Ya nos acercamos a la gran final y, no puede haber una si no se graba al ganador. ¿Y qué mejor aparato para ello que un móvil?
A través de una simple aplicación se podía tener a mano un barómetro, un cronómetro, un gravitómetro o, incluso, un metrónomo. También dependía del teléfono, pero las básicas se pudieron usar para, por ejemplo, volver a medir la gravedad, como en el laboratorio, solo que está vez daba un número más cercano al 9,8 m/s2. La mayoría de veces al menos.
Puede que el más interesante y el que más escalofríos dio fuera el de las ondas cuasi idénticas y la formación del batido.