— ¡Me voy! —

Stiles levantó la vista del papeleo que había estado llenando, frunciendo el ceño cuando Phoenix descendió de las escaleras. — Guau, guau, guau. ¿A dónde vas? — 

— ¿Por qué nadie en esta casa me escucha? — gimió la chica, frunciéndole el ceño. Stiles no podía mentir, no estaba particularmente complacido con esta nueva actitud que Phoenix había adoptado desde que había comenzado la pubertad. ¿Dónde estaba la niña pegajosa que lo había amado por encima de todo, y quién era este híbrido de hombre lobo demonio que había encontrado raíces en su casa? — Te dije que iba a tener una cita. — 

— ¿Pensé que habías dicho que rompiste con Luke? — 

— Lo hice. — estuvo de acuerdo Phoenix, rodando los ojos. — Tengo una cita con Jeremy. — 

— ¿He conocido a Jeremy? — 

— No lo sé. — dijo ella, con impaciencia. — Solo me invitó a salir esta mañana y como no quiero sentarme como un perdedor en el Día de San Valentín, dije que sí. — Le dio a Stiles una mirada muy mordaz cuando dijo esas palabras, pero su mente se había aferrado a otro detalle.

— Espera, ¿hoy es el día de San Valentín? ¿Desde cuándo es el día de San Valentín? — 

— Ya sea desde esta mañana o desde que se instituyó el feriado por primera vez. — respondió Phoenix, y en realidad Stiles tampoco era fanático de que ella heredara su descaro y sarcasmo y lo usara en su contra. Se sintió apuntado. 

Sin embargo, la mayor parte de su cerebro se centró en el hecho de que, por primera vez desde que él y Derek Hale se juntaron, Stiles se había olvidado del Día de San Valentín.

Siempre celebraban el día de los enamorados.

Como muchos habrán adivinado, ni Stiles ni Derek eran personas particularmente románticas. Bueno, Derek había hecho todo lo posible por ser más romántico de lo que realmente era, al comienzo de su relación, pero se habían sentido cómodos muy rápido.

Scott bromeó diciendo que habían pasado de estar casados, a estar juntos, a la fase de luna de miel, y luego de vuelta a casarse nuevamente, pero no estaba tan lejos, considerando todo el asunto de los verdaderos compañeros.

Pero el día de San Valentín se convirtió en su día. Todos los Días de San Valentín se reunían, solo ellos dos, y se enamoraban como una mierda para compensar el resto del año, y era una tradición increíble que ambos amaban y apreciaban, y que ambos tenían. de alguna manera completamente olvidado.

Porque si no se hubiera olvidado de eso, Derek habría dominado absolutamente la cabeza de Stiles y él había tenido mucho tiempo para hacerlo esta mañana. Pero desayunaron como de costumbre, luego Derek había llevado a los niños a la escuela mientras Stiles se preparaba para el trabajo, y ninguno de ellos había notado el corazón y las decoraciones generalmente rojas, rosadas y blancas alrededor de la ciudad.

Maldición.

— Ten cuidado y toma buenas decisiones. — le dijo a Phoenix antes de que ella pudiera comenzar a mirarlo y ser más mala que de costumbre (en serio, Stiles estaba bastante seguro de que no había sido tan grosero con su padre, cuando había estado hablando). a través de la pubertad (¿qué era mejor, hacer magia ilegal y salir con hombres lobo en secreto o ser malo?), y corrió hacia la cocina. — No olvides tu toque de queda, y si te lo pierdes, enviaré a tu papá... — 

— ¡Adiós! — 

Stiles puso los ojos en blanco, mirando por la ventana de la cocina para memorizar la matrícula y echar un vistazo al tipo con el que Phee se marchaba, antes de concentrarse en lo que lo había llevado allí. 

Derek iba a llegar tarde esta noche porque tenía una sesión de revisión con sus alumnos, por lo que Stiles debería tener una hora y media o dos antes de regresar a casa.

Ciertamente ese fue tiempo suficiente para hacer algo, ¿verdad? ¿Quizás hacer una cena especial específicamente para Derek, o al menos pedir algo?

Todo lo que tenían era lo que sobró del almuerzo de hoy, y él no sentía que el pollo al curry y el arroz fueran una cena particularmente romántica.

Desafortunadamente, su búsqueda de ingredientes no lo llevó muy lejos. Encontró un par de botellas de vino sin abrir pertenecientes a un tal Peter Hale que definitivamente ayudarían a que la noche progresara, pero nada más.

Había un pastel a medio comer que estaba bastante seguro que pertenecía a Derek de todos modos, pero casi no había nada más. Ciertamente no tenían suficiente para crear una nueva comida, razón por la cual habían recalentado el almuerzo de hoy y la cena de ayer para la cena. 

Rápidamente garabateó dos artículos más en la lista de compras en el refrigerador, antes de mirar con furia los contenidos de la cocina, tratando de inducir mentalmente la reposición espontánea de alimentos solo con la fuerza de su mente. ¿De qué servía tener una chispa si no podía manifestar cosas para él al instante? Stiles quería un reembolso.

