Un vistazo a la arquitectura

¿Qué nos identifica como sociedad?

Si observas desde una perspectiva externa el mundo en el que vivimos, ¿que serían los aspectos que nos representan como sociedad? Su aspecto cultural permite distinguir a los humanos de cualquier otro organismo en el planeta por su gran complejidad. Esta cuenta con distintas facetas, entre ellas la religión, diversidad cultural e intimidad espiritual como presenta la película Baraka. Sin embargo, el lado oscuro de la sociedad recae sobre lo material e industrial. Dentro de tanta espiritualidad, no pasa desapercibido la crudeza del humano en relación con su ambiente. Este contraste representa la realidad intricada de nosotros contra la serenidad del paraíso. 

El lado sereno y espiritual del ser humano le permite tener una conexión con su ambiente. A través de distintas práticas y costumbres, tanto individuales como colectivas, dan paso a que haya una relación natural y humanística. Por ejemplo, la meditación es una de las formas en la que el humano deja a un lado su ser para sumergirse en la belleza de la Tierra. Encuentro que lo primitivo y sencillo que presenta la película de la humanidad, es lo que permite este acercamiento.

Por el contrario, la industrialización ha llevado a que el humano se desconecte de la naturalidad presentada anteriormente. La modernización ha impactado el bienestar de los recursos naturales, al igual que las propias interrelaciones entre los humanos. La naturaleza que en un momento siempre se percibía como sagrado, es destruído y abusado. Los humanos son vistos como objetos, aprovechando y explotando sus seres para el beneficio para alguien que observa de un pedestal. A raíz de estos avances como sociedad, se ha desvanecido progresivamente lo que nos hace humanos.

Al final de todo, ¿cómo se presenta el ser humano? Al igual que Paz recalca la dualidad que tiene una jarra, cuya función puede variar, el humano es similar. Un ser multifacético, cuyos pensamientos y maneras de actuar son influenciados por la cultura en la que pertenecen. Hay un sin número de culturas con distintas prácticas y costumbres, diferentes unas entre otras, lo que aporta a la complejidad del humano. Por está razón, nuestra compleja y extensa realidad representa en su totalidad al paraiso.

El espacio: ¿concepto subjetivo?

El espacio dentro de la arquitectura es un concepto subjetivo al individuo. ¿A qué se debe esto? Principalmente, la realidad de cada persona influye en su perspectiva de la función espacial.  El funcionamiento de algo es determinado por el usuario. Dejándonos llevar por el doble carácter de la arquitectura, el simbolismo de cada espacio es, también, atribuído por una tercera parte. Distintos factores como cultura, creencias y percepciones juegan un papel en cómo le damos un significado. La arquitectura es una disciplina multifacética, por lo que estas distintas capas de interpretación se prestan a una variedad de interpretaciones sobre un espacio. 

La función que le designamos a un espacio va a depender del uso que le demos. La mente detrás del diseño le pudo atribuir un rol, pero el usuario va ajustarlo a su diario vivir. Tomemos por ejemplo un cuarto vacío. Los elementos de uso diario de la persona va a cambiar la función del espacio. Si se añade una cama, es un espacio designado para relajarse. En cambio, si tenemos un escritorio, sería un espacio para trabajar y de productividad. 

En cuanto al simbolismo del espacio, los ojos que lo ven tendrán una opinión o lo apreciaran de una forma distinta. Pensemos en una Iglesia. Los que sigan la fe cristiana, lo ven como una espacio sagrado e importante porque encapsula su fe. Sin embargo, alguien que tenga otra creencia o no, pueden seguir apreciando el espacio, pero de una forma más estética. 

El espacio siempre va a tener una mente tras su diseño, pero los ojos que lo aprecian varían, haciendo que sea subjetivo. El próposito que le damos a algo dependerá del historial del usuario. Por esta razón, un espacio puede ser tan multifuncional como queramos. 

