Para disfrutar de las matemáticas hay que entenderlas y para entenderlas los materiales manipulativos son una herramienta fantástica. Observar, tocar, manipular objetos concretos -antes de ir a la abstracción- despierta nuestro interés y nos ayuda a entender conceptos complejos que impulsa avanzar hacia el aprendizaje. Dentro de este espacio, el ‘sorobán’ o ábaco japonés es un instrumento milenario utilizado para el cálculo y con el cual las operaciones se realizan de izquierda a derecha, igual a como leemos las palabras y los números. El uso de esta herramienta estimula los dos hemisferios cerebrales. Estimula la parte izquierda porque nos exige razonar y nos ayuda a realizar estimaciones, y la parte derecha porque nos permite ‘tocar’ los números y las operaciones, así como trabajar el cálculo mental a través de la visualización de imágenes. Los beneficios documentados sobre el uso de esta herramienta muestran que ayuda a la concentración, la atención, el razonamiento lógico, la memoria, la rapidez mental y el procesamiento de la información de forma ordenada.
El ábaco japonés funciona con base decimal igual al ábaco tradicional. Así, una columna representa las unidades, otra las decenas… Pero con respecto al ábaco tradicional tiene dos principales diferencias. La primera es que no todas las cuentas tienen el mismo valor: las inferiores valen 1 cada una y las superiores 5. Por otro lado, todas las cuentas siempre están visibles y adquieren valor cuando se acercan a la barra central y lo pierden cuando se alejan de ella.
Apostamos siempre por una metodología lúdica, participativa, activa y dinámica. Nuestras actividades están diseñadas para reforzar, entre otros, el respeto, la empatía, la solidaridad y el compañerismo.
Una participación activa de los niños es esencial para que “aprendan a aprender”, pues ellos sienten mayor atracción hacia actividades en las que pueden participar.
Desarrollo de la competencia matemática: imprescindible en un mundo cada día más complejo. Les capacitará para analizar y razonar eficazmente cuando enuncian, formulan y resuelven problemas matemáticos.
Desarrollo de la competencia digital: la integración de las TIC en las aulas ha pasado a hacerse imprescindible. El desarrollo de la competencia digital estimula la creatividad y la innovación.
Desarrollo de la competencia social y la Inteligencia emocional: interpretar, expresar y gestionar bien las emociones es básico para la autoconfianza y la autoestima de los menores.
Hacer tangibles las matemáticas para los niños/as, consiguen así que les gusten y que les parezcan fáciles.
Mejorar su capacidad de cálculo mental.
Respetar las normas.
Respetar el material.
Respetar y valorar a los demás.