Comunidades monásticas: retos del siglo XXI.
Del lunes 26 al jueves 29 de agosto nos hemos encontrado en el Centro Vedruna de Valladolid para celebrar la XXXIX Semana de estudios monásticos 50 monjes y monjas procedentes de diferentes comunidades. Concepcionistas, Benedictinos/as, Cistercienses y laicos/as de Italia, Portugal y España hemos vivido unos días de reflexión, diálogo, celebraciones litúrgicas y convivencia muy positivos para todos.
La mañana del lunes 26 fue el momento de recibir a los que iban llegando a la amplia y acogedora casa donde estuvimos muy bien atendidos desde el primer al último día. Después de la comida y el descanso, ya reunidos todos, se dio lugar a la apertura de la SEM por parte de su presidenta Ernestina Álvarez OSB.
El tema que nos convocaba: “Comunidades monásticas: retos del siglo XXI” iba a desarrollarse en esos días desde diferentes puntos de vista y con distintas dinámicas de trabajo.
Antón Gordillo OSB planteó como punto de partida una mesa redonda sobre “La sinodalidad en la vida monástica”. 6 de los participantes en la SEM, pertenecientes a 4 familias monásticas y 1 escolapio compartieron cómo se vive la sinodalidad en sus comunidades concretada en la manera de tomar decisiones y de llevar a cabo el servicio de autoridad por parte del abad/esa o del superior. Las cuestiones que se plantearon se comentaron a continuación en pequeños grupos, para terminar con un diálogo en la asamblea.
El martes 27 por la mañana Antón Gordillo OSB y José Carlos Herrero (fraternidad laicos cistercienses) presentaron el tema “Los jóvenes y la vida monástica: cómo nos ven los ya incorporados y los de fuera”.
En primer lugar tuvimos ocasión de visionar una entrevista a varios postulantes y novicios benedictinos/as a quienes se les preguntaba por su motivación vocacional y experiencia de vida en sus monasterios. A continuación, reunidos en pequeños grupos comentamos lo que nos habían sugerido las palabras de los jóvenes, los cambios que percibíamos respecto a la experiencia vocacional de cada uno, si estábamos o no de acuerdo con lo que habíamos escuchado… Después los secretarios/as de cada grupo llevaron a la asamblea el resumen de lo que se había hablado. De los testimonios de los jóvenes entrevistados destacamos la firmeza de su vocación y la facilidad de asimilación de la espiritualidad monástica.
A continuación José Carlos presentó un nuevo vídeo con las entrevistas esta vez a una familia y a varios laicos/as quienes compartieron su visión de la vida monástica. También los laicos presentes en la sala fuimos invitados a responder a la pregunta: ¿Qué esperas de la vida monástica? En todos la experiencia común es la de encontrar en los que viven esta vocación acogida, escucha, testimonio de fe y aliento para crecer en la vida cristiana.
José Carlos recogió todo lo que se había comentado y compartió su experiencia de laico vinculado a una comunidad cisterciense.
La tarde del martes se presentó con un tema muy esperado por todos los participantes en la SEM: “Nuestros mayores: algunas sugerencias”. Para iluminarlo con su experiencia y conocimientos contamos en primer lugar con el testimonio de Genara García OSB.
Madre Genara compartió con gran sencillez su ya larga experiencia de acompañamiento de monjas mayores y enfermas en su monasterio de Alba de Tormes. Destacó cómo la ancianidad es el momento de un doloroso despojo que cada hermana va aceptando al tener que ponerse en otras manos. A este respecto citó las palabras de la RSB: la monja no ha de tener potestad ni sobre su propio cuerpo.
Se refirió además a cómo hay que acompañar esos últimos años de vida con delicadeza, mucho cariño, aliviando la carga de los mayores y enfermos y sin tener prisa, con paciencia. Los ancianos, afirmó, son maestros de la vida.
A continuación José Carlos Bermejo, Religioso Camilo, presentó datos sobre el envejecimiento en la vida religiosa actual de Europa. Aportó pistas para vivir con esperanza y realismo este momento que él definió como una experiencia luctuosa que presenta nuevos desafíos.
