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TAMPOCO TENEMOS SALUD (MIGUEL GÓMEZ-LEAL MARTÍN)
Ya queda menos para uno de los días más esperados en España. El sorteo de la lotería de Navidad es un momento donde la gente se carga de ilusión, pese a tener una probabilidad científicamente insignificante de ganar algo. Lo bonito es, o por lo menos era, que cuando no toca nada en el sorteo, la gente respondía que por lo menos tenía aquello que más apreciaba: salud. Desgraciadamente, este año no podremos decir eso.
Los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP) han sido siempre, y deben seguir siendo, un lugar de referencia, ayuda y apoyo de todos los vecinos y vecinas. No solo porque es el lugar más cercano al que acudir cuando a altas horas de la madrugada ocurre un accidente, sino que es una pieza clave para descongestionar las urgencias de los hospitales públicos, que a día de hoy, se encuentran saturadas.
Desde hace años el PSOE en Barajas ha reclamado la reapertura total del SUAP de nuestro distrito. En 2012, se cerró de lunes a viernes para abrir los fines de semana. Desde entonces se ha aprobado en el Pleno de la Junta Municipal de Barajas en múltiples ocasiones, y por unanimidad, su reapertura total. En 2020, cuando llegó la pandemia, se clausuraron todos los SUAP de la Comunidad de Madrid. Esto hizo que la demanda de la reapertura por parte de los vecinos y vecinas fuera más fuerte todavía. Sin embargo, el Partido Popular siguió con su estrategia de desmantelamiento de la sanidad pública. Una estrategia planificada y organizada a la que jamás va a renunciar.
En junio de 2022 la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, comunicó que 20 de los 37 SUAP de nuestra región quedarían clausurados para siempre, entre ellos, el de Barajas. La reacción de vecinos y vecinas del distrito no se hizo esperar y, pese a una ola de calor histórica, más de un centenar de personas se concentraron delante del SUAP de Barajas, para exigir a la Comunidad de Madrid la reapertura del SUAP en las mismas condiciones que se encontraba antes de su cierre en 2012.
Barajas, Getafe, Fuenlabrada, Villaverde…todos los rincones se levantaron ante el grito de “Sanidad Pública”. Un grito cargado de rabia, enfado y frustración. Un grito de auxilio al ver como un derecho fundamental que se conquistó hace más de 30 años, hoy, en la Comunidad de Madrid, se vende al mejor postor. Tal fue la reacción de las personas que vieron su salud en peligro, que la Presidenta tiró de freno de mano para camuflar su plan. Anunció entonces que todos los centros reabrirían en octubre de este año, pero el truco estaba no explicar el cómo.
Lo que antes se llamaba “Servicios de Urgencia de Atención Primaria”, ahora pasaría a llamarse “Punto de Atención Continuada”. Al igual que padres y madres piensan durante meses el nombre de sus hijos, la Comunidad de Madrid tejió con sumo cuidado. Ya no eran un “servicio”, ahora sería un “punto” en tu mapa. Ya no hay una “urgencia”, sino una ventanilla donde recibes “atención”. Y “continuada” porque ver la puerta cerrada, otra vez, era demasiado obsceno.
El 27 de octubre se abrió el “Punto de Atención Continuada de Barajas”. El personal que acude a Barajas recibe un SMS invitándoles a sumarse como voluntarios. En caso de querer sumarse, acuden a un centro del cual no conocen en qué o con quién hay que trabajar. Esto genera incertidumbre, malestar e ineficiencias en el trabajo. Fallos tales como: no poder acceder a los sistemas informáticos, problemas para recetar medicamentos, no tener camas de descanso para las personas de guardia y falta de personal en algunos horarios. La “atención continuada” se basa en que si tu hijo o hija se hace una brecha en casa, mientras sangra por la cabeza, un celador de Barajas indica cómo ir al centro de García Noblejas ya que por la noche no hay ningún médico que se haya ofrecido voluntario a estar. Esta situación es la que se está dando en Barajas, pero desde luego, el PSOE no lo va a consentir.