La naturaleza del diseño

El diseño es una etapa fundamental, no solo de la arquitectura, si no, de la vida, que debe pensarse cautelosamente. ¿De la vida? Sí, ya que lo que diseñanos y habitamos no solo afecta al ser humano, si no al mundo que nos rodea. Ya que muchos diseños son elaborados puramente sin la conciencia ambiental, ¿qué efectos tienen estos diseños sobre el ambiente y la gente que lo habita? ¿La respuesta estará en la biomímesis?

Muchas de las ciudades y espacios que habitamos cuentan, mayormente, con un diseño hostil. La posición de los edificios, su magnitud en tamaño y su materialidad se imponen sobre la naturaleza y nosotros. Muchas veces nos podemos sentir como hormigas en estas ciudades grandes. Además, estas estructuras abusan de los recursos de nuestro hogar común: la Tierra. Por consecuencia, el abuso de estos recursos afectan directamente la salud y la manera en la que reaccionamos ante un espacio.

En vez de estar abusando de los recursos y explotándolos, se puede buscar inspiración en la naturaleza. Ya sea en materiales, técnicas pasivas, estructuras de ciertas plantas o animales que puedan ayudar a respoder incertidumbres del diseño; la naturaleza está ahí presente. La biomimesis, además de imitar aspectos de la naturaleza, es una técnica para diseñar con conciencia ambiental. No se impondría sobre la naturaleza, ya que se inspira directamente de ella. 

El diseño debe tener una naturaleza que conteste al contexto o al ambiente. Presento la biomimesis como una vía para poder acercarse al diseño con una visión totalmente natural. Sin embargo, no es la única forma para tratar el diseño. El diseño es pensar profundamente el contexto y lo que queremos elaborar, abstrayendo elementos que se puedan utilizar para que la estructura tenga una relación directa con el ambiente. 


Libertad multifacética del diseño

Muchas veces en el proceso de diseño, nos podemos encontrar con obstáculos que nos impiden seguir. Sin embargo, el diseño es multifacético, como han demostrado Charles y Ray Eames. Todo depende de los lentes por los que miremos al momento de concebir un diseño. Además, la metodología que seguimos va a influir en lo mucho que avanzamos al momento de conceptualizar. La visión o la perspectiva que optemos, va a crear o destruir barreras que nos impiden seguir. 

Hay muchos lentes por los que podemos ver el diseño. Por ejemplo, el lente infantil es sumamente simple y mucho más libre. La creatividad de los niños permiten que las ideas fluyan sin limites. El lente adulto se ve limitado por querer ser más lógico y por seguir preconcepciones sociales. Estas preconcepciones son los obstáculos que no nos permiten fluir con una idea. 

La metodología que usamos al momento de diseñar, da paso a que surjan ideas disitintas o complementarias a las que tenemos. Por ejemplo, si solo nos enfocamos en diseñar edificios o a bocetear a lápiz, nos estamos poniendo un límite. Por el contrario, si exploramos más campos de diseño u otras técnicas de dibujo (pintura, acuarela, carboncillo, entre otros), escapamos de esa prisión que cohibe nuestra creatividad. 

Cuando encontramos la libertad de diseñar con distintos métodos y campos, encontraremos que es un proceso llevadero y divertido. Eames era una firma que dejaba su creatividad fluir, sin ser un ambiente sumamente estructurado. Con la información que obtengan de un método o campo, se puede implementar en otro proyecto para buscar su solución. La libertad del diseño es eso: fluir, complementar ideas y divertirse en proceso. 

El espacio: un juego de ajedrez

El espacio que concebimos como diseñadores, es obtenido a través de cómo jugamos con nuestras piezas. Si pensamos en el ajedrez, siendo un juego bien estratégico, la tabla sería el plano en el que trabajamos. Las piezas que lo componen y sus distintas funciones pasan a ser diversas estrategias utilizadas para pensar en el espacio; se establecen los limites y las aberturas. La tabla de juego, en conjunto con sus piezas, crean el juego de ajedrez. Si lo pensamos de esta forma, el papel, puntos, líneas, van creando lo que conocemos como espacio. 

Inicialmente, pensando en la tabla de ajedrez, esta tiene una retícula en el que las piezas se mueven. Alternan de color; usualmente unas blancas y otras negras. En este plano, se puede pensar en el espacio como bidimensional. Dejándonos llevar por estos colores totalmente opuestos, los blancos se identificarían como espacios positivos, mientras que los negros serías los espacios negativos. 

