La verdad es que iba con la idea de que no iba a merecer la pena. A fin de cuentas, pensaba, no será más que un tren que pasa por un mercadillo.  Sin embargo, resultó que era un mercado de verdad, nada hecho para turistas, y fue muy interesante ver los puestos, andar de arriba a abajo y la llegada del tren resultó todo un espectáculo. 

No es de extrañar que haya salido en montones de documentales.

La excursión seguía con la visita al mercado flotante de Damnoen Saduak a unos 100 kilómetros al suroeste de Bangkok. Básicamente está dedicado a los turistas, bueno, básicamente no, exclusivamente, pero bueno. Se supone que hay otro mercado que funciona los fines de semana que es mejor que este, pero la verdad es que estuvo bastante interesante.

Nos llevaron en una Van (furgoneta) con un grupo de gente majo: dos italianas, dos italianos, un matrimonio indio bastante mayores, un par de chicos australianos y una pareja que no dijo ni pío. Se hizo agradable porque hablamos con unos y otros.

La opción de coger un tour creo que fue buena elección, porque está lejos y habíamos leído que hay muchas estafas al llegar porque hay que coger una lancha que te acerque. Así, sin problemas.