La tutoría está al servicio del mejor logro de las finalidades universitarias y las características de las sociedades actuales, que reclaman ciudadanos y profesionales que participen activamente en sus procesos vitales.
La docencia universitaria no debe limitarse a la transmisión del saber ―como conocimientos no refutables―, sino que debe generar y fomentar el avance del conocimiento a través de la reflexión crítica, por lo que los docentes ―profesores y tutores― deben demostrar ―para poderlo enseñar― su compromiso con el progreso social ―trascendiendo las demandas sociales―, constituyendo un ejemplo para su entorno.