Llevando este concepto al plano tridimensional, el ajedrez funciona a través de piezas. Estas piezas se mueven de distintas formas, sea linealmente u horizontalmente. Además, el objetivo del juego es eliminar las piezas del oponente, hasta que la pieza más importante se elimine o no haya más opción para avanzar en el juego. Siguiendo esta analogía, cuando en el ajedrez se elimina una pieza del oponente, se puede imaginar como un plano en el espacio que se elimina. Por ende, esto sería la creación de aberturas, mientras que las piezas establecen los límites o las paredes. Otra forma en la que se puede definir es la siguiente: la pieza eliminada crea el espacio, mientras que las demás piezas definen la estructura. Por último, cabe destacar que estas piezas no solo establecen los límites, sino, definen la circulación y el sistema direccional.

Al fin y al cabo, el diseño de un espacio, debe ser igual de estratégico que un juego de ajedrez. La forma en la que movemos las piezas, eliminamos (o añadimos) y la relación que creamos entre las distintas estrcuturas en el plano; no son al azar. Lo que se conceba, sea en un plano bidimensional o tridimensional, va a jugar con los demás espacios de su contexto; creando a su vez aún más relaciones interespaciales. 


El esqueleto arquitectónico

A la vez que se conceptualiza un espacio, se debe pensar en el esqueleto del mismo. ¿Cómo se apoya o se aguanta lo que estamos diseñando? Además, una vez se piensa en el mecanismo de soporte, también se debe pensar en el encubrimiento. ¿Cómo este encubrimiento actúa sobre el espacio? Es escencial pensar en los efectos que este tiene sobre el espacio en el que se trabaja. Al trabajar con el espacio, al igual que es estratégico como un juego de ajedrez, se debe pensar en los aspectos tangibles que influyen en el ámbito físico que habitamos. 

Cuando el espacio conceptualizado pasa a un plano físico, se implementa el sistema material. Esta la dividiría en dos partes: lo estructural y el encubrimiento. El esqueleto humano sería la estructura del espacio: las columnas, las vigas, varillas de metal entre paredes, entre otros aspectos. Todas sirven de apoyo; aguantan todo el peso de la edificación. Además, su distribución y ubicación ayudan a la secuencia espacial. Sus interrupciones dentro del paso hacen que circules de cierta forma en el espacio.

El encubrimiento sería la piel que rodea o que encierra el plano espacial. Esta piel puede variar en textura, transparencia, rigidez, entre otro aspectos, que influyen en la manera en la que se puede percibir. Mientras más transparente, con entrada de iluminación y un sentimiento liviano del material, el espacio se va a percibir como uno que no se sobrepone sobre el visitante. La carga y el peso liviano que transmite hace que lo apreciemos de distintas formas. 

El sistema material se puede dividir en dos: estructural y el encubrimiento. En conjunto, estas llevan el concepto de espacio de un plano bidimensional a uno tangible. Por consiguiente, la manera en la que estos dos aspectos pueden jugar entre sí, crean distintas sensaciones. Sensaciones clautrofóbicas, de livianez y varias más son las que una mente maestra puede crear en distintos usuarios. 

¿Qué distingue a la arquitectura?

¿Qué distingue a la arquitectura? ¿Qué la hace única? Cuando observamos la arquitectura de distintas épocas o países, tienen un estilo y ornamentación carácterísticos. El conjunto de elementos armoniosos establecen un orden, haciendo que se destaque de los demás. Sin embargo, ¿el estilo y la ornamentación son conceptos similares o distintos? Por otro lado, ¿estos establecen singularidad dentro de la multitud?

El estilo o ornamento son conceptos distintos, pero relacionados. LLevándolos a un ejemplo sencillo, podemos pensar en la ropa, moda y las distintas manera de expresarse. Pensando en el aspecto micro, cada pieza individual es un ornamento. Sin embargo, al haber armonía entre ciertas piezas, combinaciones o las tendecias creadas, se establece un estilo. El estilo establece un orden o unos parámetros de cómo utilizar las piezas para que sea considerado bajo esa categoría. LLevando este ejemplo a la arquitectura, las forma en la que se ornamenta un diseño, cae bajo el estilo que le determinemos. Por esta razón hay distintos tipos de arquitectura porque cuentas con distintas características. 

