalte de uñas, pero quería salir de allí lo antes posible. Estaba cansado, y aparentemente él y la manada tenían que ir a acampar con Derek más tarde. - Ugh-Ugh - 

Después de otros 10 minutos, Erica y Stiles salieron de la tienda, con una serie de diferentes pruebas de maquillaje en pequeños paquetes mientras caminaban hacia el jeep de Stiles.

— ¿Qué les tomó tanto tiempo? — preguntó Scott, mientras se sentaba en el asiento trasero del jeep con el resto de las bolsas de la compra. — Además, amigo, ya que tú y Derek están saliendo, ¿no puedes pedir prestado su Camaro o algo así? —

Erica resopló, sacudiendo su cabello mientras se giraba para mirarlo. ~"¿De verdad crees que Derek prestaría su Camaro a alguien? Alguien en absoluto ¿Especialmente Stiles?"~

Stiles la miró ofendido. — Oye. Las palabras duelen más que los cuchillos, ¿sabes? — Luego le sonrió a Scott. — No le he preguntado todavía. — Él respondió encogiéndose de hombros.

Detuvo el auto frente al desván unos segundos después, y Boyd ya estaba afuera con Isaac, listos para ayudarlos a llevar las cosas. Stiles los dejó ayudar, mientras entraba con las bolsas de las tiendas de maquillaje en sus manos. y Erica pisándole los talones. Scott estaba confundido. 

༺❀༻

— ¿Qué? — Preguntó Scott, un poco molesto. — ¡No es justo! — se quejó, cruzando los brazos sobre el pecho, haciendo pucheros.

Derek se encogió de hombros. — Yo no hice las reglas. — Le dijo, señalando a Stiles.

Esto no ayudó en absoluto. — ¡Bueno, sin embargo, eliges acatarlas! — él dijo.

Jackson se encogió de hombros. — No me importa acampar. ¿Cuál es tu problema, McCall? — preguntó, imperturbable y aburrido.

Scott señaló a Isaac. — Solo quiero saber, ¿por qué se queda en casa? — preguntó, haciendo pucheros de nuevo.

Isaac no lo miró a los ojos y miró a Erica en busca de ayuda. — Porque él quiere. — Ella se burló de él.

Scott miró a un paso de pisotear. — Bueno. ¡Yo también! —

Lydia puso los ojos en blanco. — Estamos teniendo una noche de chicas. — Sus ojos parpadearon en Isaac y Stiles, la chispa cortando algún tipo de comida para el resto de la manada. — Es una cosa de unión. Se trata de... — buscó la palabra correcta. — Afinidad. Nada que ver con el género ni la fuerza. Porque todos lo sabemos, si sales a pelear, nosotros cuatro podríamos golpearte la vida. —

Stiles sonrió, mientras caminaba hacia Derek, entregándole la comida. Él empujó un dedo sobre su pecho. — Asegúrate de que los cachorros estén a salvo. Y no olvides darles de comer. — Se volvió hacia Scott y habló solemnemente.

—  Asegúrate de mantenerlo en el camino correcto y dime si hace algo que sabes que no hubiera hecho si yo estuviera allí. — Él dijo.

Scott se encendió como un árbol de Navidad, claramente olvidando lo que le molestaba hace unos momentos. — ¡Cuenta conmigo, Stiles! —

La chispa sonrió, mientras les daba a Boyd y Jackson un breve abrazo. Ambos hombres lobo acariciaron sus narices en su cuello por unos segundos, antes de soltarlo.

Derek lo miró, ligeramente indignado. — ¿Qué hay de mí? — preguntó, pero había el indicio de una sonrisa en su rostro.

Stiles sonrió, poniéndose de puntillas mientras lo besaba suavemente en los labios. — Sé un buen chico. —

El hombre lobo puso los ojos en blanco, y luego, Jackson, Boyd, Scott y él salieron del desván, cerrando la puerta detrás de ellos.

Stiles esperó hasta que estuvo seguro de que estaban completamente fuera del alcance de la oreja antes de sonreír al resto de ellos. — ¡Nos deshicimos de ellos! —

Erica se echó a reír, ya que Lydia ya comenzó a moverse en dirección a la habitación que Derek había preparado para el alma en pena. Todos rápidamente la siguieron escaleras arriba, pero Isaac dudó por un segundo.

Stiles se volvió para mirarlo, suave, y le tomó la mano. — ¿Vamos, cachorro? —

Isaac frunció el ceño, pero no apartó la mano. — No me llames cachorro. —

Stiles contuvo su risa cuando Isaac y él entraron en la habitación de Lydia.

Erica y Lydia ya estaban sentadas en la cama de la niña pelirroja, con las piernas cruzadas y un montón de accesorios diferentes en la cama frente a ellas. Los ojos de Isaac se iluminaron mientras se sentaba junto a Erica, pasando reverentemente su mano sobre los esmaltes de uñas y los productos para el cabello.