Desde el Partido Socialista de Barajas llevamos luchando 10 años para que los vecinos y vecinas de Barajas tengan como referencia, ayuda y auxilio un centro en el que puedan confiar. Sabemos que gobernando se encuentra un partido que desea que ese centro lo gestione una empresa privada, o que directamente no exista. Sin embargo, el PSOE seguirá en pie para que el servicio público más importante conquistado, también esté presente en Barajas.
Seguiremos luchando para que nadie necesite el Gordo de la Lotería de Navidad para pagarse una operación, sino para que haya un estado de bienestar fuerte y sólido.
Seguiremos trabajando y gritando, para que el 23 de diciembre podamos decir que, por lo menos, tenemos salud.
Miguel Gómez-Leal Martín
Secretario General PSOE Barajas
Fuente: Gacetín Madrid
LA PROSITUCIÓN NO SE EJERCE (ANDREA FERNÁNDEZ)
Una noche de invierno. Quizás un polígono industrial o una de las arterias más transitadas de Madrid. Varias mujeres a los pies de la calzada, semidesnudas, maquilladas. Gran parte de ellas procedentes de países del Este. Un viaje por una carretera secundaria donde surgen luces de neón. Chistes, bromas y refranes sobre prostitución. Todo ello forma parte del paisaje cotidiano en España, y es que el sexo de pago goza de aceptación social porque está en el corazón de la desigualdad entre hombres y mujeres. Fíjense como incluso el propio lenguaje condiciona el debate sobre este asunto; es habitual emplear términos asociados a decisiones individuales normalizadas como ejercicio o consumo incluso cuando manejamos posiciones contrarias a la legalización.
Como señala la socióloga Rosa Cobo, la prostitución ha estado presente durante prácticamente toda la historia de la humanidad y se ha ido adaptando a los cambios económicos, sociales y culturales. Uno de los saltos más importantes en relación con este fenómeno se produjo con la gran transformación que sufrió la economía mundial entre los años sesenta y ochenta. El tráfico de mujeres se expandió y asumió las mismas lógicas que el mercado internacional, generando así un cambio de modelo: los pequeños clubes han dado paso a macroburdeles y a redes internacionales de trata que mueven mujeres de forma masiva de países pobres a otros con Estados de bienestar desarrollados. Es decir, forma hoy parte del mercado global. Tanto es así que estos días estamos viendo como grupos de proxenetas se acercan a las fronteras de Ucrania ofreciéndoles a las mujeres que allí se encuentran la posibilidad de recibir comida y transporte hacia Europa. El sistema de la prostitución es escurridizo y se nutre de la ambigüedad en torno a la idea de consentimiento, por eso es fundamental centrar el debate en los elementos estructurales y no tanto en la recurrente libertad individual; la posible voluntad para prostituirse no puede condicionar el análisis ético y político de un fenómeno de esta envergadura.
Es importante apuntar que separar las categorías de explotación sexual y prostitución no resulta útil porque ambas forman parte de una misma estructura de violencia y dominación que hunde sus raíces en la desigualdad entre hombres y mujeres. La democracia en sí misma exige abordar qué impacto tiene este hecho en la comunidad política y no así en eventuales decisiones personales: una actividad que compromete valores como la igualdad, la dignidad o la integridad es radicalmente incompatible con el Estado de derecho.
La libertad está ligada a la capacidad de elegir de los individuos. Por eso, si atendemos a la realidad que representa mayoritariamente la prostitución, es poco probable que esa elección quepa entre la inmensa mayoría de mujeres que se encuentran prostituidas. Parece evidente que en contextos de falta de recursos, feminización de la pobreza, migración y mafias, las mujeres no son sujetos de derecho que eligen, sino mera mercancía. Además, si concedemos a esta realidad el estatus de trabajo estamos aceptando como legítimo que las mujeres pongan su sexualidad a disposición de los hombres y no de sí mismas.
Hablamos de mujeres, en su mayoría, despojadas de su condición de ciudadanas. Como reflexiona Saskia Sassen, se trata de personas expulsadas de sus entornos culturales y familiares; mujeres que dejan de disponer de su proyecto de vida. Parte fundamental de la prostitución consiste en anular su pasado en un lugar donde no hay futuro: la cancelación de su identidad es condición de posibilidad del negocio. Lógicamente, si asumimos que estos son los puntos de partida de la gran mayoría de mujeres en situación de prostitución, estamos ante una práctica que es incompatible con los valores democráticos.
