Es el procedimiento mediante el cual la entidad estatal contrata directamente con una persona natural o jurídica, la prestación de servicios profesionales, la prestación de servicios de apoyo a la gestión o la adquisición de un bien o servicio, que tenga un proveedor exclusivo o por ser titular de los derechos del mismo. Esta modalidad contractual también procederá en caso de urgencia manifiesta, contratación de empréstitos, contratos y convenios interadministrativos. Esta modalidad de selección es independiente de la cuantía del contrato a suscribir.
Etapa precontractual: es el proceso que antecede a la formalización del contrato entre dos partes. Durante esta etapa, se llevan a cabo diferentes actividades como la identificación de la necesidad de contratación, la búsqueda y selección de posibles proveedores, la elaboración de los términos y condiciones del contrato, la negociación de precios y condiciones, entre otros.
Es importante que durante esta etapa se sigan los principios de transparencia, igualdad de trato y no discriminación, para garantizar que el proceso de contratación sea justo y equitativo. Además, es fundamental cumplir con la normativa legal establecida en cuanto a los procedimientos de contratación directa, para evitar posibles conflictos o impugnaciones en el futuro.
Contractual: En esta etapa se formaliza el acuerdo entre la entidad contratante y el contratista, en el cual se establecen las condiciones, derechos y obligaciones de ambas partes. En esta etapa se firma el contrato que regirá la ejecución del servicio o la obra a realizar, y se establecen los plazos de entrega, los pagos, las penalizaciones en caso de incumplimiento, entre otros aspectos relevantes. Es importante que todas las cláusulas y condiciones del contrato sean claras y específicas para evitar posibles conflictos en el futuro. La firma del contrato marca el inicio de la ejecución del servicio u obra contratada.
Poscontractual: se refiere al periodo después de que las partes hayan cumplido con sus obligaciones establecidas en el contrato. En esta etapa, las partes pueden llevar a cabo actividades como la liquidación de cualquier saldo pendiente, la resolución de disputas, el análisis de los resultados obtenidos y la evaluación del desempeño de las partes involucradas en el contrato.
Durante esta etapa, también es importante que las partes mantengan una comunicación abierta para resolver cualquier problema que pueda surgir y para establecer una relación de negocios a largo plazo. Además, es fundamental que se cumplan con todas las obligaciones fiscales, legales y regulatorias que pudieran presentarse después de la finalización del contrato.