© Colectivo de autores, 2025
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2025
ISBN 978-959-7260-48-6
Ediciones Unhic
Muralla no. 71-A e/ Inquisidor y Oficios,
La Habana Vieja, La Habana, Cuba, CP 10100.
E-mail: unhic-cuba@cubarte.cult.cu
www.historiadores.cult.cu
Páginas: 452
Tamaño:1.5mb
Edición: Arlet María Mayo Torres
Diseño y realización: José Ramón Lozano Fundora
Corrección: Catalina Díaz Martínez
Fotos: Cortesía del autor
© Aldo Daniel Naranjo Tamayo, 2021
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2021
ISBN 978-959-7260-20-2 Obra completa
978-959-7260-21-9 Tomo 1
Páginas: 288
Tamaño:1.8mb
Edición: Arlet María Mayo Torres
Diseño y realización: José Ramón Lozano Fundora
Corrección: Catalina Díaz Martínez
Fotos: Cortesía del autor
© Aldo Daniel Naranjo Tamayo, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2023
ISBN 978-959-7260-20-2 Obra completa
978-959-7260-28-8 Tomo 2
Páginas: 288
Tamaño: 1.5mb
Ediciones Unhic
Colectivo de autores, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2023
ISBN 978-959-7260-31-8
1064 pág.
5300mb
Continuar contribuyendo al desarrollo de la historiografía nacional
Dr. C. Israel Escalona Chadez1
Los Congresos Nacionales de Historia (CNH), evento más antiguo de los historiadores cubanos, cumplió ochenta años de existencia en octubre de 2022.
En el acto solemne por la conmemoración del Primer Congreso Nacional de Historia, realizado el 31 de octubre de 2022 en el Aula Magna del Colegio San Gerónimo, intenté —junto al colega Félix Julio Alfonso López— reconstruir aspectos esenciales del cónclave y su trascendencia en el concierto de las ciencias sociales y humanas en Cuba.2
Los disertantes coincidimos en la extraordinaria importancia de las citas iniciadas en 1942, gracias al esfuerzo de instituciones como la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y continuadas, desde 1997 por la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC).
1 Santiago de Cuba, 1962. Doctor en Ciencias Históricas. Profesor Titular. Centro de estudios sociales cubanos y caribeños “José Antonio Portuondo”, donde coordina el Doctorado en Ciencias Históricas y Filosóficas. Secretario de Actividades Científicas de la Unión de Historiadores de Cuba. Miembro correspondiente de la Academia de la Historia de Cuba.
Integrante de la Unión de escritores y Artistas de Cuba y de la Sociedad Cultural José Martí.
Es autor de El latinoamericanismo martiano, una aproximación a sus raíces (1994), Lo social en lo político. Revolución y luchas sociales en José Martí (2001), José Martí y Antonio Maceo, la pelea por la libertad (2004); y José Martí. Aproximaciones (2013). Artículos suyos han aparecido en las revistas de la Biblioteca Nacional José Martí, Santiago, Maestro y Sociedad, El Historiador, Del Caribe, Sic, Bohemia y Anuario del Centro de Estudios Martianos. Entre otros, ha merecido los premios de la Academia de Ciencias de Cuba y Martiano de la Crítica, y las distinciones Por la Cultura Cubana, Por la Educación Cubana, Honrar, honra y La utilidad de la virtud.2
2 La reseña de la actividad “Conmemoran los 80 años de los Congresos Nacionales de Historia” y las ponencias “Los Congresos Nacionales de Historia en tiempos de Emilio Roig De Leuchsenring (1942-1960)” y “La reanudación de los Congresos Nacionales de Historia en Cuba: el sentido de la continuidad, la renovación y la responsabilidad profesional”, presentadas por los doctores Félix Julio Alfonso López e Israel Escalona Chadez, respectivamente, fueron publicadas en el sitio digital de la Unión de Historiadores de Cuba Cfr. http://historiadores.cult.cu.
Entraña un gran simbolismo que el Historiador de la Ciudad de La Habana Emilio Roig de Leuchsenring fuera el principal inspirador de los eventos realizados entre 1942 y 1960 y que, su continuador Eusebio Leal Spengler, en su condición de presidente de la UNHIC, respaldara y condujera el rescate y continuidad de la magna cita de los historiadores cubanos.
Desde la génesis de estos eventos, los organizadores declararon sus propósitos de impactar en el panorama historiográfico nacional. Un camino en esa intención, fue la publicación de las Memorias, que de uno u otro modo, con mayor o menor extensión, legaron los pormenores de las jornadas de intercambio científico, sus acuerdos y recomendaciones.
La UNHIC se ha propuesto darle continuidad a esta tradición, no solo con la publicación de las Memorias, con características diversas y soportes materiales: en formato impreso o digital; también con la materialización de la aspiración de los historiadores cubanos de acceder a las ponencias presentadas en los Congresos Nacionales de Historia, lo cual se logra nuevamente con el libro XXV Congreso Nacional de Historia. Ponencias.
La voluntad del Comité Nacional de la UNHIC y las posibilidades que brinda la revolución digital, han posibilitado que en los últimos Congresos Nacionales de Historia, con sede en Granma (2019), en Pinar del Rio (2022) y en Villa Clara (2023), al iniciarse las sesiones de trabajo, los participantes reciban este libro.
Los impactos de la pandemia de la covid 19 hicieron posponer la cita pinareña, prevista para celebrarse en el 2021 y desarrollada en abril de 2022; mientras, el XXV Congreso se había propuesto realizarlo en diciembre de 2023, año de trascendentales conmemoraciones a las que se dedica.
En medio de difíciles circunstancias económicas se mantuvo la decisión de desarrollar la cita villareña en la fecha fijada, a la vez que se ajustaba la convocatoria y cronograma, siempre con el cumplimiento riguroso del Reglamento de los Congresos Nacionales de Historia.
La garantía de la calidad de las ponencias que se seleccionan para presentarse en el Congreso parte del eficiente trabajo desde la base, con la realización de los eventos integradores en las filiales y la posterior constitución de las Comisiones de Admisión Provinciales, que —tal como lo estipula el documento normativo— fueron presididas por especialistas de otras localidades del país, ocasión oportuna para el intercambio entre colegas, con la realización de conferencias, conversatorios y tertulias.
La culminación del proceso previo a la cita nacional es el que realiza la Comisión de Admisión Nacional (CAN), integrada por profesionales de diversas instituciones y regiones del país, que tuvo sus sesiones de trabajo en la Biblioteca Provincial de Santa Clara. La selección de 72 ponencias de las 80 posibles, confirma el rigor y profesionalidad de la CAN y satisface las exigencias del evento.
Como novedad de este Congreso también se seleccionaron, para participar en la cita científica, 12 ponencias de las escritas y presentadas por estudiantes de las carreras de licenciatura en Historia y licenciatura en Educación marxismo leninismo e historia, con lo cual se responde a un acuerdo del Encuentro de Estudiantes de Historia, donde solicitaron que su participación debía ser como ponentes junto a sus colegas experimentados.
Las líneas temáticas convocadas: 1) Historia del pensamiento cubano en sus variadas expresiones. Principales corrientes y figuras representativas, 2) Acontecimientos fundamentales de la guerra de liberación nacional del pueblo cubano entre 1952 y 1958 y su contexto histórico. Estudios nacionales y locales, 3) La Revolución Cubana en el poder: historia e historiografía. Procesos económicos, políticos, ideológicos, militares, socioculturales y sus relaciones internacionales y 4) La relación investigación-docencia en la enseñanza y la escritura de la historia.
Sus aspectos teóricos y prácticos en el escenario educacional en cualquiera de las enseñanzas; posibilitaron las investigaciones rigurosas y novedosas sobre estos asuntos del devenir histórico nacional que reclaman prioridad historiográfica.