España, uno de los países europeos que más sexo de pago registran, no puede continuar depurando esta actividad desde el punto de vista legal. Resulta interesante señalar que la redacción actual del Código Penal en materia de proxenetismo apenas ha permitido que se dicten sentencias por este tipo de delitos. Actualmente, el PSOE ha incluido enmiendas al texto de la Ley de Libertad Sexual en esta dirección. Sin duda, el camino por recorrer es largo, pero necesitamos darnos con urgencia normas que extingan una institución incompatible con los valores que nos rigen, aunque acabar con la prostitución será tan difícil como difícil sea que los hombres renuncien a pagar por sexo; sin grandes consensos sociales en contra la prostitución cualquier ley será insuficiente.
Durante casi tres siglos de historia, el feminismo ha sido capaz de reflexionar sobre el ámbito privado logrando su democratización. El pensamiento feminista hizo evidente, por ejemplo, que las mujeres sufrían la injusticia de cargar a sus espaldas con trabajo invisible; también algunas formas de violencia que se consideraban privadas. Pese al largo camino que aún queda, los permisos igualitarios o la Ley contra la Violencia de Género son ejemplos de ese clamoroso éxito. Entender que la prostitución es una institución violenta aceptada como antes lo estuvieron otras es el primer paso para avanzar hacia la siguiente gran norma igualitaria: una ley integral contra la trata.
Andrea Fernández Benéitez es Secretaria Federal de Igualdad del PSOE y diputada por León.
FUENTE: El País
COMPROMETIDOS (TERESA RIBERA)
El alza del precio de la luz en el mercado mayorista eléctrico lleva semanas creciendo como pocas veces ha ocurrido antes. Lo hace en gran parte del mundo y, en particular, en los países europeos. Si al precio del gas natural y el CO₂ sumamos el aumento de la demanda como consecuencia de la ola de calor, el resultado es una semana de récords consecutivos. Una situación indeseable para las familias, para la industria y para la economía en general.
Una dinámica alcista común en todos los países europeos, algunos con precios más elevados que los españoles (Italia, Grecia, Hungría, Bulgaria, Reino Unido), y que enciende las alarmas entre quienes más afectados se ven hoy y se adivinan en los próximos meses.
La recuperación económica pospandemia, la voluntad de abandonar paulatinamente el carbón y los ajustes en la producción de los principales países exportadores de gas explican esta anomalía de precios. A eso se suma en Europa la necesidad de pagar por el CO₂ emitido, la toma de posiciones inversoras en el mercado de gases de efecto invernadero y, por último, un diseño del mercado eléctrico europeo —pieza central para la política de energía de la Unión— que no refleja bien los beneficios para el consumidor de contar con fuentes de energía no fósil de costes operativos bajos y estables.
Pero los problemas complejos no suelen resolverse con una única medida, por efectista que sea. Es imprescindible avanzar con agilidad y coherencia en la transición energética en la que trabajamos desde el primer día en el Gobierno; reforzando las respuestas que den cobertura a los consumidores. Hoy contamos con un horizonte claro y creíble; un marco regulatorio congruente, que facilita la penetración ordenada de renovables a un precio medio de 25 euros por MWh, el impulso de techos solares, la inversión en eficiencia...
Hemos propuesto una senda para transformar nuestro sistema energético combinando tecnologías renovables, la transformación de la industria con alternativas de empleo, diversificando actores y buscando que la regulación acompañe las decisiones de inversión. Hemos pasado en poco tiempo de ser el país del impuesto al sol, líder en litigios de inversores en renovables, el país en el que se prohibía el cierre de centrales contaminantes y antieconómicas, a definir un modelo verde y renovable en el que consumidores y trabajadores están en el centro de las decisiones públicas.
El catálogo de medidas aprobadas es amplio y permaneceremos atentos para reforzarlo en lo que haga falta. Hemos reaccionado ante los imprevistos. Medidas inmediatas para respaldar a los hogares vulnerables mediante el bono social térmico y el eléctrico, o la prohibición de cortes de suministro. Otras, fiscales, abaratando la factura para paliar el efecto de la subida del coste de la energía.
