El maíz es sagrado y ocupa un papel central en su vida.
Cultivan maíz, frijol, calabaza y papa en terrazas o campos de montaña.
Todo el trabajo agrícola se realiza de forma comunitaria, y se celebra con fiestas.
Tienen una mezcla de creencias indígenas y cristianas (especialmente del catolicismo introducido por los jesuitas).
Sus fiestas suelen durar varios días y están acompañadas de danza, música, comida y tesgüino (una bebida ceremonial de maíz fermentado).
Se alimentan principalmente de productos del campo: maíz, frijol, calabaza, hierbas silvestres, y animales de caza.
El tesgüino (bebida fermentada de maíz) se usa en rituales, fiestas y reuniones importantes.
Utilizan instrumentos como el violín rarámuri, tambores y flautas.
Las danzas tienen un fuerte carácter ritual, como la "Yúmari", que se hace para pedir buenas cosechas o dar gracias.
Bailan en grupo alrededor de fogatas, con pasos repetitivos y simbólicos.
Las más conocidas son:
Rarajípari: los hombres corren en equipos pateando una bola de madera durante muchas horas o incluso días.
Ariweta: las mujeres hacen lo mismo, pero con aros y palos.
Estas carreras tienen un valor ritual y social, no solo deportivo.
Viven en comunidades pequeñas, donde la ayuda mutua es clave: siembra, construcción, festividades.
El respeto a los ancianos, la naturaleza y las costumbres se transmite de generación en generación.
Hombres: camisa de manta, calzón largo, faja y huaraches.
Mujeres: blusas y faldas largas, coloridas y con estampados, además de rebozos.
Las prendas reflejan identidad cultural y orgullo rarámuri.