Para muchos directivos de grandes empresas, invertir en protectores contra sobretensiones resulta una decisión ardua. Una de las razones más comunes es la abismal oferta en el mercado. Sin embargo, no todas las empresas proveedoras brindan la experiencia adecuada, ni mucho menos calidad. De esta manera, estos líderes se ven en la obligación de invertir gran parte de su tiempo en investigar a los proveedores, muchas veces llegando a resultados no muy satisfactorios.
Por este motivo, y para evitar que esto te pase, en el siguiente artículo nos dedicaremos a explicar cómo funciona un protector de sobretensiones en la industria. Asimismo, profundizaremos en la importancia de elegir a un buen proveedor pues ello repercute, casi paralelamente, en ahorro de costos, de tiempo e, incluso, energéticos.
Las sobretensiones transitorias, también conocidas como picos de tensión, son una amenaza latente en cualquier instalación eléctrica industrial. Estas fluctuaciones pueden exceder la tensión nominal de operación y causar daños severos a los equipos eléctricos conectados. Los equipos electrónicos modernos, en especial aquellos utilizados en la industria, son sensibles y requieren una protección efectiva contra estos eventos.
Un protector contra sobretensiones es un dispositivo de protección diseñado para salvaguardar los equipos conectados al sistema eléctrico industrial. Su función principal es limitar el nivel de protección (Up) ante sobretensiones transitorias. Lo importante es asegurar que la tensión que llega a los equipos permanezca dentro de los límites seguros de operación.
En la actualidad, la sostenibilidad y el ahorro de energía son imperativos cruciales para el sector industrial. La búsqueda de soluciones está guiada hacia la reducción del impacto ambiental y la optimización de la eficiencia operativa. A continuación, presentamos algunas estrategias clave para alcanzar estos objetivos:
Eficiencia energética en procesos industriales: Implementar tecnologías más eficaces en los procesos de fabricación o producción. Esto incluye el uso de máquinas y equipos con mayor tecnología que optimicen procesos con un mejor consumo de energía.
Uso de energías renovables: La integración de fuentes de energía renovable, como la solar, eólica o hidroeléctrica, puede reducir la dependencia de combustibles fósiles. Estas fuentes de energía renovables se utilizan para alimentar parte o la totalidad de las operaciones industriales. El propósito es disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Gestión inteligente de la energía: La implementación de sistemas de gestión energética puede optimizar el uso de recursos, identificar áreas de desperdicio y mejorar la eficiencia. En especial, aquellas que monitorean y regulan el consumo de energía en tiempo real.
Uso de tecnologías de iluminación eficiente: La actualización a sistemas de iluminación LED puede reducir significativamente el consumo de energía en entornos industriales.
Estas prácticas ayudan a reducir el consumo de energía y pueden generar ahorros significativos en costos operativos a largo plazo. Además, al adoptar medidas para mejorar la eficiencia energética, las empresas pueden mejorar su imagen corporativa al demostrar un compromiso con la sostenibilidad ambiental.
En el entorno actual, existe una creciente preocupación por estos temas. En especial el uso de protectores contra sobretensiones transitorias. Porque generan ahorros económicos e impactan a largo plazo en el uso eficiente de la energía.
Esto es posible, por ejemplo, al ampliar la vida útil de los equipos. Reduciendo de esta manera la cantidad de desechos electrónicos, el ahorro y eficiencia energética. Porque los equipos se mantienen en funcionamiento óptimo y evitan fallos o desperdicios.
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