Del mismo modo, las numerosas conmemoraciones de aniversarios “cerrados” relativos a acontecimientos históricos y personalidades motivaron a los asociados a investigarlos y presentarlos al cónclave. No pueden pasar inadvertidas, conmemoraciones tan relevantes como: el bicentenario de las primeras conspiraciones independentistas, la intrusa Doctrina Monroe, los 155 años del inicio de las gestas independentistas y los 125 años de la guerra hispano —cubano— norteamericana. En el orden de las personalidades recordar el 220 aniversario del nacimiento de José María Heredia y los 170 años de la muerte de Félix Varela, dos precursores del pensamiento independentista y en esa continuidad histórica el 170 aniversario del nacimiento de José Martí.
Del contexto de la república burguesa y las continuadas luchas por la liberación nacional deben estar presentes los acontecimientos centenarios de 1923 y el nonagésimo aniversario de los acaecidos en 1933, con el destaque de las personalidades de Julio Antonio Mella, Rubén Martínez Villena y Antonio Guiteras, así como los setenta años de los sucesos del 26 de julio de 1953 bajo la conducción de Fidel Castro y el trascendental alegato “La historia me absolverá”, y el 65 aniversario de las batallas decisivas para el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959.
A estos y otros temas y personalidades aluden, de una u otra manera, algunas de las ponencias seleccionadas para presentarse en el XXV Congreso Nacional de Historia.
En particular, es muy halagüeño que la primera y última líneas temáticas hayan motivado el estudio de la obra de protagonistas de los Congresos Nacionales de Historia como Gerardo Castellanos García, Manuel Isidro Méndez, Eduardo Martínez Dalmau y Orencio Miguel Alonso; aunque sea necesario insistir en la exigua presencia de estudios sobre los problemas teóricos sobre la investigación, escritura y enseñanza de la historia.
Las posibles ausencias de temas imprescindibles serán saldadas con las intervenciones y paneles especializados en el Congreso, que posteriormente se publicarán en las Memorias del evento.
Como hemos reiterado, en cuanta oportunidad se presenta, es preciso encontrar vías para que los resultados debatidos en los Congresos Nacionales de Historia y publicados en los libros de las ponencias, y las Memorias sean adecuadamente divulgados, con el consiguiente impacto historiográfico y social.
Con la publicación de las ponencias seleccionadas para participar en el XXV Congreso Nacional de Historia, se confirma la imperecedera aspiración de los historiadores cubanos, y de quienes nos corresponde organizar estos cónclaves, de continuar contribuyendo al desarrollo de la historiografía nacional.
© Colectivo de autores, 2023 (Primera edición, 2022)
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2023
ISBN 978-959-7260-29-5 (Segunda edición, corregida y ampliada)
Tamaño 1.11mb
Páginas 271
Introducción
Francisca López Civeira
Reconstruir la trayectoria de los Congresos Nacionales de Historia es una tarea importante y necesaria, no solo para los historiadores que se han nutrido y se nutren de tales encuentros, sino para un público más amplio que puede, a través de estos aconteceres, encontrar un recorrido que marca momentos de análisis, objetivos, inquietudes y definiciones importantes para el conocimiento de la historia de Cuba; aunque los temas tratados han alcanzado mayor amplitud, pues en su devenir han incluido asuntos teóricos, problémicos y factuales de esta materia que comprenden también lo universal. Para una mejor comprensión de su significado, hay también que adentrarse en cuándo y en medio de qué contexto se han celebrado estos eventos, pues ello permite entender mejor sus propósitos, características y resultados.
Para la reconstrucción de estos encuentros, se puede contar con las memorias publicadas de muchos de ellos, puesto que ha sido una intención dejar constancia de los asuntos tratados, así como de las recomendaciones o acuerdos adoptados en esas reuniones. Estas fuentes no han sido, sin embargo, muy explotadas, por lo que estamos ante una historia poco conocida; de ahí la importancia y utilidad del libro que ahora presentamos.
Los cónclaves que aquí se muestran han respondido a inquietudes de los historiadores; pero también estuvieron signados por los momentos en que han tenido lugar, las tendencias dentro de la concepción y escritura de la historia en cada época, así como la proyección de los profesionales de esta ciencia que se han reunido en tales eventos. En un sentido general, se pudiera establecer una clasificación en dos etapas: 1942-1956 y 1960-2019; sin embargo, los organizadores de la primera etapa —en especial, su máximo animador, Emilio Roig de Leuchsenring— los dirigieron hasta el encuentro que se celebró en 1960, solo que este tuvo lugar en un momento de grandes transformaciones en el país a lo cual no podía ser ajena esa cita; de ahí la dificultad en la periodización, no siempre absoluta.
Con posterioridad, variaron las instituciones patrocinadoras y sus participantes, así como el tipo de asuntos a debatir; por tanto, resulta importante ubicar en tiempo y circunstancias los congresos de referencia que, no obstante las variantes, mantienen un sentido de continuidad hasta el presente. Tomando en cuenta las características apuntadas, hemos considerado pertinente periodizar a partir de los organizadores de los eventos, es decir, 1942-1960 y, después, los convocados por la Unhic.
Se ha señalado una primera etapa que comienza en 1942, es decir, cuando se celebró la primera de esas reuniones; de ahí que resulte imprescindible caracterizar el momento en que comienza esta historia.
La década del cuarenta, a escala internacional, estuvo signada por el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y el reordenamiento de posguerra, lo cual tuvo también incidencia en Cuba, ya que la Isla se sumó a la contienda en diciembre de 1941, al día siguiente de que Estados Unidos declarara la guerra a Japón y dos días después a Alemania e Italia. Por tanto, esa situación impactó en toda la población y, como parte de ella, en los historiadores, lo que también tuvo reflejo en las propias discusiones sostenidas en el cónclave, pues el antifascismo había tomado gran fuerza en la opinión mayoritaria. Sin embargo, había factores internos de gran peso que conformaban el contexto propicio al inicio de esas reuniones.
Esa década, en Cuba, se había iniciado con la aprobación de una nueva Constitución que, en gran medida, era hija del proceso revolucionario de los años treinta, cuyo impacto en la sociedad cubana marcó su devenir en ese periodo, lo cual tuvo también reflejo en la producción historiográfica de la época. Las actitudes pesimistas, de frustración y sufrimiento pasivo, representadas con mucha claridad en el personaje de Liborio de las caricaturas en las dos primeras décadas del siglo xx, habían dado paso a la acción por reformar o transformar la realidad cubana mostrada por distintos grupos y sectores de la sociedad hacia la década del veinte, cuando también tuvo su inicio la renovación de los estudios históricos en Cuba, con las figuras emblemáticas de Ramiro Guerra Sánchez, Fernando Ortiz Fernández y Emilio Roig de Leuchsenring, quienes ostentarían, en gran medida, el liderazgo de la realización de los Congresos en los años cuarenta.
La situación revolucionaria que se había creado y su desarrollo habían dado visibilidad a grupos poblacionales hasta entonces obviados o silenciados, como obreros, campesinos, mujeres, además de otros sectores de la joven intelectualidad y estudiantiles, que habían alcanzado importantes niveles de protagonismo, lo cual también les daba significación al plantearse los análisis históricos. Junto a ello, entraban en el país influencias de corrientes de pensamiento que incidían en los proyectos de reforma o revolución que se concebían para el siglo xx. Este contexto implicaba un flujo de ideas, aspiraciones y proyectos que impactaron en el campo de los historiadores. No obstante, los gobiernos presididos por Fulgencio Batista Zaldívar, primero y, luego, por los auténtico-republicanos macarían una nueva frustración acerca de las esperanzas puestas en las políticas reformistas que se proclamaban, pero no resolvían la esencia de los problemas del sistema en Cuba.
