Política


"Que nadie se haga la victima...las únicas víctimas son los que no llegan a fin de mes". Un latigazo para todos lados; un sayo que le puede caber a los industriales, a los terratenientes ganaderos, a los sojeros, a los agroexportadores, a los comerciantes aprovechadores, a los políticos de la oposicion y a los propios.

Los ganadores, los aventajados, aquellos que siempre caen parados aunque haya guerras o pandemias; que se reparten dividendos multimillonarios. Esos no tienen - lisa y llanamente - el derecho a la queja cuando el resto de los argentinos hace malabarismos para alimentarse, pagar cuentas...

La política vive en un mundo extraño, irreal, navegando fuera del sistema planetario solar, en suspensión gaseosa. La política se ubica dentro de un espacio antinatural, sin comprender que es un instrumento que tienen los débiles, los desafortunados para contrarrestar y confrontar a los poderosos: los ricos, los dueños. Es decir se ha desnaturalizado la razón de ser de la política.

La época nos muestra las caras de los políticos que se llevan bien con los ricos y poderosos para verse "imantados" o influidos por su condescendencia. Quedar bien o gustar al establishment, las alcurnias provincianas o los feudos.

Tal fue lo planteado por la vicepresidenta Cristina Kirchner en el Chaco.

Los políticos juegan como personajes de ficción. Secuelas de una post verdad construidas en laboratorios donde se mezclan la psiquiatría, la sicología y otras ciencias para crear esquemas de manipulación y la reproducción de sociópatas.

Políticos ocupados en inventar la trampa, el artilugio para los indeseables como la irreverente "boleta única" - que ocultará a los indeseables - mientras el salario es corrido por la coneja; por las recetas incomibles del Fondo Monetario Internacional, especialista en arruinar países.

Asistimos a otro sobrevuelo de los buitres usureros que manejan al FMI, a las calificadoras de crédito, al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo, a los medios, a la justicia oprobiosa, etc

Quedó claro para quien desea entender como son las cosas. Los modelos, los rumbos que se proponen en el Poder Ejecutivo nacional, gobernado por el Frente de Todos No coinciden. Vale recordar que la idea madre en el contrato electoral era el NUNCA MAS AL NEOLIBERALISMO.

Ese propósito quedó roto cuando se firmó el pacto con el Fondo Monetario, tras una negociación apresurada, llena de gestos de buena voluntad pero al mismo tiempo, de conducta timorata, matizadas con declaraciones de hidalguía o agallas falsas, con un mensajero como el ministro Guzmán que hoy - es muy evidente - se para en la vereda de los cobradores, tanto que el Fondo Monetario lo quiere como dilecta contraparte.

¿Que hizo Alberto Fernández con la confianza, con la carta de navegación nacional y popular que se le confirió con el voto? Simplemente la cambió para el lado de su autopreservación, de sus acuerdos pasados y compromisos extramuros. Ese andar bien con todo el mundo que lo lleva cada día a No andar bien con nadie.

Alberto - alentado por un séquito de alcahuetes que se benefician con su imperiosa necesidad de aliados - propone internas con Cristina; quiere sentir el Poder por sus propias armas, ese Poder que nunca fue propio sino delegado, cuando fue Jefe de Gabinete. Y está muy equivocado. Pidió que el pueblo le avise cuando estuviera equivocado. Ahora se le avisa y No le gusta. ¿O está tan sobrecargado de presiones con las corporaciones que ni siquiera puede decretar a las telecomunicaciones como un servicio público?

El verdadero Poder se reunió a puertas cerradas en el Hotel Llao Llao de Bariloche. Allí el verdadero Poder invito a sus gerentes generales para que expliquen que es lo que quieren hacer, si ellos - los dueños del Poder - los ensalzan en la cumbre: Macri, Rodriguez Larreta, Milei, y los economistas amigos: Melconian y también Guzman.

¿Y los gobernadores donde están? Una posible respuesta es "haciendo la suya". Algunos con pretensiones presidenciales, tejiendo alianzas macabras, como Schiaretti de Córdoba o Morales de Jujuy. Busquemos en los niveles de la sátira del federalismo, la retahila de la interminable levedad del ser. Ombliguismo antes que patriotismo.

Patética radiografía del presente: los grandes empresarios - en la cima del egoísmo - comen al país como si fuera un fondué de queso y los mandatarios provinciales tironean de los saldos y retazos como si fuera una liquidación de otoño y invierno. Los productores agropecuarios retienen 9.000 millones de dólares de soja y presionan las reservas. Siempre lo mismo.

Así el pueblo - el que No llega a fin de mes - cada día los vitupera más; los políticos alejaron a la política de la realidad. Hasta una impensada y absurda actriz de llamados telefónicos en decadencia, agita que el pueblo salga a las calles.

El debate - la palabrita explicada - y su nudo gordiano es exactamente ese. Y a usted le pregunto que país quiere: Uno de derecha pro imperio...o uno de centro izquierda nacionalista...quiere una anarquía ultracapitalista...o quiere un socialismo moderado?.

El problema tremendo es que le están pidiendo al país que piense cuando tiene hambre; un país que por años lo han destrozado social, educativa, culturalmente, moralmente. No lo culpen al pueblo ni le pidan que resuelva con intelectualidad el orden social, lo que los dirigentes serviles se encargaron de destruir. Sobre todo, la clase dirigente que se encargó de entregar a la Argentina al Poder extranjero o sus émulos criollos, que no se cansan de dividir.

Una Argentina que Hoy es un territorio embrutecido, con abundante ignorancia cívica, con viejas prácticas de explotación, con poca memoria histórica, con varias generaciones sin sentido patrio más allá de una camiseta de fútbol y otras anécdotas de la "argentinidad al palo".

¿Por qué existen categorías económicas de países desarrollados, subdesarrollados, Japón y la Argentina? Inquietante pregunta nunca resuelta en nuestra amada Patria a pesar de batallas internas, de golpes militares, guerrillas, desaparecidos, puebladas y endeudamientos esclavizantes. Un pensamiento brutal concluiría que los argentinos No terminamos de teñir con sangre esa piel, nuestra identidad profunda, emancipada, que no es latinoamericana ni europea. O no es fácil entender - por ese colonialismo inculcado - que San Martín, Belgrano, Rosas, Irigoyen, Perón y Néstor constituyen los hitos históricos incómodos para los intereses concentrados en pocas manos. Y señalan el camino.

Alcides Cruz