Los abajo firmantes, trabajadores de la cultura, queremos expresar, frente al VIII Congreso Internacional de la Lengua Española que se realizará en marzo de 2019 en Córdoba:
-Que dada la brutal situación económica a la que el actual gobierno está sometiendo al pueblo argentino en general y al sector editorial en particular —con pérdida de muchos puestos de trabajo, y con editoriales, imprentas y librerías en situación de crisis terminal—, la realización de este congreso, con todas sus pompas, es una afrenta que agrega hipocresía a ese hostigamiento económico y social.
-Que la realización del congreso pretende reconfirmar el carácter hegemónico del español peninsular en esta zona del mundo, es decir, afirmar esa versión del español como idioma central para los gobiernos y para el poder. Que el congreso viene a asfaltarle el camino al empresariado español —a facilitarle las comunicaciones para sus negocios—, y a reflotar alguna corriente de simpatía que le permita seguir avanzando por sobre cualquiera de las variantes lingüísticas espontáneas que favorecen y representan nuestra propia riqueza, hasta que no quede ni un rastro de las lenguas originarias o minoritarias en el ámbito público.
-Que desde las instituciones organizadoras del congreso, y en paralelo con empresas multinacionales españolas, se articula desde hace tiempo una idea de “lo hispanoparlante” en la que se proyecta una hegemonía sobre todo capital simbólico, como anteposición (o superposición) a “lo latinoamericano” —concepto mucho más específico, complejo y horizontal para nuestro continente—, y que pretende imponerse como escalón necesario para afianzar un proyecto económico foráneo a través de la cristalización de su variante de la lengua como único baluarte, a la vez que deslegitima y desplaza a otras, confinándolas a la marginalidad.
Por lo tanto RECHAZAMOS la realización del VIII Congreso de la Lengua Española en Córdoba en todos sus términos, así como la presencia de la monarquía española y el beneplácito con que las instituciones locales preparan su recepción.
Invitamos a toda la comunidad a sentar su posición respecto de este congreso y estas visitas. Los invitamos a pensar el rol que juegan los funcionarios políticos que nos representan, y también el de todos aquellos gestores culturales que están dispuestos a vaciar de contenido nuestra actividad para saludar con emoción la visita de la monarquía.