— Podría pedir algo. — reflexionó luego, levantando su teléfono nuevamente. Ignoró las notificaciones de chat del grupo de la manada y, en su lugar, escribió el restaurante favorito de Derek (su verdadero restaurante favorito; afirmó que la panadería de Boyd era su favorita, pero era un mentiroso que mintió). Estaba bastante seguro de que el lugar hacía entregas, pero si no era así, podría pedirle a alguien de la manada que fuera a recogerlo por él.

Aunque lo más probable es que todos los demás en la manada tuvieran su propio evento agradable del Día de San Valentín porque no eran idiotas que se habían olvidado por completo de la festividad.

Aun así, podría...

— ¡Tata! — gritó Alexis, más fuerte de lo que Stiles creía que era necesario. — ¡Tata! ¡Tata! — 

— ¡Te escuché la primera vez! — llamó de vuelta, incluso cuando colgó su teléfono y se apresuró escaleras arriba. 

De sus tres hijos, Alexis era el que más se parecía a Stiles. Al igual que sus hermanos, se parecía mucho a Derek, pero ¿su actitud y comportamiento en general? Estilos puros. 

Fue increíble, pero también lo hizo sentir muy mal por lo que había pasado su padre.

— ¿Qué pasa, Lexi? — preguntó él, abriendo la puerta de su dormitorio.

Como era de esperar, su hermano también estaba en la habitación, sentado en el escritorio con ella, aunque su atención estaba totalmente centrada en el libro que tenía en las manos.

— Tata. — dijo Alexis, dándole una mirada destrozada. — Mira. Mi proyecto. — 

— Mierda, ¿qué pasó? — 

El papel de colores que había terminado de decorar esta mañana tenía enormes marcas de agua por todas partes, y toda la tinta estaba arruinada, haciéndolo prácticamente ilegible. 

— No lo sé. — dijo, limpiándose los ojos con furia. — Lo puse debajo del calentador para que se seque esta mañana... — 

Misterio resuelto. — ¿Antes o después de poner tu camisa mojada en el calentador? — 

— Antes. — dijo Elias, sin levantar la vista de su libro. 

Alexis hizo un sonido de puro dolor, golpeando su cabeza contra el escritorio. — Estoy jodido. — 

— Y es para mañana. — añadió Elias, muy inútilmente.

Stiles apartó la silla del niño con el pie y le lanzó una mirada fulminante. — En caso de que no lo haya dicho lo suficiente, necesitas pasar menos tiempo con el clan Lahey—Hale—Whittemore. — le informó, tomando una silla para él y sentándose para mirar a Alexis. — Y no tires la toalla, todavía. Tal vez podamos salvarlo. — 

Alexis lo miró esperanzada. — ¿En realidad? No puedo permitirme otra F en la historia. Papá morirá. — 

Stiles le lanzó una mirada sospechosa mientras sacaba el papel frente a él. — Vamos a hablar de esto otro tan pronto como terminemos esto, porque no lo sabía. — 

— También obtuvo una D en inglés. — ofreció Elias, esquivando el estuche de lápices que su hermana le arrojó a la cabeza sin apartar la mirada de su libro.

Malditos hombres lobo.

— Elias, deja de ser un imbécil, Alexis, deja de tirarle mierda a tu hermano y tráenos otro papel de cartón. Podemos hacer artes y fabricar esta cosa. — 

— ¿Crees? — dijo, mientras hacía lo que se le pedía.

— Niña, no tienes idea de cuántos de los proyectos de tus tías y tíos salvé en la escuela secundaria con nada más que tijeras, pegamento y un poco de brillo. — le informó, asintiendo con seriedad. — Es un arte, y es un arte que domino. Ahora tráeme el pegamento con purpurina. — 

〰 ❁ 〰

Cuando Derek llegó a casa, Stiles tenía brillo en toda su ropa y no había logrado hacer nada más que bajar las escaleras y revolcarse. De hecho, el restaurante no hacía entregas, y nadie en el chat del grupo de la manada, aparte del propio Derek, había respondido.

— Olvidamos el día de San Valentín. — dijo, tan pronto como el hombre lobo apareció en la puerta de la sala de estar.

Derek se detuvo allí, sus cejas haciendo un baile de confusión, sorpresa, conmoción y arrepentimiento que habría sido muy entretenido, cualquier otro día.

— Mierda. — dijo Derek, después de unos segundos. — De eso se trataban esos globos. — 

— Sí. — dijo Stiles. — ¿Y sabes qué es más molesto? El hecho de que me tomó descubrir que Phee está en una cita con un tipo Jeremy para celebrarlo para que yo lo recuerde. — 

— ¿Quién diablos es Jeremy? — demandó Derek, la atención inmediatamente desviada.

Era un poco preocupante cómo, cuanto mayor se hacía su hijo, más se parecía al padre de Stiles, Derek. Había llegado al punto en que las personas que salían con Phoenix estacionaban el auto muy lejos de la puerta principal, como solía hacer el propio Derek al comienzo de su relación, y Stiles se preguntaba si se había dado cuenta o no.

