La buena instrucción a veces no se basa en estudiar, ni siquiera en los libros o en los apuntes.
Cuando una persona de habla desde la experiencia puede generarte nuevas ideas y conceptos que no te habrías planteado antes, dado que la teoría suele discrepar bastante de la práctica.
Y, en especial, si fuerzas a tu sentido auditivo a hacer todo el trabajo de comprender el entorno.