SILENT ACOUSTIC

¿Por qué trabajan con materiales cotidianos?

DJ Barrett: Me llama la atención materiales como la madera (de preferencia vieja), cartón, alambre, metal y suministros de plomería por varias razones. Primero, encuentro un atractivo estético inherente en estas cosas, y al hacer con ellas obras que serán vistas como arte, tal vez otras personas también reconocerían su belleza. Otra razón tiene que ver con la humildad de materiales como estos: no son cosas caras de una tienda de materiales de arte, sino materiales que uno puede encontrar en la calle, en el tianguis, en sitios de construcción y en ferreterías. La naturaleza proletaria de estos materiales tiene una resonancia política y social para mí.

Emily C-D: Haciendo hincapié de este punto, me gustaría agregar que la accesibilidad de estos materiales intrínsecamente habla del acceso al arte, como algo que todxs podríamos crear si la situación social lo permitiera. Trabajar con materiales cotidianos le da la vuelta a la idea de que solo lxs educadxs y aquellxs que pueden pagar por materiales de calidad pueden crear arte valioso. Su valor radica en el acto de crearlo. Actualmente, el arte sigue siendo algo consumido principalmente por una élite y, por lo general, creado por trabajadores que no reciben beneficios sociales, una realidad brutal que se exagera bajo el panorama pandémico actual. Y, sin embargo, el arte no solo es nutritivo y un gozo de consumir, sino un acto poderosamente transformador para quien lo crea. Es interesante notar que al estar de repente aisladxs en nuestros hogares, muchxs empiezan a reconectarse con sus impulsos creativos que se habían quedados en la infancia. Todxs tenemos mucho material a nuestro alrededor para explorar ideas si sabemos cómo mirar, escuchar e imaginar. Habilidades que son absolutamente necesarios para aprender lecciones del reto de la realidad actual y trabajar juntxs hacia cambios positivos en nuestras sociedades y la forma con que nos relacionamos con la red de la vida que nos sostiene.

¿Cómo influye a su obra visual su formación como músicos de improvisación?

DJ Barrett: Es una influencia profunda, ya que estuve muy involucrado en la improvisación libre durante varios años. Se manifiesta de muchas maneras en mi trabajo visual, pero principalmente es un estado mental de cómo abordo el trabajo. Como improvisador, tienes que confiar en tus instintos, estar preparado para cambiar lo que estás haciendo en un instante, escuchar atentamente mientras estás tocando/creando simultáneamente, superar los límites de tu técnica, trabajar para rechazar ideas y patrones que antes funcionaban, y saber cuándo callarse. Todas estas habilidades también entran en juego en mi práctica visual. Y cuando funciona--y saber y aceptar que no siempre funcionaría es una gran parte de eso también!--cuando funciona, terminas en un lugar extraño, maravilloso y emocionante que simplemente no podrías haber imaginado de otra manera.

Emily C-D: Claro, se trata de mirar, escuchar y responder. Que sea armonizando y manteniendo el ritmo, o decidiendo empujar los límites sonoros, visuales o sociales para descubrir nuevas verdades. Tanto un artista solitario que responde a sus materiales, como un músico en un conjunto, son creadores que trabajan en colaboración; uno debe de estar abierto y dispuesto a trabajar hacia algo nuevo. Por mi parte, me ha dado cuenta de que puedo no tocar mi violín por un periodo de meses o hasta años mientras estoy más enfocada en la producción visual, y sin embargo, cuando regreso a la música, toco mejor que nunca. Ambos el arte y la música tienen que ver con tono y ritmo y, como tales, se informan y se nutren mutuamente.

¿Cómo informa su práctica artística a su forma de actuar en el mundo?