En los primeros años de este siglo, por otra parte, se había desarrollado el asociacionismo, sobre todo a partir de la década de los años diez, que fue organizando de alguna manera a los profesionales de esta disciplina, aunque no todos incluían a la plenitud de los integrantes del gremio. Así, desde 1910, ya existía la Academia de la Historia de Cuba, con un criterio selectivo y no inclusivo; pero también se fueron agrupando en otras organizaciones e instituciones, a veces de perfiles más amplios en cuanto a su membresía y especialidades, dentro de las cuales la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales (SCEHI), fundada en 1940, tendría un papel importante.
Un hecho que facilitó la organización de los encuentros fue la condición de Emilio Roig de Leuchsenring como Historiador de la ciudad de La Habana desde el 1.º de julio de 1935, así como la creación de la Oficina del Historiador en 1938. Roig fue el líder de la fundación de la SCEHI, organización que asumió la convocatoria y auspicio de los congresos en sus inicios, lo cual le otorga una relevancia fundamental. Entre los factores que propiciaron la organización de tales eventos, también resultaría esencial el estado de desarrollo de la ciencia histórica en el país.
La historiografía cubana, a partir de la citada renovación que se manifestó desde la década del veinte, llegó a su madurez en los años siguientes, por los enfoques que asumía, los temas que abordaba y los grupos sociales objeto de estudio, lo que puede ejemplificarse con algunas obras representativas de los autores que marcaron ese momento: Ramiro Guerra publicó Azúcar y población en las Antillas en 1927, En el camino de la independencia en 1930 y la muy emblemática La expansión territorial de los Estados Unidos en 1935, en 1947 saldría Mudos testigos; Fernando Ortiz se había adentrado progresivamente en estudios antropológicos y en 1940 publicó una obra esencial, Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar; por su parte Emilio Roig de Leuchsenring había dado a conocer en 1922 La ingerencia [sic] norteamericana en los asuntos internos de Cuba, con lo que iniciaba una de sus líneas cardinales y, en 1935, daría a la luz Historia de la Enmienda Platt. Estos títulos evidencian el interés en asuntos como la cultura cubana, la conflictividad de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba —desde una declarada posición antimperialista en el caso de Roig—, los problemas del latifundio y asuntos de historia local. Dentro de la tendencia positivista, pero con atisbos analíticos de mayor contemporaneidad, se producían avances muy notables en la producción historiográfica cubana.
A estos autores se sumarían los que arribaron a la profesión en los años cuarenta y cincuenta, y participaron en los Congresos que entonces comenzaron a funcionar.
Como puede apreciarse, se trataba de un momento favorable para plantearse espacios de intercambio y debate en el campo de la historia, lo que tuvo también un factor positivo, como se ha señalado: la existencia de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, a cargo de Emilio Roig, gran animador de la promoción y divulgación del conocimiento histórico, quien aportó la existencia de una institución desde la que podía plantearse ese propósito —la propia Oficina—, además de la SCEHI que congregaba a un grupo importante de intelectuales interesados en ese tipo de espacio para el intercambio, el debate y la incorporación de nuevos temas y tratamiento a problemas históricos, no solo en los libros que se publicaban sino en la manera de divulgar la historia y, más importante aún, cómo y qué se enseñaba en los planes de enseñanza en la educación general.
En torno al tema de la educación, el centro no estaba solo en los libros de texto, sino —y sobre todo— en las indicaciones para la enseñanza de la Historia de Cuba, asunto esencial, pues de esto dependía que un libro se catalogara como oficial de acuerdo con el tipo de enseñanza a la que se destinaba. En los momentos iniciales de la celebración de los congresos de historiadores estaba vigente una concepción que no incorporaba miradas de renovación a esta materia.
Por ejemplo, en las indicaciones de 1926 para la enseñanza primaria, después de plantear la atención a las tradiciones locales para interesar al alumno en su lugar de residencia, se establecían como materias a explicar para el sexto grado, segunda parte:
[…] Tentativas a favor de la independencia. Conspiraciones de Narciso López, Joaquín de Agüero, Isidoro Armenteros y Ramón Pintó […] La Guerra de los Diez Años. Causas de la misma. El Grito de Yara […] El Pacto del Zanjón, consecuencias políticas […] La Guerra de Independencia. El Partido Revolucionario.
El 24 de febrero. Principales hechos de armas. La invasión. La guerra hispanoamericana. Antecedentes. La voladura del Maine. Hechos más notables de la guerra hispanoamericana. El Tratado de París. El Gobierno militar de los Estados Unidos. Inauguración de la República. Ligera idea de los gobiernos republicanos.
Progresos de Cuba republicana y esperanzas presentes del pueblo cubano.
En el plan de 1944, para el propio sexto grado, se planteó en la Meta novena: “Guerra hispanoamericana. Esenciales: La Guerra hispanoamericana. La colaboración cubano-americana en la guerra […]”. Más adelante, en la Meta undécima, se indicaba: “Realización del ideal: la República. Esenciales: estado general de Cuba al iniciarse el gobierno interventor y cambios que sufrió durante el mismo. La realización del ideal: instauración de la República y hechos del gobierno de Estrada Palma”. La meta siguiente rezaba: “Progresos y enseñanzas de la República”, hacía un repaso de los diferentes gobiernos y terminaba con la Constitución de 1940.1
Los ejemplos apuntados permiten tener una idea de la manera en que se orientaban los contenidos a impartir, a lo cual habría que añadir los problemas que planteaba la enseñanza privada, en la que había muchas escuelas a cargo de denominaciones religiosas en las cuales, sobre todo en las católicas, lo más común era que maestros y profesores españoles tuvieran a su cargo la impartición de la docencia, lo que también generó muchas demandas de que la enseñanza de la historia nacional estuviera en manos de maestros cubanos, dentro de un movimiento “por la escuela cubana”, que tuvo reflejo en la Constitución de 1940.
Como puede observarse, la necesidad de reunir a los historiadores para debatir en torno a asuntos concernientes a este campo tenía diversos objetivos, entre los cuales el asunto de la enseñanza y divulgación de la Historia era de alta prioridad. Esto se traducía en la necesidad de socializar lo discutido y acordado en los congresos, lo que se realizó por medio de la publicación de las Memorias, así como en artículos y libros escritos por algunos de los participantes, porque, sin duda, para influir en la enseñanza y la divulgación de la Historia de Cuba era necesario que se conocieran los resultados de aquellos eventos, además de comunicaciones con organismos e instituciones, como el Ministerio de Educación, donde se decidían asuntos concernientes a esa labor.
En los congresos celebrados a partir de 1942 se advierte la participación de una nueva hornada de historiadores, que se iniciaban entonces en la producción historiográfica y en la docencia, entre quienes había diversas tendencias bajo el influjo de las corrientes que entonces circulaban, de las cuales hay que tomar en cuenta el marxismo no solo por parte de quienes militaban en el partido de esa orientación, sino en otros profesionales que, sin una militancia política específica, asumían esa base teórica en su quehacer intelectual. Los resultados de los congresos que agrupamos en la primera etapa, expuestos por Carlos Rafael Fleitas, ilustran la importancia de tales eventos y sus aportes al campo de la historia, tanto la que se escribía como la que se enseñaba.