En cuanto a la singularidad de estos estilos y ornamentos, parece ser un concepto que viene y va. Cuando está surgiendo un nuevo estilo, por el momento es algo singular. Una vez se populariza y se vuelve una tendencia, así homogenizando al colectivo. De primera instancia se puede pensar que ya no es singular, sin embargo al compararlo con los macros o con otros colectivos, hay distinción entre ellos. Por está razón, el colectivo se vuelve singular dentro de la multitud. 

El estilo y ornamento tienen un significado más profundo. No es solo lo que podemos apreciar con nuestra mirada, si no las implicaciones que puede tener sobre un colectivo o una época. La relación entre ambas hace que se pueda distinguir, así expresando su cultura y perspectivas, por lo que se puede ver influenciado. Tanta diversidad permite tener una variedad que podemos apreciar y admirar. 

Arquitectura trascendente: el Partenón y las catedrales de la Edad Media

Cuando vemos la historia de la arquitectura, distintas culturas a través de los siglos han edificado y asentado la base para la humanidad. En el caso de culturas antiguas, muchas giraban entorno a lo espiritual y sus creencias. Ese sería el caso del Partenón y la catedrales de la Edad Media. ¿Cómo estas edificaciones reflejan la sociedad de la época? ¿Cómo han influenciado hasta el sol de hoy?

Las sociedades antiguas eran sumamente teocéntricas, por lo que la religión estaba bien presente. En el caso del Partenón de Grecia, era un espacio que simboliza la grandeza ateniense en la política democrática y la devoción a los dioses. Esta edificación, con espacio amplios y altos, era dedicado a la diosa de la ciudad, Atenea. Tanto así, que dentro del Partenón, se encontraba una estatua magnífica de la diosa, a la cual le rendían tributo. En cuanto a la Edad Media, podemos encontrar la esencia religiosa y espiritual de esta sociedad mediaval en la catedrales. Los espacios a doble altura con arcos que te transportan a un mundo más allá de la realidad, al pasar por ellos, buscaban inspirar asombro. Por otro lado, estas edificaciones tenían más usos que el religioso, eran centros de vida comunitaria. 

Esta arquitectura antigua, que solidificaba la religiosidad de las sociedades, ha tenido pertinencia en la sociedad actual. El Partenón tiene una perfección geométrica y de proporciones que ha inspirado a la contrucción de distintos cuerpos gubernamentales. Por ejemplo, podemos ver la inspiración directa en la entrada de la Casa Blanca de los Estados Unidos o el Partenón de Nashville, que es casi una réplica de la antigüedad. Estos edificios no solo emulan lo estético y geométrico, si no el propósito. Muchos de estos edificios son gubernamentales, así asentando el propósito político, al igual que lo hacía la Antigüa Grecia. 

Las catedrales de la Edad Media y las edificaciones antiguas como el Partenón son ejemplos, no solo de la adoración y la fe del ser humano o del sistema implementado por el que se regían, si no, de la capacidad de la humanidad para materializar belleza. Independientemente de sus culturas y épocas, ambas dejan un legado monumental, así dejando un testimonio a la humanidad del ingenio humano. 

Le Corbusier: una vista panorámica

Le Corbusier rompió con la estética y tradición de lo que era la arquitectura en su época. Trajo una visión modernista y minimalista, así dando paso a una nueva era de diseños que perduran hasta el día de hoy. Sus diseños abogaban en la eficiencia y simplicidad, como podemos ver en una de sus obras: la Villa Savoye. 

Es su icónica obra, implementa cinco puntos que proponía Le Corbusier. Entre estos se encontraban las columnas, una planta libre, ventana panorámica, fachada simple y el techo jardín. La funcionalidad y flexibilidad de estos cinco puntos permite que haya una conexión con el entorno natural, como lleva a cabo con sus otras obras. La naturaleza siempre está presente. Desde el interior se puede apreciar la vegetación circuncidante y, en la planta baja, al ser completamente abierta, hay conexión directa con el contexto natural.