DJ Barrett: ¡Esa es una gran pregunta! Una cosa que espero es que mi práctica artística refleje y refracte en el sentido de humildad del que hablé anteriormente. Ciertamente, ha profundizado mi aprecio por los trabajadores y artesanos que tienen conocimientos especializados y habilidades que casi nunca son lo suficientemente apreciados o celebrados. Pero creo que ser un artista de cualquier tipo termina influyendo todos los aspectos de tu vida de alguna manera. Se convierte en quién eres y en la lente a través de la cual ves e interactúas con el mundo. Y se convierte en la única respuesta a un mundo loco y de miedo que casi no entiendo. Algunas personas se convierten en activistas, y de hecho algunos artistas usan su arte como una expresión de activismo, pero para mí es solo el simple acto de creatividad, de crear obra, que se siente como la mejor manera en que personalmente puedo hacer algo que es esperanzador, algo que reafirma lo bello de la vida, y que habla de nuestra naturaleza como humanos, tratando juntxs de salir adelante en esta vida terrestrial.

Emily C-D: Para mí, trabajar con madera tirada definitivamente me ha inspirado a reflexionar sobre las implicaciones de la existencia de este material y la panorama de su origen. ¿Sabías que los árboles liberan gases que ayudan a sembrar nubes en la atmósfera? ¡Literalmente atraen a la lluvia! La deforestación es una triste realidad en nuestro mundo y contribuye a la desertificación, la sequía y la degradación del suelo y la calidad del aire. Esta serie de esculturas me ha inspirado a aprender sobre las especies de árboles nativos locales y ¡tratar de germinar algunas semillas!

Hubo una iniciativa de los artistas en intervenir la madera, en Emily C-D, es esa madera que ha quedado relegada, la que no se destina para nada, la que pudo estar abandonada por mucho, en un lugar insospechado. En DJ Barrett, cobra sentido la unión de oxidado fierro, para comulgar en la madera que se vuelve resonancia. Llama la atención que a pasar de comulgar madera y artistas, ambos definen sus piezas, ambos buscan dialogar, pero al mismo instante conversan de manera íntima en sus diálogos con los materiales.

Emily C-D destina sus piezas a la libre, a buscar ataduras posibles y que estén expresando simultáneamente libertad sin fin. Y en DJ Barrett, estas maderas protegen como el vientre, para tener un lenguaje que comunicar, límites que invitan empujar y salir, o no. Ambos sorprenden por usar el mismo material de muy diversa interpretación, de ahí la importancia de unir sus conversaciones y sus narrativas. Ambas maestrías, seducen, al sobre poner una pieza sobre otra, acomodar vetas milenarias y bordar con finos hilos o alambres del ser, lograr estas piezas reunidas.

No es más que el deseo de crear imágenes nuevas para la tierra que todo lo prodiga, es éste el misticismo que bordea las obras de los artistas. ¿Esa madera, ahora escultura, bebió un río? O ¿solo fue casa de unos pájaros que decidieron abandonarla? Ellos, los han reunido.

En los relojes de Emily, permanece un no medida, un no encierro, un grito desgargante que invita a reinterpretar lo que no es útil, lo que no tiene un precio y lo obtenemos con solo poner la mano sobre él. En contraste, el acomodo por contenerse las piezas casi vírgenes en formas y texturas, DJ Barrett prefiere enclaustras, a medida que puedan desgarrar todo su potencial inerte, aunque en momentos algunos elementos salen de la caja. Aquí ésta la propuesta a conversar, jugar e invitar al espectador a hacerlo, como bien lo resolvieron ellos mismos.

Se sumergieron tan hondamente en ese dialogo, vemos como aflora con sutileza, se dieron pautas para nombrar sus piezas, éstas que podemos apreciar, bajo el delirio del pulido, y la composición que sobre pasa el puro ensamble, donde cada pieza se reconoce a sí misma, y ya, todas se muestran bajo una gama tierra, o al menos nos conecta con ella. Una vez acabadas, -si puede haber un terminar- ambos artistas, en las cajas y en los relojes, revelan la vida que se ha encerrado por mucho, nos llenan de una nostalgia de niños, que podemos seguir jugando con un trozo de madera, evocar y rehacer la infancia que nos haya apasionado.

Las cajas y sus relojes, conformaran piezas libres de juego, donde mirar, respirar y olernos. Hasta penetrar atreves de sus poros, vivificarnos de sus nuevos colores, y matices por discernir. Al final, el arrullo es de todos.

Víctor Fuentes, Galería Gubidxa, Oaxaca, Mexico