Conoce la forma de brindar los primeros auxilios ante un accidente eléctrico en una vivienda.
La electricidad es una de las formas de energía más empleadas en una vivienda, por lo que estamos expuestos a sufrir algún tipo de accidentes durante el empleo cotidiano de artefactos y equipos electrodomésticos.
El peligro de una descarga eléctrica depende del tipo de corriente, cuán alto es el voltaje, de qué forma la corriente se desplazó por el cuerpo, la salud general de la persona y la rapidez con que esta recibió tratamiento.
En esta sesión trataremos algunos tipos de accidentes que se pueden producir, así como la forma de prestar las primeras atenciones mientras llega la asistencia de una persona especializada.
1. Evaluación del área
Antes de prestar auxilio a una persona electrocutada, se debe hacer una evaluación de la zona del accidente. Al encontrar a una persona inconsciente y con sospecha de haber recibido una descarga eléctrica o electrocución, la persona que va a atender debe estar segura de que no será otra víctima. (Verifica que la corriente esté desconectada antes de prestar auxilio).
2. Evaluación inicial del paciente
Se debe hacer un diagnóstico de la persona con preguntas: ¿Cómo se encuentra? Si responde, es señal de que respira bien y tiene pulso. En caso de que no conteste, pellizcar levemente en los hombros. Si reacciona y muestra signos de dolor, podemos decir que está con un nivel de conciencia mínima. En caso de no tener señales significativas, llamar a los servicios de emergencias en forma inmediata.
3. Paro cardio respiratorio - reanimación cardio pulmonar
Es la interrupción repentina y simultánea de la respiración y el funcionamiento del corazón, debido a la relación que existe entre el sistema respiratorio y circulatorio. Puede producirse el paro respiratorio y el corazón sigue funcionando, pero en pocos minutos puede sobrevenir el paro cardíaco, cuando no se presta el primer auxilio inmediatamente. También puede iniciarse con un paro cardiaco, en cuyo caso casi simultáneamente, se presenta el paro respiratorio.
Respiración artificial
■ Coloca a la persona boca arriba, en una superficie lisa y dura, con los brazos a lo largo del cuerpo.
■ Comprueba que realmente no respira, para lo cual coloca tu oído sobre la boca y la nariz de la víctima. Mira su cuerpo para observar si se eleva el tórax con la entrada de aire.
■ Comprueba que no tiene ningún cuerpo extraño en la boca. De lo contrario extráelo con el dedo, con mucho cuidado, para evitar introducirlo más.
■ Si continúa sin respirar, se iniciará la respiración boca a boca: una vez abierta la vía aérea, presiona la nariz con los dedos de la mano que sujeta la frente; coje aire, adapta tu boca a la víctima y realiza dos insuflaciones de aire lentas y seguidas mirándole el tórax para comprobar que se eleva con la entrada del aire. Esta operación debe repetirse unas quince veces por minuto. En los lactantes la boca del socorrista debe abarcar la boca y la nariz del niño.
■ Después de las dos primeras insuflaciones se comprobará si la persona mantiene el pulso, lo que se realiza tocando con el dedo índice y medio en el cuello de la víctima, o directamente con el oído pegado al tórax para escuchar el latido del corazón. Si no tiene pulso, se debe iniciar el masaje cardiaco.
Masaje cardiaco
Una vez realizado el boca a boca, debemos asegurarnos de que el oxígeno del aire que hemos insuflado sea transportado a todos los tejidos del cuerpo.
El transporte del aire es efectuado por la sangre arterial que es impulsada por el corazón.
Como consecuencia del choque eléctrico, la fibrilación del corazón produce un fallo cardíaco que impide que el bombeo se realice, por lo que el oxígeno de la respiración no puede llegar a los tejidos.
En estos casos, la aplicación del masaje cardíaco externo garantiza la llegada a los diferentes tejidos de la cantidad mínima de oxígeno para continuar desarrollando su actividad.
El masaje cardíaco externo, debe ser realizado por una persona que tenga conocimiento y experiencia en su aplicación.
4. Quemaduras por electricidad
La energía eléctrica de los alambres eléctricos, los aparatos eléctricos defectuosos y los enchufes sin protección pueden causar quemaduras.
El contacto con cualquiera de estas fuentes puede hacer que la electricidad recorra el cuerpo de una persona ocasionándole a su paso graves lesiones, incapacidad o muerte.
Las quemaduras eléctricas casi siempre son de tercer grado, con un sitio de entrada y una o varios de salidas, en donde se pueden apreciar áreas carbonizadas y de explosión. Generalmente no sangran y son indoloras.
En estos casos aislar al herido y retirar con mucho cuidado las prendas que lleve puestas. Si están pegadas corta con una tijera la parte de ropa que esté libre; luego, aplica agua fría con suavidad durante un mínimo de 30 minutos y, abriga al paciente hasta que llegue el personal especializado
Botiquín
Para atender una emergencia, el botiquín debe incluir:
■ Alcohol ■ Algodón ■ Agua oxigenada ■ Vaselina blanca ■ Gasas esterilizadas ■ Vendas limpias ■ Tijeras ■ Termómetro ■ Curitas (tiritas)