Santa Cruz de Tenerife
Redacción TW.- El menceyato de Anaga ocupaba el territorio donde se encuentra la ciudad, y antes de su conquista, tanto aborígenes como europeos transitaban por la zona. En 1496, la Corona de Castilla anexó el territorio, y en el siglo XV, Santa Cruz se convirtió en un importante centro de avituallamiento para barcos que se dirigían a América. La sociedad se formó con marineros, comerciantes, soldados y guanches, especialmente mujeres, que contribuyeron a la sociedad actual.
El comercio floreció en la ciudad gracias al desarrollo del puerto de Santa Cruz bajo protección de fortificaciones militares, atrayendo a piratas. El castillo de San Cristóbal, ubicado en la actual Plaza de España, fue una fortaleza importante que desapareció debido al crecimiento urbano. A lo largo de la costa, se construyeron otras fortificaciones para proteger el puerto.
Un poco de historia.
Un evento clave fue la victoria de Santa Cruz sobre la Armada inglesa del almirante Nelson en 1797, lo que otorgó independencia administrativa y política a la ciudad. El puerto y el comercio impulsaron una burguesía que contribuyó a importantes obras arquitectónicas, como la Plaza de Weyler y la Alameda del Duque de Santa Elena. En 1833, Santa Cruz se convirtió en la capital de la provincia de Canarias, y la Ley de Puertos Francos de 1852 estimuló el comercio colonial europeo en el puerto de Tenerife.
Durante la época franquista, la ciudad experimentó dificultades debido a la autarquía en España, que restringió el comercio. En tiempos recientes, el puerto de Santa Cruz ha perdido terreno frente al de Las Palmas de Gran Canaria, pero la ciudad mantiene su vitalidad comercial.
Patrimonio.
El patrimonio histórico de la ciudad incluye el Castillo de San Cristóbal, el Castillo Negro o Castillo de San Juan Bautista, la Torre de San Andrés, el Fuerte de Almeida y la catedral de la Concepción. La ciudad también cuenta con un patrimonio moderno, como el Auditorio de Santa Cruz, diseñado por Santiago Calatrava, y el TEA, así como la renovación de la Plaza de España.
Gastronomía.
En cuanto a la gastronomía, Santa Cruz ofrece una amplia variedad, desde cocina canaria hasta internacional. Restaurantes como Kazán y la pastelería Soto son ejemplos notables. También se pueden disfrutar de bocadillos en lugares como el Bar Imperial o la famosa pastelería Echeto.
Vida nocturna.
La vida nocturna se concentra en La Noria y la Avenida Anaga. En La Noria, las casas antiguas albergan restaurantes y zonas de baile, mientras que la Avenida Anaga ofrece restaurantes, pubs, discotecas y karaokes para diferentes públicos. La calle El Clavel es ideal para mezclarse con los lugareños, y la Plaza San Francisco ofrece un hermoso entorno para disfrutar de copas entre edificios antiguos y árboles gigantes.