Entre los nuevos nombres, estuvieron Herminio Portell Vilá, quien entre 1938 y 1941 publicó Historia de Cuba en sus relaciones con Estados Unidos y España, así como José Luciano Franco Ferrán con estudios que incluían al negro como protagonista y abordaban la política continental española; Elías Entralgo Vallina, con acercamientos sociológicos y Fernando Portuondo del Prado y Hortensia Pichardo Viñals, que desplegaban una importante actividad docente en la enseñanza media. También, quienes aportaron un discurso desde el marxismo como Sergio Aguirre y, dentro de esa tendencia pero en la perspectiva de historia económica, Julio Le Riverend Brusone y Raúl Cepero Bonilla, por mencionar a algunos de la nueva hornada, que se alineaban junto a los renovadores en la historiografía cubana. En este sentido, vale la pena mencionar a Carlos Rafael Rodríguez Rodríguez, quien hizo análisis históricos desde esta tendencia, con particular relieve en su obra El marxismo y la historia de Cuba (1943). Esta composición planteaba miradas renovadoras en los debates y los acuerdos de los congresos.
Como podrán comprender los lectores, la década del cincuenta fue muy complicada para sostener la periodicidad de los encuentros, lo cual se puede entender a partir del complejo contexto que la marcó. El desgaste del sistema, en especial la permanencia de la crisis estructural que había asomado desde los años veinte —y que no se había resuelto a pesar de las fómulas reformistas de diferentes signos implementadas—, llegaba a momentos agudos, agravada en lo político por el golpe de Estado de 1952, con lo que se abrió el camino a una situación revolucionaria que conduciría a un cambio profundo en la sociedad cubana.
El triunfo de enero de 1959 abrió entonces una nueva etapa para Cuba y, de modo consecuente, para el oficio del historiador y sus espacios de intercambio.
El periodo que se inició ha tenido en la historia una base importante. Los propios discursos de Fidel Castro en enero de 1959, durante el recorrido de la Caravana de la Libertad tienen en el acontecer presente un referente esencial para la fundamentación de la necesidad de la Revolución en Cuba. El devenir histórico cubano, la frustración de los procesos revolucionarios anteriores y sus causas, constituyeron elementos importantes y permanentes en aquellos intercambios con la población a lo largo de la Isla, lo cual ha formado parte del enfoque de la dirección revolucionaria a partir de entonces, en especial en la mirada de su líder.
Como parte de los cambios que se operaban en el país, resultó un factor importante la Reforma Universitaria de 1962, que modificó la estructura de los centros de altos estudios y creó nuevas especialidades. Dentro de estas novedades estuvo el nacimiento ese año de la Escuela de Historia, dentro de la recién creada Facultad de Humanidades, de manera que por primera vez en Cuba comenzó la formación profesional de historiadores. Los que habían ejercido la profesión con anterioridad eran graduados de otras especialidades, como la abogacía o la medicina, y no pocos autodidactas, lo cual ahora tendría un cambio importante. En 1966 se graduó el primer grupo de profesionales del campo en las Universidades de Oriente y La Habana.
Se implementó, como parte de la reforma, la investigación científica dentro del currículo universitario, asunto en el que Fidel había insistido al plantearse la concepción de las funciones de la educación superior. Esto llegó a la especialidad de Historia, tanto para los alumnos —en sus trabajos de curso y de diploma—, como para el personal docente, pues en el plan de trabajo se incluyeron horas para la investigación y la obligatoriedad de presentar resultados.
En el marco de las transformaciones iniciales que implementaba la Revolución, se celebró, en 1960, el último de los congresos auspiciados por Emilio Roig. Entre otros factores relacionados con los cambios que se producían y que requerían de nuevos modos y organizaciones, el fallecimiento de Roig en 1964 incidió también en la interrupción de los congresos. Habría que esperar algunos años para retomar esa práctica.
El 7 de diciembre de 1981 se fundó la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic), que surgía con la intención de agrupar a todos los que desplegaran su labor en el campo de la historia. Esto comprendía la docencia, la investigación, la archivística, la museología, la divulgación, en fin, las distintas actividades dentro de este campo.
La existencia de la Unhic posibilitó, desde una perspectiva inclusiva, agrupar a los profesionales de la especialidad y, en sus primeros años de labor, se fomentó la realización de eventos a nivel provincial, es decir, organizados por las filiales a partir de temas y problemas de interés local que, en no pocas ocasiones, despertaban atención nacional, lo que permitía convocar e invitar a profesionales de otras provincias para propiciar un debate más amplio. Algunos de esos encuentros se convocaron ocasionalmente, pero otros lograron estabilidad. Entre ellos se cuentan:
Playitas de Cajobabo, en Guantánamo; el Encuentro de Historiadores Locales, de Independencia, en Holguín; el Simposio Vicente García: la Patria y el honor, en Las Tunas; la Jornada Histórica por el aniversario de la caída de Ignacio Agramonte y Loynaz, en Camagüey; Historiadores en el Centro, en Villa Clara; el Evento Científico de Historia Regional Serafín Sánchez Valdivia, en Sancti Spíritus; el Atenas, en Matanzas; y el relacionado con la lucha clandestina, en La Habana. De esta manera se fue introduciendo en la asociación una práctica que tributaba al progreso de la especialidad y de sus profesionales.
Desde la experiencia local se fue eslabonando el camino para pensar en un evento mayor, de carácter nacional, lo que condujo a organizar un congreso cuando se estaba en vísperas de una conmemoración compleja y significativa: el centenario de la guerra hispano-cubano-americana, siguiendo la denominación aprobada por los congresos precedentes. Esto abriría nuevos caminos, desde la concepción de continuidad con respecto a los eventos anteriores y, también, de homenaje a Emilio Roig de Leuchsenring, el gran animador de los primeros cónclaves.
Como podrá apreciar el lector, en este libro, Israel Escalona Chadez expone el desarrollo de estos congresos a partir de 1997, su periodicidad y características, en lo cual se incluyeron asuntos de orden teórico, tanto de la investigación como de la enseñanza de la Historia. Las particularidades de los encuentros en la segunda etapa han incorporado prácticas diferentes, a partir de los cambios que se han producido, entre los cuales es de significar el incremento y ampliación de los profesionales de la historia.
La existencia de la especialidad en las universidades influye en la nueva concepción organizativa. En los momentos actuales, la Licenciatura en Historia se mantiene en las Universidades de La Habana y Oriente; pero se ha incorporado en las de Holguín, Camagüey y Cienfuegos; lo que tiene continuidad en las maestrías y doctorados. Por otra parte, los estudios pedagógicos incluyen la especialidad de Historia y Marxismo en todos los territorios, de manera que la cantidad de profesionales de la historia es numéricamente muy superior a la anterior y, lo que es muy importante, con una formación especializada. Esta realidad implica un sustancial crecimiento en la presentación de ponencias. Las características apuntadas han impuesto formas organizativas que responden a la nueva realidad.
Los congresos que ha encabezado la Unhic han transitado hacia la organización de eventos o congresos provinciales que posibilitan una amplia participación de los historiadores, a partir de lo cual se crean las comisiones de admisión para seleccionar las ponencias que van al congreso nacional. Con una membresía superior a los cuatro mil afiliados, se ha adoptado esta variante para posibilitar un espacio de conocimiento y debate de los resultados de investigación a nivel local. Por otra parte, se ha trabajado en la impresión y publicación de memorias que incluyan las ponencias presentadas en el evento nacional, de manera que esos resultados puedan estar al alcance de todos los interesados en estos temas; aunque esto no se ha logrado en la totalidad de los congresos.