Iba a esperar para decirle cuándo infligiría el máximo daño, sin embargo, porque amaba a Derek y estar casado significaba que podía molestarlo y enojarlo cuando quisiera.

— No lo sé y no es importante. — dijo, agitando la mano. — Él no es una preocupación, lo vi desde la ventana de la cocina y él la invitó a salir por primera vez en el Día de San Valentín. Básicamente es un perdedor, nuestra hija está bien. — 

Derek resopló, dejándose caer en el sofá a su lado. — Olvidamos el día de San Valentín. No puedo creerlo. — 

— Nos estamos haciendo viejos. — dijo Stiles, moviéndose para poder enroscarse alrededor de Derek. — Vieja gente aburrida que ya no sabe cómo divertirse, y apesta. ¿Que sigue? ¿Vamos a olvidar nuestros cumpleaños? ¿Navidad? — 

— Cálmate, no nos metas en una casa de cuidado todavía. — dijo Derek, poniendo una mano en la nuca de Stiles. Stiles había estado rodeado de hombres lobo durante tanto tiempo, en este punto, que el toque en realidad le dio algo de consuelo, haciendo que parte de su ansiedad se disipara. 

— Somos viejos. — continuó luego, jugando con los pelos de su nuca. — Y me alegro de que lo estemos. Pensé que nuestro objetivo, desde el principio, ¿era envejecer juntos? ¿Estar juntos hasta el final? — 

— Claro, no es bueno que nos olvidemos del Día de San Valentín. A los dos nos encanta. Pero, sinceramente, tampoco es tan malo como lo pintas. ¿No me trajiste un ramo de flores bonitas hace apenas dos semanas porque te dio la gana? — 

Stiles le había traído ese ramo de flores porque las había visto conduciendo a casa desde el trabajo y le habían recordado a Derek.

— Y me trajiste a casa esa caja de chocolate y esa botella de vino el mes pasado porque pensaste que me vendría bien un poco de mimo. — añadió, y Derek tarareó en acuerdo.

— Exactamente. Puede que estemos envejeciendo y nos sintamos más cómodos en nuestro amor mutuo, pero eso no cambia el hecho de que estamos enamorados. Que todavía te amo tanto como cuando me casé contigo. — 

— Y que te amo más. — dijo Stiles, inclinando la cabeza hacia arriba para captar la mirada de Derek.

Derek puso los ojos en blanco. — No empieces una pelea que no puedas ganar, Stilinski. No me amas más de lo que yo te amo. — 

— Estoy de acuerdo en estar en desacuerdo. — dijo Stiles, presionando un beso en la punta de su nariz. Derek lo persiguió cuando hizo ademán de alejarse, presionando sus labios en otro beso suave y casto.

— Ya sabes. — dijo, tan pronto como sus labios estuvieron libres de nuevo. — Todavía tengo una botella de vino de Peter en la cocina. — 

— Y tenemos cinco horas hasta que termine el Día de San Valentín. — dijo Derek, liberándolo de su agarre. — Tal vez todavía podamos salvarlo. — 

— Somos la pareja alfa de la manada Hale—Stilinski. — dijo Stiles, corriendo hacia la cocina. — No hay nada que no podamos hacer cuando agachamos la cabeza y pensamos. — 

Solo le tomó un par de minutos conseguir un cubo de hielo, dos copas de vino limpias y el vino mismo, pero cuando regresó a la sala de estar, la atmósfera había cambiado. 

Derek había apartado la mesa de café y el sofá, creando un espacio libre en el medio de la sala de estar, se liberó de la chaqueta de su traje y Careless Whisper estaba jugando desde su teléfono. 

— Sappywolf. — dijo Stiles, los ojos llenos de afecto mientras dejaba caer lo que había traído sobre la mesa.

Derek solo levantó una de sus cejas, como preguntando '¿Te estás quejando?'

Bueno, Stiles no lo estaba. Levantó la mano y apagó las luces, en su lugar manifestó un montón de suaves bolas de luces ámbar a su alrededor para iluminar la sala de estar.

— Buen toque. — dijo Derek, antes de ofrecerle la mano a Stiles. — ¿Puedo tener este baile? — 

— Puedo. — dijo, dejando que Derek lo jalara hasta que estuvieran de pie uno contra el otro.

No diría que el balanceo que estaban haciendo en realidad podría llamarse baile de ningún tipo. Pero, mientras sentía los latidos del corazón de Derek justo debajo de su oído y se movían por la sala de estar, realmente no pudo encontrar en sí mismo quejas.

E incluso cuando Alexis y Elias bajaron las escaleras, solo ahora notando el regreso de Derek, él no pudo sentirse molesto.

Especialmente cuando Elias les dio a ambas dos tarjetas caseras hechas con los restos de los viejos proyectos de historia de Alexis con un saludo de 'Feliz Día de San Valentín' escrito dentro de ellas, o cuando Alexis exigió que Derek también bailara con ella.

Había peores formas de celebrar el Día de San Valentín.

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