Los elemento arquitectónicos como la fachada tienen un enfoque minimalista. La limpieza y modernidad de sus edificación ha servido como base o guía para muchas contrucciones modernas. De esta forma, inmortalizan al arquitecto, ya que replican técnicas y estéticas de un diseño que ha sido perdurable en el tiempo.

El legado de Le Corbusier es uno que dio paso a repensar el diseño y la perspectiva que tenemos de los espacios. Sus obras, como la Villa Savoye, son símbolos perdurables que nos han ofrecido una vista panorámica de la versatilidad del diseño. De esta forma, uno pensando fue de la caja o lo ordinario, trae nuevas soluciones, estéticas y propuestas para una sociedad cambiante. 


Lo abstracto: ¿es simple?

Cuando pensamos en la abstracción, a veces podemos pensar que es algo simple. Sin embargo, Jackson Pollock, al igual que otro artistas demuestra la complejidad de la misma. A través de la abstracción, Pollock buscaba capturar el movimiento y la energía del arte en sus venas. Dado a esto, sus pinturas consistían de muchas salpicaduras y entrelazamientos. 

Viendo las obras de Pollock, la abstracción está lejos de ser simple. De hecho, muchas personas no reaccionaron positivamente a la compra de una de sus obras por parte de un gran museo en Australia, lo que les costó millones. Sin embargo, aunque estas personas lo interpretaban como algo sin sentido, la cabeza del museo tenía una mirada más allá. Esta abtracción requiere profunda simplificación y destilación o manipulación de la realidad. De esta forma, lo que buscaba Pollock era capturar la esencia del humano y la naturaleza sin necesidad de ser literal o figurativo. 

Por otro lado, la simplicidad que puede aparentar la abstracción es engañosa. Cada salpicada, cada trazo que hacía Pollock demostraba sus dominio. Dominio en técnicas y dominio en la esencia humana, ya que hay una conexión directa de mente-cuerpo, así liberando el espíritu. Además, la abstracción requiere una profunda exploración de colores, texturas, sentimientos, experiencias, entre otros. Por esto, no es simplemente eliminar capas de detalles superficiales, si no, consiste de una complejidad subyacente que requiere exploración. 

La belleza de lo abtracto es lo reaccionario que es. Las respuestas emocionales y la interpretación hace que una obra de arte pueda ser multifacética o con distintos significados, ya que no depende de una narrativa figurativa. Pollock, al igual que otros artistas, nos invitan a sumergirnos en las sensaciones y emociones de sus pinturas, adentrándonos en la compleijidad de la mente del ser humano y la naturaleza. 

Reflexionando con compañeros

A través del semestre, todos hemos realizado nuestras propias reflexiones. La variedad de líneas de pensamiento y diseño de blogs son representaciones de nuestras personas. Además, podemos observar la forma en la que organizan y presentan sus puntos. De las distintas páginas, escogí los siguientes blogs de mis compañeros: Claudia Class, Yanelis Alvarado y Sofía Pagán. 

El blog titulado "La arquitectura, un arte cambiante" de Claudia Class nos da un vistazo al rol del arquitecto, desde el punto de vista de la compañera. Un arquitecto reinterpreta el pasado para implementarlo en el presente, trayendo soluciones para un futuro mejor. Además, trae a la mesa la conciencia ambiental que debemos tener al momento de diseñar. 

"La moda y el gusto es un juicio valorativo (estilo y ornamento)" de Yanelis Alvarado, presenta cómo muchas veces la arquitectura trata de pertenecer o de responder a un contexto. Pienso que si nos regimos mucho para pertenecer en algo, el diseño se volvería una monotonía. Claro, es placentero que todo tenga un ritmo y, de hecho, al ser algo colectivo, hace que se distinga de otros. Sin embargo, dependiendo del diseñador, siempre hay formas de jugar las cartas para traer cosas innovadoras a la mesa, que pueden aportar a la mesa. 