Esta reconstrucción de todo el devenir de los Congresos Nacionales de Historia ha contado con fuentes importantes como han sido las citadas Memorias, así de Santiago de Cuba; el Encuentro de Estudios Históricos sobre las Guerras como las indagaciones posteriores acerca de tales reuniones, en lo cual tanto Fleitas como Escalona han tenido un papel muy activo. El primero presentó un libro sobre el tema,2 mientras que el segundo ha publicado diversos ensayos y artículos relacionados a veces en coautoría con colegas como Manuel Fernández Carcassés, Luis Felipe Solís Bedey y Namilkis Rovira Suárez.3 Otros autores también han tributado a esta investigación, a través de publicaciones precedentes como Carlos del Toro González,4 Gerardo Castellanos García,5 José Rodríguez Ben6 y, por supuesto, Emilio Roig de Leuchsenring que fue el primer impulsor de este tipo de publicaciones en aras de dejar memoria de los cónclaves realizados.7
Como complemento a la reconstrucción histórica que aquí se presenta, el libro cuenta con anexos que enriquecen la información sobre algunos de los aspectos trabajados, entre ellos la relación de las ponencias presentadas lo que aporta una información muy útil para el gremio.
Como podrá apreciar el lector, la historia de los congresos que aquí se presenta —y que se mantiene en desarrollo— ha tenido un devenir en correspondencia con los contextos en los que se ubica; pero también ha mostrado su aporte al crecimiento de esta especialidad. Los cambios ocurridos en Cuba se evidencian también en el despliegue de la actividad de los historiadores, pues como profesionales reflejamos esas transformaciones en nuestra propia producción intelectual, y la Unhic al, dar continuidad a los esfuerzos comenzados en 1942, apoya y alienta ese aporte al conocimiento dentro de este campo, de gran trascendencia para la nación cubana.
1 Véase José Antonio Rodríguez Ben: Apuntes sobre la enseñanza oficial de la Historia de Cuba (1842-1958), pp. 253 y 263-264.
2 Véase Carlos Rafael Fleitas: Los Congresos Nacionales de Historia. Ciencia y Patria. De la raíz al fruto.
3 Véase Manuel Fernández Carcassés, Israel Escalona Chadez y Namilkis Rovira Suárez: Santiago de Cuba y los Congresos Nacionales de Historia; Luis Felipe Solís Bedey e Israel Escalona Chádez: “José Martí en los Congresos Nacionales de Historia”, en Presencia del Apóstol. Tres estudios sobre recepción martiana y “José Martí en los Congresos Nacionales de Historia (1942-1956)”, en El legado del Apóstol. Capítulos sobre la historia de la recepción martiana en Cuba, pp. 51-54; Israel Escalona Chadez y Luis Felipe Solís Bedey: “Un evento necesario en los inicios de la Revolución” en El Historiador, enero-marzo, 2010, pp. 8-9; Namilkis Rovira Suárez e Israel Escalona Chadez: “La guerra hispano cubano norteamericana en los Congresos Nacionales de Historia: la vigencia de sus postulados esenciales”, en Revista de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, enero-junio, 2018, pp. 110-116.
4 Carlos Del Toro: “Emilio Roig de Leuchsenring y los Congresos Nacionales de Historia”, en Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, 1989, no. 3, pp. 133-150.
5 Gerardo Castellanos: Historia en Santiago (Reflejos de un Congreso).
6 José Antonio Rodríguez Ben: Apuntes sobre la enseñanza oficial de la Historia de Cuba (1842-1958).
7 Emilio Roig de Leuchsenring: Veinte años de actividades del historiador de la ciudad de La Habana. La mayoría de las Memorias de los Congresos realizados hasta 1960 fueron publicadas en los Cuadernos de Historia Habanera de la Oficina del Historiador de la Ciudad. Actualmente la institución acomete su reimpresion.
Compilación:
Israel Escalona Chadez
Juan Carlos Rodríguez Díaz
Enrique Giniebra Giniebra
© Israel Escalona Chadez y otros, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2023
ISBN 978-959-7260-30-1
Tamaño 672,6kb
Páginas 1064
Las Memorias. Vigesimocuarto Congreso Nacional de Historia: un ejercicio contra la desmemoria de un evento trascendental
Los historiadores cubanos han predicado con el ejemplo en cuanto a la comprensión de la importancia esencial de preservar la memoria histórica. No resulta fortuito que, desde que se concibieron los Congresos Nacionales de Historia (CNH), Emilio Roig de Leuchsenring, principal inspirador de esos cónclaves, insistiera en la necesidad de elaborar memorias que permitieran hacer imperecedero lo acontecido en cada una de las citas e impactaran en el panorama historiográfico nacional.
Consecuente con esa tradición, la Unión de Historiadores de Cuba se ha propuesto dejar constancia de los magnos encuentros científicos de los historiadores cubanos, restablecidos desde 1997.
Durante el vigesimocuarto CNH, realizado en la provincia de Pinar del Rio entre el 20 y el 23 de abril del 2022, muchos delegados comentaban acerca de la calidad del evento, organizado en medio de las difíciles circunstancias que impuso la pandemia de la covid-19, y la necesidad de lograr unas memorias lo más exhaustivas posibles.
Quienes lean estas memorias, sintético reflejo del amplio programa de actividades científicas y promocionales realizadas, no deben olvidar el complejo entramado en el que se preparó y desarrolló el evento. Baste recordar que la primera versión de la convocatoria fijó la fecha de realización del Congreso en abril del 2021; pero la epidemia lo impidió e hizo que, con perseverancia y decisión, se definieran una y otra fecha hasta que, al fin, se efectuó la cita nacional un año después, precedida de eventos en múltiples variantes, en correspondencia con la situación epidemiológica, en cada filial.
Aun con las medidas profilácticas, con el inevitable uso del nasobuco, el Congreso se realizó con todos los requerimientos de estos cónclaves, con el desarrollo de profundos debates científicos, ponencias propiciadoras de hallazgos y revalorizaciones, conferencias y paneles especializados reveladores de aspectos esenciales del devenir histórico nacional, reconocimientos a destacados colegas y experiencias socializadoras del conocimiento, presentaciones de novedades historiográficas, encuentros con la población en barrios de la ciudad cabecera y visita a lugares históricos como Las Taironas, el Valle de la Prehistoria y el monumento a Los Malagones, donde se clausuró el evento.
En las mentes de quienes protagonizamos el vigesimocuarto CNH quedan las exquisitas atenciones en el hotel Pinar del Rio y en la Universidad Hermanos Saíz. Inolvidables serán las fructíferas jornadas de trabajo, las múltiples actividades colaterales y los intercambios con el pueblo pinareño; pero no basta con esto, es preciso dejar testimonio de los resultados e impactos del cónclave, garantía de la atención y cumplimiento de sus acuerdos y recomendaciones.
Tanto esfuerzo de los historiadores pinareños, respaldados por las autoridades políticas y gubernamentales y la población en general, no debe pasar desapercibido.
A este requerimiento responde Memorias. Vigesimocuarto Congreso Nacional de Historia, un ejercicio contra la desmemoria de un evento trascendental.
Los coordinadores
Colectivo de autores, 2022
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic 2022
ISBN 978-959-7260-24-0
925 pág.
Tamaño 2.780kb
XXIV Congreso Nacional de Historia. Ponencias, coordinado por el historiador Israel Escalona Chadez, reúne los ochenta trabajos aprobados para su presentación en el XXIV Congreso Nacional de Historia, auspiciado por la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic) y con sede en la ciudad de Pinar del Río en abril del 2022. Dividida en cuatro partes, la compilación agrupa los resultados científicos en correspondencia con las temáticas convocadas: las guerras de independencia y liberación nacional en Cuba entre 1868 y 1959; las transformaciones políticas y económicas de la Revolución Cubana en el poder; las relaciones internacionales de Cuba en los siglos XIX, XX y XXI; y la problemática de la teoría y la enseñanza de la historia y los estudios historiográficos en el país.