Stiles no dijo nada y se sentó junto a Lydia. Isaac parecía envuelto en su propio mundo, mientras observaba los diferentes tipos y marcas de productos.

Lo que pasaba con Isaac era que le gustaba maquillarse y cosas bonitas. Productos para el cabello, bufandas, ropa bonita de color pastel, maquillaje. Bigots diría que le gustaban las 'cosas femeninas'. Por lo que Stiles se había reunido al hablar con el miembro más joven de la Manada, Isaac no era fluido de género. Simplemente le gustaban las cosas que eran estéticamente agradables y bonitas. Y el maquillaje cayó perfectamente en la categoría.

Simplemente, el rubio no estaba seguro de cómo lidiar con esa obsesión suya. Temía que los otros miembros de la manada se reirían de él si alguna vez lo descubrieran, y no estaba interesado en descubrirlo.

Entonces, mientras Derek sacaba el resto del campamento, Stiles y las chicas estaban aquí para enseñarle a Isaac que estaba bien ser ellos mismos.

— ¿Qué color quieres usar, Isaac? — preguntó la Banshee, mientras tomaba en su mano el esmalte color rosa que Erica y Stiles habían comprado en la tienda.

Isaac se sonrojó y miró a Stiles, que tenía los ojos entrecerrados mientras examinaba un esmalte de uñas de sangre roja. La manada levantó la cabeza y sonrió ante la expresión preocupada de Isaac. Bajó el esmalte de uñas y puso una mano sobre el brazo de Isaac. — Cachorro, está bien. No hay nada malo en que te guste algo diferente de lo que les gusta a tus amigos. — lo tranquilizó.

Lydia lo miró fijamente por un segundo completo, antes de hablar. — Si te ríes, te mataré. Pero me encantan los videojuegos. Mario, combate especial, lo que sea. Los amo a todos. — Ella dijo sonrojándose mientras tomaba otro esmalte de uñas.

Isaac miró a la cabeza, atónito. A Lydia le gustaban los videojuegos, ¿Lydia Martin?, Erica habló entonces. — Como saben, me gusta la escalada, el combate y los deportes extremos. — Dijo encogiéndose de hombros mientras se pintaba las uñas con un esmalte de color lila.

Stiles le sonrió. — Me gustan muchas cosas, como sabes. Y también hay cosas que les gustan a los otros muchachos. Aunque no voy a contarte sus secretos. Te lo dirán. Y les dirás, cuando estén cómodos compartiendo unos con otros. —

El hombre lobo rubio lo miró con una expresión de esperanza en sus ojos. — ¿Puedo tener el azul claro? — preguntó.

Stiles sonrió cuando Lydia se volvió hacia él, ansiosa por ayudarlo a ponerse el esmalte de uñas.

Fue divertido. Increíblemente divertido. Pasaron la noche peinándose y Lydia, la maestra de cejas, los ayudó con sus propias cejas. Erica revisó sus uñas y les dio a todos una pequeña manicura, mientras más tarde, mientras veían un nuevo episodio de 'The Walking Dead', Isaac les ayudó a ponerse una máscara facial.

— Debes asegurarte de que la máscara no sea demasiado densa ni demasiado líquida. — Explicó, mientras ayudaba a Erica a aplicar la suya. Stiles sonreía de oreja a oreja mientras comían el resto de las galletas que habían quedado del día anterior.

Isaac miró a Stiles. — ¿Por qué le pediste a Lydia que te ayudará a encontrar un hechizo para enrojecer el cabello momentáneamente? — preguntó con curiosidad.

Stiles sonrió de lado. — El esmalte de uñas rojo, el pelo rojo y mi disfraz rojo secreto en mi armario equivale a un Alpha muy satisfecho. — Dijo, sonriendo mientras los dejaba entender lo que quería decir.

Se hizo clic de inmediato. Lydia lo miró con disgusto. — Oh, Dios mío, Caperucita Roja y el lobo feroz. Stiles, debes detener esto. —

Erica alzó las cejas. — No sabía que eras un pervertido en la cama, Stilinski. — Ella dijo, sonriendo.

Isaac lo miró y sacudió la cabeza. — Tenía esa imagen mental en mi cabeza, que alguien me ayude. Es como imaginar a tus padres teniendo sexo, señor, ayúdame. —

Stiles se echó a reír, guiñándoles un ojo. — Y así fue como fuiste concebido, pequeño cachorro. —

༺❀༻

Cuando el resto de la manada regresó, se habían lavado las caras e Isaac se había quitado el esmalte de uñas. Aunque se llevó algunas de las que Lydia y Erica tenían a su habitación, Stiles no se quejó.

Tampoco se quejó de la forma en que la mandíbula de Derek cayó cuando el hombre lobo entró en su habitación y encontró a Stiles vestido como una Caperucita Roja.

—  ¡Qué boca tan grande tienes! — La chispa sonrió.