Impulsamos reformas legislativas estructurales que darán resultado cuando sean aprobadas por el Parlamento. El nuevo fondo nacional de sostenibilidad del sistema eléctrico y la minoración de la retribución del CO₂ a las centrales no emisoras más antiguas reducirán progresivamente otro 15% de la factura.
Esto supone abrir debates complejos en Europa y, en lo doméstico, revisar la estructura de costes, reforzar las medidas de protección social, maximizar la eficiencia de las infraestructuras existentes, adecuar las condiciones en las que las nuevas concesiones hidroeléctricas puedan ser explotadas.
Seguiremos trabajando en el marco regulatorio y el tarifario, ofreciendo seriedad y estabilidad a los inversores, pero velando, por encima de todo, por los consumidores.
Sin demagogia ni medias verdades. Ni se dejan de pagar costes clave del sistema eléctrico ni se camuflan en los Presupuestos trasladando al Gobierno la necesidad de incrementar la presión fiscal para cubrir vía impuestos lo que hoy se paga vía factura.
Soluciones mágicas no hay, pero sí compromiso, seriedad y repuestas.
Teresa Ribera es vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico
FUENTE: El País
Sobre la convocatoria de elecciones a la Asamblea de Madrid del 4 de mayo de 2021 (pedro gonzález)
UN GOBIERNO EXCEPCIONAL. NI MÁS IMPUESTO NI MÁS EXTREMISMOS (ÁNGEL GABILONDO)
Pareciera que hubieran pasado lustros, tras tantos acontecimientos posteriores, pero no fue hace tanto tiempo cuando se instaló la queja diaria desde artículos, tribunas y tertulias de los males inherentes que supuestamente habían acarreado el antiguo bipartidismo. Había que erradicarnos, asemejarnos a la decadencia y sacar del supuesto error a los que nos votaban.
Algunos dicen que soy un soso. Si es por sosegado, desde luego, tienen razón. Porque no creo en la bronca. Porque no me gusta vociferar. Porque cuando se trata de la pandemia, la vacunación y la recuperación económica no resumo mi programa en un tuit. Tengo mucho más que decir.
Es verdad también que soy serio. Pero lo contrario de serio no es divertido. Lo contrario de serio es frívolo. Detesto el aburrimiento, pero me tomo las cosas serias en serio. Me parece que es serio lo que sucede a miles de madrileños que solo han crecido con crisis y más crisis. Es serio que no pocos de mis antiguos alumnos continúen sin casa, sin trabajo, con miedo. Que sus abuelos sigan trabajando. Y sus padres en el paro o sobreviviendo. Cuando en Madrid no falta dinero y lo que sobra es este espectáculo.
También dicen que soy demasiado formal. Será porque el descaro y el insulto no me representan. Será porque no creo ni en el odio ni en la tensión. Será porque, definitivamente, no soy un político de marketing. Soy lisa y llanamente un profesor. He sido rector, ministro. He perdido y he ganado las elecciones en Madrid. Y a mi edad sé un poco de lo que es la vida. Sé que los verdaderos problemas son esos que te sorprenden un día cualquiera a las siete de la tarde. Que cada día debemos hacer algo que temamos. Algo que añoremos. Algo que aprendamos. Que debemos ser valientes y saber dónde estamos y dónde no. Y yo estoy en la izquierda. La izquierda de Gobierno. La izquierda que no va contra nadie. Y nosotros somos la izquierda. Proponemos un Gobierno serio y para ello sabemos que tenemos que hablar en serio.
Estoy, como muchos de vosotros, frente a este espectáculo, a esta bronca y a esta forma de hacer que es pura antipolítica siempre. Y más, en plena pandemia... No me representa.
Por eso, sé que el 4 de mayo no son unas elecciones más: luchamos frente a un virus en una situación excepcional que requiere medidas excepcionales. Yo no voy a deciros que la alternativa a nuestra candidatura sea la ultraderecha, que ya supone una opción nefasta de por sí. Es algo mucho peor, y más amplio: es la degradación de la política. Son los gritos que no dejan escuchar las razones.