© Rolando Lamas Machado, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones UNHIC, 2023
ISBN ISBN 978-959-7260-26-4
210 páginas
Tamaño: 3,868kb
Introducción
El municipio de Sandino es el más occidental de Cuba, su extensión territorial lo convierte en el mayor de la provincia pinareña y el quinto a nivel nacional. Muchos de los pueblos existentes desde la segunda mitad del siglo xix, apéndices del municipio de Guane, son antecedentes de su conformación. En Revolución el municipio se convierte en lo que es hoy, y su ciudad principal, Sandino —inaugurada el 22 de agosto de 1964—, constituye uno de los principales hitos.
Fue la ley 1304, o ley de la Nueva División Política Administrativa, aprobada por el Consejo de Ministros el 3 de julio de 1976, y promulgada el 5 de igual mes y año, quien lo crea. A partir de entonces, el desarrollo que su enclave venía experimentando se atempera a nuevos contextos, pero manteniendo siempre la condición de bastión de la Revolución.
Como en el resto del país, el período que se aborda está marcado por acontecimientos que ponen a prueba a sus humildes hijos. Bajo la dirección del Partido y las estructuras de gobiernos se materializan proyectos encaminados al logro de la institucionalización, la proclamación de la Constitución
Socialista, la instrumentación de los Órganos Locales del Poder Popular, el proceso de Rectificación de Errores y Tendencias Negativas, el Período Especial en Tiempo de Paz, la Batalla de Ideas y la Revolución Energética.
Los años entre 1976-2005 en el municipio de Sandino profundizan la vocación revolucionaria y patriótica de su pueblo. Las directrices emanadas de los congresos del Partido y su aplicación potenciaron el desarrollo económico, político y social del territorio, que desde 1959 venía experimentando transformaciones profundas en función de su liberación total.
Apuntes para la historia del municipio de Sandino 1959-2005, estructurado en tres capítulos, fundamenta con un enfoque dialéctico materialista pasajes de la realidad vivida por el pueblo sandinense en aras de la defensa y la consolidación del modelo de desarrollo económico y social escogido. Además, sistematiza, sin considerar agotado el tema, un período de la historia del municipio de Sandino no abordado y que necesita ser conocido por las presentes y futuras generaciones.
Compilación:
Israel Escalona Chadez
Juan Carlos Rodríguez Díaz
Enrique Giniebra Giniebra
© Israel Escalona Chadez y otros, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2023
ISBN 978-959-7260-30-1
Tamaño 672,6kb
Páginas 1064
Las Memorias. Vigesimocuarto Congreso Nacional de Historia: un ejercicio contra la desmemoria de un evento trascendental
Los historiadores cubanos han predicado con el ejemplo en cuanto a la comprensión de la importancia esencial de preservar la memoria histórica. No resulta fortuito que, desde que se concibieron los Congresos Nacionales de Historia (CNH), Emilio Roig de Leuchsenring, principal inspirador de esos cónclaves, insistiera en la necesidad de elaborar memorias que permitieran hacer imperecedero lo acontecido en cada una de las citas e impactaran en el panorama historiográfico nacional.
Consecuente con esa tradición, la Unión de Historiadores de Cuba se ha propuesto dejar constancia de los magnos encuentros científicos de los historiadores cubanos, restablecidos desde 1997.
Durante el vigesimocuarto CNH, realizado en la provincia de Pinar del Rio entre el 20 y el 23 de abril del 2022, muchos delegados comentaban acerca de la calidad del evento, organizado en medio de las difíciles circunstancias que impuso la pandemia de la covid-19, y la necesidad de lograr unas memorias lo más exhaustivas posibles.
Quienes lean estas memorias, sintético reflejo del amplio programa de actividades científicas y promocionales realizadas, no deben olvidar el complejo entramado en el que se preparó y desarrolló el evento. Baste recordar que la primera versión de la convocatoria fijó la fecha de realización del Congreso en abril del 2021; pero la epidemia lo impidió e hizo que, con perseverancia y decisión, se definieran una y otra fecha hasta que, al fin, se efectuó la cita nacional un año después, precedida de eventos en múltiples variantes, en correspondencia con la situación epidemiológica, en cada filial.
Aun con las medidas profilácticas, con el inevitable uso del nasobuco, el Congreso se realizó con todos los requerimientos de estos cónclaves, con el desarrollo de profundos debates científicos, ponencias propiciadoras de hallazgos y revalorizaciones, conferencias y paneles especializados reveladores de aspectos esenciales del devenir histórico nacional, reconocimientos a destacados colegas y experiencias socializadoras del conocimiento, presentaciones de novedades historiográficas, encuentros con la población en barrios de la ciudad cabecera y visita a lugares históricos como Las Taironas, el Valle de la Prehistoria y el monumento a Los Malagones, donde se clausuró el evento.
En las mentes de quienes protagonizamos el vigesimocuarto CNH quedan las exquisitas atenciones en el hotel Pinar del Rio y en la Universidad Hermanos Saíz. Inolvidables serán las fructíferas jornadas de trabajo, las múltiples actividades colaterales y los intercambios con el pueblo pinareño; pero no basta con esto, es preciso dejar testimonio de los resultados e impactos del cónclave, garantía de la atención y cumplimiento de sus acuerdos y recomendaciones.
Tanto esfuerzo de los historiadores pinareños, respaldados por las autoridades políticas y gubernamentales y la población en general, no debe pasar desapercibido.
A este requerimiento responde Memorias. Vigesimocuarto Congreso Nacional de Historia, un ejercicio contra la desmemoria de un evento trascendental.
Los coordinadores
Colectivo de autores, 2022
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic 2022
ISBN 978-959-7260-24-0
925 pág.
Tamaño 2.780kb
XXIV Congreso Nacional de Historia. Ponencias, coordinado por el historiador Israel Escalona Chadez, reúne los ochenta trabajos aprobados para su presentación en el XXIV Congreso Nacional de Historia, auspiciado por la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic) y con sede en la ciudad de Pinar del Río en abril del 2022. Dividida en cuatro partes, la compilación agrupa los resultados científicos en correspondencia con las temáticas convocadas: las guerras de independencia y liberación nacional en Cuba entre 1868 y 1959; las transformaciones políticas y económicas de la Revolución Cubana en el poder; las relaciones internacionales de Cuba en los siglos XIX, XX y XXI; y la problemática de la teoría y la enseñanza de la historia y los estudios historiográficos en el país.
© Colectivo de autores, 2022
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2022
ISBN 978-959-7260-22-6
86 pág.
Tamaño 519kb
Coordinado por los historiadores Israel Escalona Chadez, Aldo Daniel Naranjo Tamayo y Sergio Antonio Garcés Quintana, Memorias del XXIII Congreso Nacional de Historia, Granma 2019 ofrece una panorámica de lo acontecido en el magno evento de la Unión de Historiadores de Cuba (Unhic) desde sus preparativos hasta la clausura, efectuada en el Museo Ñico López de la ciudad de Bayamo, el 18 de abril del 2019. La obra contiene documentos que van desde la convocatoria, la relación de congresistas y los programas general y científico, hasta las actividades colaterales y las intervenciones de personalidades invitadas. Por último, el libro incluye una valoración general del cónclave y el llamamiento a la siguiente cita a desarrollarse en la ciudad de Pinar del Río.
© Colectivo de autores, 2022
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2022
ISBN 978-959-7260-23-3
230 pág.
Tamaño 902kb
Los Congresos Nacionales de Historia. Orígenes, evolución y continuidad, obra coordinada por Francisca López Civeira, compren- de dos partes fundamentales en la historia de estos eventos: la primera de estas, escrita por Carlos Rafael Fleitas Salazar, trata los eventos iniciales hasta el decimotercero (1942-1960); y la segunda, escrita por Israel Escalona Chadez, enfoca su estudio en los congresos desde el decimocuarto al vigesimotercero (1997-2019), organizados por la Unión de Historiadores de Cuba, asociación que agrupa a los historiadores de la isla caribeña.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2021
ISBN 978-959-7260-11-0
Obra Completa 978-959-7260-13-4 Tomo 2
454 pág.
