¿ESTAS CANSADO DE ESTAR CANSADO?

En los días actuales muchas personas se quejan de estar “sin pilas” y suelen hacer responsables a los múltiples quehaceres cotidianos y a una suerte de desproporción entre la cantidad o intensidad de lo que tienen para hacer y el tiempo insuficiente para llevarlo a cabo.

La sensación de falta de energía es una de las causas más frecuente de las consultas médicas y se estima que 5 de cada 100 pacientes lo hacen por este motivo. La falta de energía, por su continuidad, afecta la calidad de vida más aún que el dolor, síntoma que suele ser resuelto de manera más rápida por los recursos farmacológicos disponibles en la actualidad.

El cansancio también es común en personas que llevan una vida muy agitada, con exceso de trabajo y de estrés y poco tiempo para el ocio y descanso. Generalmente, también son personas sedentarias por falta de tiempo para hacer ejercicio. A pesar de la inactividad, el cansancio en este grupo tiende a surgir mucho más por el estrés, falta de sueño, mala alimentación y, a menudo, por la depresión o trastornos de ansiedad diagnosticados que por la mala forma física. Este tipo de cansancio generalmente se describe como cansancio mental.

Sin embargo, no todo cansancio indica solamente un mal condicionamiento cardiopulmonar o exceso de trabajo o estrés. Hay decenas de enfermedades que pueden manifestarse por un cuadro de cansancio crónico.

La sintomatología de estos enfermos es muy florida y, con mucha frecuencia, tienen manifestaciones somáticas, pero las más importantes y típicas son las alteraciones psíquicas: dificultad para concentrarse, distraerse con facilidad, pensar en dos o tres cosas a la vez, constante queja de la memoria y de frecuentes olvidos. Aunque se consideran débiles e inseguros para encarar el mundo que los rodea, colocados ante una dificultad o una exigencia suelen responder con firmeza y eficacia.

Con frecuencia, y al margen de un posible exceso de responsabilidades y actividades, no se le presta la debida atención a los cuidados básicos que requiere el organismo: alimentación sana, sueño nocturno reparador, entorno emocional confortable y el no consumo de sustancias tóxicas.

El combustible fundamental para el organismo lo aportan los alimentos, que se absorben desde el aparato digestivo hacia la sangre y tienen, como finalidad primordial, la de proporcionar al cuerpo la energía suficiente para que pueda realizar, de la forma más eficaz y con el menor costo posible, todas sus funciones.

Además, los alimentos son también imprescindibles al proporcionar el material constitutivo que el cuerpo necesita para reponer y reparar las propias pérdidas que se producen durante su funcionamiento.

Sin embargo, las células, para obtener energía, no pueden utilizar los alimentos de manera directa, sino que la producción de energía celular se sustenta, casi por completo, en una molécula denominada ATP (adenosintrifosfato).

Las células, a través de complejos procesos bioquímicos, tienen la capacidad de transformar la energía potencial presente en los alimentos de la dieta en ATP, y generar así distintos tipos de energía necesarias para poder realizar sus funciones.

El cerebro humano consume el 20% de la energía total del organismo, aunque su peso sólo representa el 2% del peso corporal total. De acuerdo a lo investigado, el 60/80% de la energía del cerebro se utiliza para mantener la conexión entre las neuronas y solo usa entre un 0,5% y un 1% para responder a las demandas del medio exterior.

Cuando la falta de energía vital y el cansancio terminan por convertirse en algo habitual en nuestro día a día hay que reaccionar y poner remedio. La primera mirada debe dirigirse a la alimentación: “Comer no siempre es sinónimo de nutrirse”

Así lo considera la nutricionista Ana Molina quien alerta ante “el aumento cuantitativo de alimentos en detrimento de su calidad nutricional” motivado, entre otras razones, por la industrialización de los productos. Cada vez hay más alimentos, pero alimentan menos.

Y a esto se une que los países desarrollados optan por una alimentación rápida y artificial, vacía de nutrientes, en detrimento de una alimentación de productos naturales y frescos y su preparación tradicional, como es el caso de la dieta mediterránea.

Además de la falta de energía, las anemias y las deficiencias en algunas vitaminas o minerales son algo común en las sociedades donde no existen problemas ni de abastecimiento, ni de desnutrición.

“Hoy día la sociedad vive cansada y cree que es normal, pero cuando cambia la alimentación nota la recuperación de la energía y se sorprende de que no sea por su ritmo de vida o por la edad”, señala a EFEsalud Ana Molina, quien apunta que esa recuperación se percibe al cabo de una o dos semanas.

como prevenir la falta de energía

Estos son los consejos para evitar síntomas como la falta de energía vital que Ana Molina proporciona en “Lo saludable de los alimentos”:

  • Practicar ejercicio físico regularmente, al menos 4 ó 5 veces por semana

  • Evitar al máximo el consumo de grasas saturadas: las procedentes de carnes rojas, todo tipo de fritos, el consumo excesivo de pan, y en general de productos refinados y/o procesados, bollería industrial y comida rápida y precocinada

  • Intentar que el azúcar provenga de frutas como el plátano, el mango o chirimoya, que son muy energéticos; de frutos secos como dátiles, pasas, higos u orejones; o de postres caseros elaborados con miel, azúcar de caña y harinas integrales; o de chocolate puro.

  • Comer hidratos de carbono en las principales comidas para evitar caídas de energía y fatiga

  • Aumentar los niveles de vitaminas y minerales para que los procesos fisiológicos de obtención de energía sean más efectivos, mediante el consumo de fruta y verdura fresca, sobre todo verduras crudas en forma de ensaladas.

  • Mantener una buena higiene intestinal, asegurando un tránsito regular mediante la ingesta de alimentos prebióticos como la fibra alimentaria (plátano, cebolla, puerro, espárrago, ajo, raíz de achicoria) y probióticos, como los fermentados de la leche.

  • Consume Bebidas Energizantes Naturales ricas en vitaminas y minerales como el Vita Xtra T+ ya que compensan y equilibran de manera inteligente todos los requerimientos del cuerpo optimizando así tu desempeño diario.

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TESTIMONIOS

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