Los gobiernos de Ramón Castilla se caracterizan por la búsqueda de la estabilidad institucional, económica y política del país. Está considerado como un político caudillista, pero también como el primer presidente progresista e innovador del país. Entre sus logros destacan la mejora de la educación y la abolición de la esclavitud.
—La explotación y venta del guano se realizó a través del sistema de consignaciones. Para ello, se firmó un contrato con la Casa Gibss.
—Se pagó la deuda que se contrajo durante el proceso de Independencia.
—Entre 1846 y 1847, se realizó el primer presupuesto nacional de egresos (salida de dinero).
—Promovió la inmigración de los chinos culíes para solucionar el problema de la carencia de mano de obra en las haciendas.
—Construyó el primer ferrocarril del Perú (Lima - Callao) y de América del Sur, que funcionó en 1850.
—Organizó el servicio de correos e implantó el primer telar mecánico en 1847.
—Compró buques de guerra como: Mercedes, Gamarra, Guise y Rímac.
Su lema fue:“si Chile compra un barco, el Perú debe comprar dos”.
—Equipó y modernizó el Ejército y reabrió el Colegio Militar de Bellavista.
—Reunió en Lima el Primer Congreso de Americanistas (1847 - 1848), que buscó la unión entre los pueblos latinoamericanos.
—Mejoró la relación con Bolivia, puesto que estuvo mal desde 1841.
Después de su victoria al mando de la caballería en la Batalla de Yungay el 20 de enero de 1839, es nombrado Ministro de Guerra y Hacienda del gobierno de Agustín Gamarra. Luego, Castilla junto con Domingo Nieto derroca a Manuel Ignacio de Vivanco en la batalla de Carmen Alto. Nieto asume la presidencia, pero fallece a los pocos meses. Castilla asume provisoriamente la Jefatura del Estado el 17 de febrero de 1844 hasta el 11 de diciembre de ese año gracias a una argucia política en la que el vicepresidente Manuel Menéndez asume la Presidencia provisionalmente mientras el Congreso elige al nuevo Presidente Constitucional para el periodo de seis años, resultando elegido abrumadoramente el mismo Ramón Castilla. De esta manera, asume el mando de la nación sin el estigma de ser considerado un golpista.
Ya en el gobierno, Castilla consiguió una paz duradera gracias a sus dotes de estadista; pues no solo se logró imponer a los caudillos que pugnaban por llegar al poder, sino que declaró amnistía para todas las ofensas políticas y militares permitiendo el regreso de los desterrados por los gobiernos anteriores. Pero fue un hecho fortuito el que le permitió realizar grandes obras sociales y de infraestructura; la repentina demanda de guano de las islas por las naciones europeas que hallaron en este recurso la solución a sus problemas agrícolas. Es así como, con el dinero obtenido por la venta del guano a Inglaterra se hicieron grandes obras como el impulso a la navegación a vapor en el Pacífico con la compra de las embarcaciones Amazonas y Rímac, además de los bergantines Gamarra y Guise, así como la goleta Limeña convirtiendo a la Marina de Guerra en la líder de esta parte del continente. El Ejército también fue fortalecido en su gobierno. Su idea parece haber sido convertir al Perú en la primera potencia de Sudamérica, siempre teniendo a Chile como referente, pues conocía las ideas expansionistas de sus gobernantes desde su época escolar en el país del sur.
Su primer gobierno concluye en 1851, siendo reemplazado por Rufino Echenique contra el que se rebeló tiempo más tarde debido a los escándalos de evidente corrupción en la Consolidación de la deuda interna, es decir, en el pago de las deudas contraídas por el Estado con ciudadanos del país desde los tiempos de la Independencia. Inició así una revolución en pos de recobrar la dignidad del Estado peruano. Aprovechando tal coyuntura, decreta en diciembre de 1854 la abolición de la esclavitud de los negros y del pago del tributo indígena con la finalidad de obtener mayor cantidad de combatientes que le aseguren su victoria sobre Echenique, la cual se logró después de la batalla de La Palma. Una vez conseguido su objetivo y estando nuevamente en el poder, decretó su aprobación.
Después de la derrota de Echenique –para muchos entendidos, el presidente más corrupto del siglo XIX- Castilla asume el poder por segunda vez como Presidente Constitucional. La más importante de sus obras fue la creación de la Constitución Política de 1856 -de tendencia liberal- y de otra en 1860 de tendencia moderada, con la finalidad de otorgarse mayor poder que el Congreso y reelegirse inmediatamente. Dejó así al descubierto un nuevo estilo de gobernar, el autoritarismo, similar a aquel contra el que se rebeló años antes.
Gracias a la nueva Constitución de 1856, mandó elaborar los Códigos de Justicia, el Penal y el Civil, así como el Código de Comercio de vital importancia dada la gran demanda que el guano y ahora también el salitre tenían en el exterior; creó la Ley de Cesantía y Jubilación, la libertad de imprenta, estableció el sufragio directo para todos los peruanos alfabetos, creó el consejo de Ministros, restableció su poder a los gobiernos locales o municipales y a las Juntas Departamentales y especialmente, se estableció la vacancia de la Presidencia caso de golpe y autogolpe de Estado. Y en el plano internacional, derrotó a Ecuador cuando este país había otorgado a Inglaterra grandes extensiones de selva peruana, como en parte de pago de su deuda externa. El conflicto terminó con la victoria peruana y la firma del tratado de Mapasingue de 1860, donde Ecuador reconocía que los territorios de la selva ubicados entre los ríos Pastaza y Bombonaza pertenecían al Perú según constaba en la Real Cédula de 1802 y por lo tanto la venta de estos territorios a Inglaterra era ilegal, teniendo que declarar nula dicha transacción comercial.