Tamaño 3.008kb
En las páginas de Revelaciones de historia regionales y locales se ha reunido el resultado de la labor de una parte importante de los historiadores cubanos que sea dedicado al estudio de la historia de sus localidades. Estás ponencias, presentadas para participar en el XXXI encuentro nacional de historiadores locales, fueron seleccionadas para su publicación en este volumen -a partir de un número mucho mayor- por casualidad, equilibrio temático y grado de representatividad. En ellas, el lector podrá encontrar estudios sobre los procesos de conformación de la identidad nacional desde las localidades durante la etapa colonial, patrimonio y desarrollo cultural de varias regiones de Cuba, y el acercamiento a personalidades e instituciones que contribuyeron, y en algunos casos aún contribuyen a la preservación y defensa de la identidades y junto con ella, identidad nacional.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2021
ISBN 978-959-7260-11-0
(Obra Completa) 978-959-7260-12-7 (tomo 1)
430 pág.
Tamaño 7.878kb
En las páginas de Revelaciones de historia regionales y locales se ha reunido el resultado de la labor de una parte importante de los historiadores cubanos que sea dedicado al estudio de la historia de sus localidades. Estás ponencias, presentadas para participar en el XXXI encuentro nacional de historiadores locales, fueron seleccionadas para su publicación en este volumen -a partir de un número mucho mayor- por casualidad, equilibrio temático y grado de representatividad. En ellas, el lector podrá encontrar estudios sobre los procesos de conformación de la identidad nacional desde las localidades durante la etapa colonial, patrimonio y desarrollo cultural de varias regiones de Cuba, y el acercamiento a personalidades e instituciones que contribuyeron, y en algunos casos aún contribuyen a la preservación y defensa de la identidades y junto con ella, identidad nacional.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones UNHIC, 2021
ISBN 978-959-7260-14-1
78 pág.
Tamaño 661kb
Miradas a una ciudad incendiada. Vayamos 1869, libro escrito por un colectivo de autores, agrupados en torno a Damiana Niurka Pérez Figueredo, quién se encargó de compilar el material, es al decir de la doctora Mildred de la Torre Molina “un libro inteligente y útiles”.
Patrocinado por la casa de la nacionalidad y con el hospicio de la Unión de Historiadores de Cuba, un paso de avance en el conocimiento de la historia bayamesa y a la vez o más la de Cuba. El libro enseña que coma fueran cuáles fueran sus consecuencias como el incendio de bayamo es un eterno grito de combate de todos los cubanos.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones UNHIC, 2021
ISBN 978-959-7260-19-6
516 pág.
Tamaño 3.818kb
La historia, su enseñanza y aprendizaje… Recoge 46 ponencias qué fueron presentadas en el primer taller nacional sobre la enseñanza de la historia Cuba, celebrado de manera virtual en diciembre de 2020. Este encuentro y el libro que recoge sus memorias son una muestra de los esfuerzos de destacados profesores e investigadores cubanos, quiénes abordaron importantes problemáticas relacionadas con la historia y su enseñanza aprendizaje en los distintos niveles educativos y universidad, agrupado en 5 secciones como estos resultados investigativos crea un fructífero espacio para el debate teórico y metodológico sobre la enseñanza de esta materia en nuestro país.
Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones UNHIC, 2021
ISBN 978-959-7260-19-6
494 pág.
Tamaño 4.289kb
Una de las hazañas más grandes del siglo 19 latinoamericano, ha sido objeto de numerosos análisis, tanto por parte de algunos de sus protagonistas como de historiadores de la república neocolonial y la etapa revolucionaria; aunque no ha sido frecuente el acercamiento desde aristas que rebasen el marco de la historia política y permitan el tratamiento a partir de los presupuestos de la historia militar y local, así como de su impronta en diversas manifestaciones de la cultura. A más de 125 de concluida la gesta, la unión de historiadores consideró oportuno homenajear en el XXIV congreso nacional de historia esta campaña y sus protagonistas. La epopeya de la invasión a occidente 1895-1896 integra un número colectivo autoral y fue coordinado por los doctores en ciencia, Manuel Fernández Carcasses y Damaris Amparo Yorres Elers.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición: Ediciones UNHIC, 2021
ISBN 978-959-7260-16-5
334 pág.
Tamaño 3.336kb
Historias de rebeldía, recoge los resultados del taller científico nacional visión múltiple de la lucha insurreccional. Evento auspiciado por el centro de estudios y documentación de la lucha clandestina Frank País y el Centro Provincial de Patrimonio en Santiago de Cuba, la universidad de Oriente, la unión de historiadores de Cuba y la oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República.
El libro es una compilación —realizada por Frank Josué Solar Cabrales y Odalys Márquez Márquez— de las ponencias presentadas en el último taller, así como una selección de algunas discutidas en versiones anteriores. Resulta un fiel reflejo de la diversidad de asuntos debatidos y de sus perspectivas novedosas y polémicas acerca de aspectos de la insurrección qué no son usualmente abordados. Destacada de manera significativa la cantidad y calidad de trabajos consagrados a la construcción femenina al derrocamiento de la dictadura. En estas páginas, El lector encontrará aportes relevantes a la historiografía sobre las fases insurreccional del proceso revolucionario cubano. Mirada desde lo local y desde las trayectorias vitales de hombres y mujeres, desde los aparentemente pequeños, sí lo cual nunca estaría completa nuestra comprensión de la grandeza de la revolución cubana.
© Colectivo de autores, 2021
© Sobre la presente edición:
Ediciones Unhic, 2021
ISBN 978-959-7260-10-3
290 pág.
Tamaño 1.492kb
Guerras de Independencias en Cuba 1868-1898: una mirada múltiple recoge los más significativos resultados científicos de uno de los eventos nacionales de mas largas data en nuestro país: el encuentro nacional sobre guerra de independencia, que desde 1989 se viene realizando en la Casa Natal del mayor general Calixto García Iñiguez, en la ciudad de Holguín. La compilación de texto —a cargo de Paul Sarmiento Blanco, Yanilaysi Ortiz Aguilera y Leidiedis Góngora Cruz— sale a la luz, en medio de un contexto historiográfico, en el cual predomina la irrupción de diversos puntos de vista sobre un proceso hasta ahora interminable en la historiografía cubana. Los treintas años comprendidos entre 1868 y 1898, por su contenido cultural, económico y filosófico, así como por su alcance, merecen sempiternos atrevimientos por partes dela comunidad de historiadores.
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© José Manuel Sánchez del Campo Sánchez, 2020
© Sobre la presente edición: Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República de Cuba, 2021
Unhic, 2021
ISBN: 978-959-7260-07-3
163 pág.
Tamaño 4.190kb
Del apóstol de Cuba fue tomado el título para este libro, Como las raíces de los pueblos… Familia Sánchez Manduley. Sus el quehacer patriótico y revolucionario del doctor Manuel Sánchez Silveira y sus 8 hijos juntos de él aprendieron Silvia Acacia, Graciela María, Manuel Enrique, Celia Esther, Flavia Elba, Griselda Modesta, Orlando Silvio y Acacia Norma -a amar a Cuba y su historia; al hombre humilde y sincero punto cada uno, desde su altura, fue consecuente con ese amor punto de la época en que vinieron, sobre todo, de los años de la guerra de liberación nacional son numerosos actos suyos a favor de la causa justa y la independencia definitiva de Cuba.