Las intervenciones y preguntas de los asistentes después de escuchar a los ponentes permitieron seguir reflexionando sobre estos temas que tanto nos conmueven a todos: cómo aliviar el sufrimiento, humanizar los cuidados, crecer con ocasión de la adversidad…
El miércoles 28 Gemma Morató OP y Conxa Adell OSB abordaron el tema “Comunidades monásticas del siglo XXI”.
Gemma partió en su exposición de la necesidad de la formación en este mundo en el que estamos anclados y que no podemos mirar desde fuera. Un mundo que vive la posverdad y una iglesia en camino de sinodalidad. Afirmó que nuestro tiempo es el tiempo del Espíritu. También habló de la comunicación, del diálogo (“volver a explicarnos la vida unos a otros”), de escuchar sin prejuicios.
Conxa compartió sus reflexiones sobre diversos temas: la falta de vocaciones, la formación permanente, ser testimonio de lo que queremos vivir, facilitar alivia la vida… Para terminar nos propuso un bello momento de danza contemplativa.
La tarde de este día la dedicamos a la reunión de la Asamblea general de socios de la SEM. Después de la merienda, Alberto Ramos (laico de León) nos ofreció un espacio para la oración, ambientado con el acompañamiento de su voz y su guitarra. Los textos musicalizados por él de santa Clara de Asís, santa Teresa, Santa Isabel de la Trinidad, San Rafael Arnáiz … ayudaron a entrar en un ambiente de recogimiento y contemplación que fue un regalo para todos los que participamos.
Amaneció el jueves 29, último día de nuestro encuentro. Los temas que teníamos en el programa se enunciaban así: “Participación de la mujer en la vida monástica” y “Futuro de la vida monástica: vocaciones y renovación espiritual”.
Carlos Torrejón OCSO y Mª Luisa Argüelles (laica de León) propusieron un trabajo en grupos motivado por unas palabras de la carta circular del Abad General de los cistercienses con motivo de la solemnidad de sus santos fundadores el 26 de enero de cada año. A partir de unas preguntas reflexionamos sobre cómo viven las comunidades la vocación monástica y cómo colaboran en el proceso vocacional de los jóvenes.
Sobre el tema de la mujer, las preguntas iban dirigidas a valorar la aportación que, como mujeres, hacemos a la vida monástica y a qué es lo que la vida monástica nos aporta.
El diálogo de los grupos se compartió después en la asamblea de forma creativa, pegando en un panel cartulinas que recogían en forma de poema, dibujos, símbolos y con palabras lo que se había comentado. Un grupo propuso además como gesto común un gran abrazo de todos/as. Las aportaciones coincidieron en que la vida monástica potencia los valores personales. Destacamos el sentido de pertenencia a una familia y la liturgia como el gran tesoro y la misión de la vida monástica. Vimos también cómo en los monasterios hay pequeños proyectos de apertura y acogida a los jóvenes. Siempre dispuestos a darnos a conocer.
Sobre las aportaciones de la mujer se hizo referencia a la ternura, la intercesión y la fe.
El diálogo posterior en la asamblea subrayó, por parte de las jóvenes que participaban en la SEM, cómo su compromiso con la vida comunitaria desde el primer momento de su incorporación al monasterio resultaba formativo y necesario para su crecimiento personal.
Todos los días celebramos juntos la liturgia. Laudes y Eucaristía a primera hora de la mañana. Nona, Vísperas y Completas. Todo bien preparado y cuidado. Acompañando los cantos con el teclado, la cítara y otros instrumentos musicales. Ensayando antes de cada celebración. Con la participación de todos: lecturas, acólita…
Esto nos ayudó a vivir la SEM con esa referencia espiritual que nos iba uniendo cada día en la alabanza, la acción de gracias… a Dios y a los hermanos.
Nuestro encuentro terminó agradeciendo a las personas encargadas del Centro Vedruna que nos habían atendido con tanta dedicación. Los abrazos de la despedida manifestaban lo que había sido una vivencia que fue creciendo desde el primer día: el amor fraterno.
Dimos por finalizada la XXXIX SEM con una valoración muy positiva de todo lo vivido.
(Marisa Argüelles)