Una de las discusiones tan antiguas como las de Quevedo y Góngora es la de si los deberes son necesarios o no. La respuesta es más difícil de obtener que evitar que se te caiga un balde de agua fría en la cabeza.
Y eso es debido a las características de los fluidos y su forma de comportarse frente a distintos estímulos, como a la presión atmosférica o a algo tan simple como un movimiento circular.
Entre muchos de los experimentos usados para aprovechar el aire o el agua, jugar con la rotación y evitar mojar el suelo fue uno de los mas satisfactorios, en especial porque fue el único en el que, al acabar, todo se mantuvo seco.
Además de que es mas perceptible porque la lavadora actúa de la misma forma con la ropa.