José Sánchez del Campo Sánchez Santiago de Cuba 1947 licenciado en educación en la especialidad de matemática. Profesor fundador de la escuela vocacional Vladimir y Lenins nieto de quien fundara la familia que hoy rememora puntos consiste de la importancia de unir la en este testimonio, como Unido estuvieron en ideas y acciones brinda episodios de nuestra historia en lo que a veces estuvo presente la sencillamente conocidos y supo mantener un silencio a pesar de su escasa en la edad.
© Osiris P. Quintero y Gerónimo J. Besánguiz, 2021
© Sobre la presente edición: Editora Política, 2021
© Ediciones UNHIC, 2021
Primera edición: 2004
Segunda edición: 2021
ISBN 978-959-01-1000-9 Segunda edición
ISBN 978-959-7260-09-7
209 pág.
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Últimos días del 1958. El ejercito rebeldes, bajo el mando de Camilo, por más de dies días de lucha encarnizadamente para lograr la rendición de cuate de Yaguajay. Su jefe, Abón Lee, se niega a entregarlo. La población sufre los ataques de la aviación y los combates, hasta que la tropa rebelde logra vencer al enemigo el 31 de diciembre.
Camilo en la batalla de Yaguajay es el resultado de una ardua investigación, que se completa con fotos y documentos inéditos, y constituye uno de los estudios más minuciosos realizados cerca del período final de la lucha insurreccional en enfrente en el Frente Norte de Las Villas y sobre los días en que Camilo dirigió la memorable batalla.
© Fabio E. Fernández Batista, 2020
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2020
ISBN 978-959-7260-05-9
173 pág.
Tamaño 4.927kb
Los caminos de la prosperidad. El ideario económico de las oligarquías criollas en Cuba 1551-1790 sigue la huella de los que el autor identifica como abrir comedia idea económica”, en el marco del extenso periodo que ocupa nuestra historia en el modelo de sociedad colonial estrictamente criolla.
Su autor Fabio Enrique Fernández Batista, doctor en ciencias históricas; Master en estudios interdisciplinarios de Cuba, América latina y el Caribe; jefe del departamento de historia de Cuba de la universidad de La Habana y vicepresidente primero de la unhic.
A obtenido diversos reconocimientos por su labor historiográfica: premio en el Concurso Nacional de Crítica Historiográfica Enrique Gay Calbo de la academia de la historia de Cuba 2013, premio especial Gloria García 2016, otorgado por la Unhicn y premio de la Crítica Martiana Cintio Vitier 2017, entregado por el Centro de Estudios Martianos. Es uno de los autores de Fidel en la tradición estudiantil universitaria comas así como de diversos artículos en revistas especializadas.
© Colectivo de autores, 2020
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2020
ISBN 978-959-7260-04-2
164 pág
Tamaño 1.422kb
El 6 de febrero se iniciaron, de forma simultánea, los alzamientos en todo el territorio villareño bajo el mandato de los jefes locales y, el 7 de febrero, en cafetal González, Manicaragua, se concentraron los diferentes grupos revolucionarios de las villas. Allí, bajo la presencia de Miguel Gerónimo Gutiérrez, se redactó y firmó el acta de independencia. El heroísmo derrotado por los patriotas de esa región hizo que se territorio fuera conocido como “las inquietas villas”. A 150 años de los hechos y en homenaje aquellos patriotas, la unhic organizó una jornada de reflexión histórica en Santa Clara Cuba, Villa clara Cuba dónde intervinieron los historiadores Rolando Rodríguez, Eduardo Torres Cuevas, Hedy Aguilar Zamora, María Antonieta Jiménez Margolles y Orlando García Martínez, cuyos análisis acerca de este levantamiento y su contribución a la causa libertaria aparecen en este texto, con qué incluye, además, las intervención de Jorge Luis Aneiros Alonso, presidente de la Unhic en el acto nacional conmemorativo.
© Colectivo de autores, 2020
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2020
292 pág.
Tamaño 3.211kb
Resultado de un evento dedicado a la caravana de la Libertad en su 60 aniversarios, la este libro reconstruye El trayecto y detalla lo sucedido en cada uno de los sitios por dónde pasó la columna rebeldes. Fruto del análisis historiográfico, no se conforma con relatar lo acontecido, sino que ofrece reflexiones y rectificaciones necesarias, qué permiten enjuiciar la epopeya en su justa dimensión y alcance estratégico como político y militar. Ese es el contenido de la primera parte, mientras que la segunda, destaca la impronta dejada por el líder de la revolución cubana en cada una de las provincias durante 6 décadas de incesantes bregar revolucionarios.
Un colectivo de investigadores de todo el país como pertenecientes a diferentes generaciones, bajo la coordinación de Jorge Miguel Puente Reyes, Manuel Pevida Pupo e Israel Escalona Chávez, se preocupó a cometer reflexionar sobre importantes momentos de la etapa final de la guerra de liberación nacional y la revolución en el poder con la finalidad de aproximar a los lectores a la grandeza y avatares de una proeza histórica.
© Enio Leyva Fuentes, 2020
© Sobre la presente edición: Oficina de Asuntos Históricos la Presidencia de la República de Cuba, 2020
Ediciones UNHIC, 2020
ISBN: 978-959-274-178-2
240 pág.
Tamaño 5.952kb
Emilio Leiva Fuentes 1936. Aunque memorias suyas y hechos en los que ha sido protagonista aparece en el libro publicado, De La rebeldía a la razón es la primera obra de su autoría. El título sugiere el proceso de formación de su personalidad. Cómo escribe en lo que ha llamado “Evocación” su rebeldía germinó con la desigualdad de la que fue víctima y testigo durante su infancia y primera juventud. Ello determinó el derrotero de su vida: pronto se alió A quiénes tenían iguales sentimientos; se enfrentó a la dictadura de fulgencio Batista; fue fundador de la brigada juvenil de M-26-7 con una vida clandestina tan activa que para salvarla hubo de viajar al exilio. En México se unió a los futuro expedicionarios con quiénes no pudo viajar por hallarse en prisión. No fue está la primera vez, porque nunca cejo en el empeño de involucrarse en el envío de alma y en nuevas expediciones para liberar a Su patria.
De regreso, al triunfo de la Revolución cómo fue de los jóvenes revolucionarios al tener la alta dirección del país pudo confiable responsabilidades diversas. Hoy es general de brigada jubilado del Ministerio del Interior y ostenta numerosas condecoraciones.
© Aldo Daniel Naranjo Tamayo, 2019
© Sobre la presente edición: Ediciones Unhic, 2019
ISBN 978-959-7260-02-8
324 pág.
Tamaño 6.336kb
A leer esto apuntes acerca del quehacer del padre fundador de la nación, comprendemos que su principal valor está en el hecho de que se crea y recrea la vida de Carlos Manuel de Céspedes y del Castillo, como si estuviéramos observando lo en su más cercana cotidianidad. Por eso, la lectura de este libro motiva a profundizar, a conocer más y más cerca de la vida del padre fundador de la nación.
Su autor Aldo Daniel Naranjo Tamayo, historiador, investigador y museólogo, a publicado numerosos libros y recibido múltiples premios y reconocimientos entre ellos el de instituto de investigación cultural Juan Marinello por su obra Hijo de la Fraternidad: Los Dominicanos en la insurrección cubana 1868-1878, el juicio le ribereño de la única por su labor historiográfica y el Emilio bacardí, de la propia institución, por la defensa del patrimonio cultural de la nación ostenta la doble condición de hijo adoptivo de bayamo e hijo ilustre de guiza, su pueblo natal. En la actualidad se desempeña como director del Museo Casa Natal de Césped y es presidente de la filial de la Unión de Historiadores de Cuba en Granma.