Mario Melo Pradenas

El ex militar gay izquierdista al que le dio muerte la dictadura

Fue instructor de paracaidismo por su entrenamiento militar, dado de baja por su postura política ligada a la izquierda, parte del equipo de seguridad de Salvador Allende e integrante clave del MIR. Al final, la política que una vez le dio la mano, lo discriminó por su orientación sexual, y la institución a la que sirvió por años le daría muerte.


Por Makarena Sierra 17/06/2020

Era mediados de 1970 y el gobierno de Eduardo Frei Montalva llegaba a su fin. Mario Ramiro Melo Pradenas tenía 23 años, cuando lo llaman a retiro del Ejército junto a otros oficiales, por colaborar con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Por entonces, había alcanzado el grado de Teniente, integró la primera generación de Boinas Negras -la élite del ejército chileno- y llegó a desempeñarse como instructor de la Escuela de Paracaidismo de Chile, grupo que al interior de la institución se le asociaba a la izquierda.


El guerrillero que se pasa a las filas de izquierda

Tras el triunfo de Salvador Allende el 4 de septiembre de 1970, Melo pasa a formar parte de su aparato de seguridad, que más tarde se conocería en la historia como Guardia Armada Presidencial (GAP) o, como lo llamó la prensa golpista, Grupo de Amigos del Presidente, una unidad militar compuesto por alrededor de 120 militantes del MIR y del Partido Socialista.

Aquí es donde se comienza a hablar de su homosexualidad. Para Allende, el hecho de que Mario Melo fuera un ex oficial del Ejército que se pasó a las líneas del MIR, significaba un símbolo político de que miembros de las Fuerzas Armadas apoyaban el gobierno de la Unidad Popular. Sin embargo, según la declaración judicial de Max Marambio -compañero de Melo en el GAP y, posteriormente, estrecho colaborador del presidente de la UP-, Allende le comenta que uno de los miembro del GAP había tenido problemas en el Ejército.

A mandato del presidente socialista fue que el empresario revisa el expediente de Mario. En el se daba cuenta de cómo este había vulnerado normas de convivencia entre oficiales y subordinados: Melo había alojado a un suboficial en su pieza tras una fiesta. Marambio se imaginó que sólo había sido un quebrantamiento de normas militares, hasta que personas del MIR le confirman la homosexualidad de Mario.

Un año más tarde, en medio de una serie de discusiones que se volvieron insuperables, el movimiento izquierdista dirigido por Melo se infiltra en la morada presidencial para hacerse con el armamento del GAP y se dirige a una parcela en La Reina. En este punto de inflexión en 1971, el MIR se retira de equipo de seguridad del presidente y pasa a formar sus propias líneas.


El viaje a Cuba y una enfermedad incurable

Dada su experiencia en la milicia, el ex Boina Negra se hace cargo de la logística del aparato militar del MIR y comienza a entrenar a los miristas. Por esta razón viaja a Cuba con un grupo para profundizar las técnicas de combate y es justamente en el país central donde finalmente explota el hecho de su orientación sexual.

Oscar Contardo, periodista y escritor, incluye la historia de Mario Melo en su libro "Raro: Una Historia Gay de Chile”: “En Cuba se metió con alguien, lo pillaron y lo pusieron en un tratamiento, lo que obviamente no resultó y a la vuelta lo aislaron (...)”, señala.

Y así fue: debido al contexto de la Guerra Fría y las aprensiones de las tendencias políticas, Melo fue investigado e interrogado hasta que reconoció que era gay. Para los dirigentes del MIR, este hecho suponía un riesgo para la asociación debido a que lo volvía un potencial infiltrado para el Ejército, ya que manejaba información importante acerca de casas de seguridad y armamentos. Por esta razón, fue obligado a permanecer en Cuba para ser sometido a un tratamiento psicológico que le ayudara a superar su inclinación sexual.

En esta parte de la historia hay diferentes relatos. Si bien Max Marambio -compañero de Melo en el GAP- dice que el descubrimiento le costó su posición en el MIR y que incluso un sector sugirió eliminarlo, Guillermo Rodríguez, ex combatiente del MIR, señala que esto nunca ocurrió y que la razón de su viaje a Cuba fue para buscar tratamiento en el marco de una investigación por abuso de su posición sobre algunos compañeros en la búsqueda de satisfacciones eróticas o sexuales. Rodríguez nunca escuchó de su expulsión.

Cualquiera que haya sido la razón de su viaje, lo cierto es que el ex guerrillero tuvo que quedarse para “tratar su condición”. Al volver a Chile, retoma su vida y sus andanzas en política pasaron desapercibidas hasta el el golpe militar. Según lo que cuenta “La Payita”, secretaria privada de Allende, Mario Melo Pradenas llega a La Moneda y se instala en el techo con una ametralladora para dispararle a los aviones. Rodríguez, en cambio, dice que combatió en la Torre Entel.


Desaparición y persecución familiar

Días más tarde, en la madrugada del 29 del mismo mes, una patrulla de la de la Fuerza Aérea de Chile (FACH) lo detiene en un departamento del sector céntrico de Santiago, perteneciente a su amiga Olga Ávila, quien también fue detenida y dejada en libertad después de un par de horas. A Melo lo trasladan al Campo Militar de Peldehue, base militar, y se le pierde el rastro.

Nada se supo de él hasta dos años después, en la ciudad de Talca, cuando su primo Miguel Enrique Toro Melo fue detenido y llevado al Regimiento Chorrillos de esa localidad y, posteriormente, trasladado a Villa Grimaldi en la capital, donde permaneció por doce días en los cuales se le torturó con aplicación de electricidad. A raíz de este hecho se obtuvo la primera información del desaparecido.

En su testimonio, Toro denuncia que fue detenido para obtener información sobre el paradero de unas armas escondidas supuestamente en terrenos de su familia, y en los interrogatorios se le amenazó diciendo que tenía dos opciones: “una era actuar como mi primo Hernán González Osorio (también detenido por la DINA), quien había aparecido colaborando con la DINA; o la otra era actuar como mi primo Mario Melo Prádenas a quien matamos apenas lo detuvimos en Peldehue", dijo en su declaración.

El juez Sergio Muñoz abrió un caso por la desaparición de los comandos Enrique Toledo Garay, Luis Barraza, Javier Sobarzo y Jorge Piérola y por las ejecuciones de Julio Antonio Martínez Lara, Alberto Ampuero y David González Venegas. En este, fueron encausados en 2004 por secuestro y homicidio calificado ocho militares.

No obstante, nada más se supo de Mario Melo. Hay testimonios que dicen que fue obligado a saltar desde la torre de entrenamiento y luego apuñalado para, finalmente, ser lanzado al mar desde un helicóptero. Lo cierto es que la misma institución a la que entregó años de servicio, le dio muerte en el campo militar donde fue entrenado.