Por último, "Tesoros de la arquitectura: revelando el alma de las estructura monumentales" de Sofía Pagán nos presenta como edificaciones trascendentes como el Partenón o las catedrales góticas de la Edad Media tienen un alma. Me parece interesante como personifica el propósito de estos edificios, que de alguna manera impactaba las creencias o la fe de las respectivas sociedades. Siendo edificios religiosos, las paredes guardan memorias dentro del espacio. El "eco de los rezos y los cantos" demuestra como un espacio tiene gran efecto, no solo sobre la época en la que fue contruída, si no en los milenios por venir, porque la huella que deja inspira.

En general, la organización y la estética de los blogs intrigan al lector. El ritmo que sigue y la elocuencia de los títulos y contenido, causa curiosidad en la persona. Personalmente, conociendo bien a mis compañeros, podemos encontrar algo de sus personalidades dentro de los blogs, sea los colores, las imágenes de la naturaleza, la elocuencia de los textos, entre otros aspectos. Adentrándome en sus publicaciones, he tenido un vistazo a sus perspectivas, las cuales me han invitado a reflexionar. 

Frank Lloyd Wright: cascadas de ingenio

La arquitectura debe ser una disciplina que abre los diseños a la naturaleza. Así lo hizo el arquitecto Frank Lloyd Wright, con su emblemático diseño de la Casa de la Cascada. Él desarrollo el concepto de arquitectura orgánica. ¿Qué implica este concepto? Por otro lado, ¿cómo la aplica y la hace realidad?

La arquitectura orgánica busca crear estructuras que se integren al entorno. En la búsqueda de crear armonía entre el humano y la naturaleza, se unifica la estética con la funcionalidad. La estética de la casa responde al contexto, dando la impresión que surge del terreno. Por otro lado, estímulos naturales como el agua fluyendo a través de la casa, permite que haya una conexión más íntima. 

Otras formas en las que Wright hace sus ideas tangibles es a través de la reimaginación del uso de materiales y técnicas. La forma en la que utiliza la madera, piedra y vidrio da la impresión que la casa es parte del terreno y no es algo impuesto. La terrazas, que parecen capas sedimentadas del contexto, y los ventanales que permiten la internimable conexión entre el interior y exterior, le dio un enfoque nuevo a la arquitectura de su tiempo.

La arquitectura que nos deja Wright es una inspiradora y una que nos abre los ojos. Tratar la arquitectura como un puente entre la naturaleza y el humano es clave al momento de diseñar. El respeto que le tenía a la naturaleza es uno que debemos adoptar, así respondiendo a crisis que enfretamos hoy día.

Gaudi: el arquitecto escultórico

A veces es bueno romper las reglas. Así lo hizo Antoni Gaudí, el arquitecto catalán que no se conformaba con el paisaje urbano de Barcelona. Sus obras son esculturas habitables, unificando funcionalidad con belleza. Con la Sagrada Familia, la Casa Batlló y otras edificaciones famosas, redifinió el carácter arquitectónico de la ciudad. 

La Sagrada Familia, una gran obra que sigue en contrucción hasta el día de hoy, es arte viviente. La magnitud en tamaño y los detalles bíblicos que acarician cada cara de la edificación redefininen lo que es la arquitectura religiosa tradicional. Al rodear y atravesar la edificación, cada cara relata instancias de la vida de Jesús. Una vez en el interior, podemos apreciar la integración de la naturaleza con la luz natural. En un espacio amplio, la luz se integra a través de los grandes vitrales, que cambian varían en tonos. Esto le da vida al espacio.

En el caso de la Casa Batlló, simula el contexto de la ciudad. Localizado en la cercanía del mar, la casa presenta una forma ondulada que da la impresión que surge del fondo del mar. Además, en conjunto con los techos escamados y sus balcones, dan vida a la ciudad. 

Gaudí es un gran ejemplo de creatividad e individualidad en el diseño. Nos demuestra que la arquitectura puede ser expresiva y funcional. Dentro de sus estructuras, las experiencia que brinda resona emocionalmente. Por eso, su legado es uno inspirador que trae innovación, belleza y funcionalidad a la mesa.