No se trata de comunismo o libertad, de socialismo o libertad o de Madrid o la ultraderecha. Es mucho más que eso. Se trata de Madrid o Madrid. Seré cristalino. Tengo un plan de cinco puntos que quiero implementar:
-El primer punto: propongo un Gobierno excepcional para Madrid de dos años, hasta 2023. Un Gobierno excepcional no toca la fiscalidad. Ni para subir los impuestos como proponen unos ni para bajarlos como proponen otros. No los vamos a tocar.
-El segundo punto: si las urnas así lo posibilitan gobernaré con Más Madrid y con Ciudadanos. Tal como se están pronunciando los distintos partidos políticos es la fórmula con la que me siento más cómodo. Los planteamientos de las demás no encajan en los esquemas de superación de la confrontación que estoy proponiendo. No quiero más extremismos.
-El tercer punto: queremos un Gobierno progresista que se va a dedicar a la vacunación, la recuperación económica y a no dejar a nadie atrás. Son las prioridades indiscutibles.
-El cuarto punto: Europa. Debemos impulsar un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El éxito de Madrid será el de España. No podemos fallar. Los jóvenes dependen de ello.
-El quinto punto: las madrileñas y madrileños. Debemos hacerlo con ellos de abajo arriba. Ya va siendo hora de elevar el debate público en este país y les necesitamos.
Madrid necesita, por lo tanto, no solo otro hacer y palabras, necesita hechos. Necesita gestionar una vacunación ordenada. Necesita gestionar bien una recuperación. Necesita alguien que esté al frente de los fondos europeos y de la estrategia de vacunación. Una estrategia que proteja a todos para sacar a Madrid adelante cuanto antes.
No podemos seguir en esta situación. Madrid no se lo merece. No podemos generar por más tiempo una imagen de inestabilidad que corre el riesgo de hacer tambalear las oportunidades de una región extraordinaria, centro de talento y de innovación. Necesitamos la mejor versión de Madrid, y la necesitamos ahora, en esta encrucijada histórica en que nos encontramos.
Necesitamos volver a sentirnos orgullosos de Madrid. Necesitamos personas con cualidades, un equipo fuerte, plural y unido al frente de la gestión, que lidere y reactive Madrid. Hace más de ochenta años que Ortega y Gasset, cansado de ver cómo la sociedad argentina desperdiciaba un espléndido porvenir en absurdos enfrentamientos personales, pronunció una frase que todavía resuena en ese país: “¡Argentinos!, ¡a las cosas!, ¡a las cosas!”. Ahora, cuando el espacio público se llena de absurdos enfrentamientos que nos secuestran la energía para trabajar en las cosas que de verdad importan, es el momento de retomar aquella invocación y proclamar: “¡Madrileños!, ¡a las cosas!, ¡a las cosas!”.
¿Y cuáles son las cosas?:
Primera, la de dar paso al futuro, y dejar por fin atrás el tiempo pasado que representa el Partido Popular. Un pasado de desigualdad, injusticia social y corrupción, que ahora transita además por un presente extremista y demagógico. El mundo en recuperación al que nos asomamos dice adiós a las viejas recetas conservadoras para hablarnos de sostenibilidad, de transición energética, de digitalización, de cohesión social y territorial, de feminismo. Es decir, de la agenda que representa el Partido Socialista.
En segundo lugar, estabilidad. Hace casi seis años entré en la Asamblea de Madrid y ya he visto pasar a cuatro presidentes del PP y a numerosos portavoces de la oposición desde que ocupé mi escaño. Los madrileños necesitan un presidente que ultime su mandato. Que es precisamente lo que nuestra comunidad más necesita.
Y en tercer lugar, restablecer la dignidad política e institucional. Porque tres de quienes han ostentado la presidencia de la Comunidad de Madrid se han visto ante la justicia para dar cuenta en diferentes procesos por acusaciones de corrupción. Esto me parece absolutamente imprescindible. No podemos ser una comunidad donde quede en cuestión la ética pública. Esto es muy serio. La política es algo serio, en el más alto sentido de la palabra.
No he entrado en política para incendiar las redes. Tampoco para entretener, ni para hacerme un nombre. Acudiré encantado a cualquier foro o plató de televisión para debatir, contestar o exponer; no para sobreactuar ni para insultar. Me siento más representante que actor. Y eso sí que es lo importante. Pero tengo las cosas claras.
Creo en un Gobierno que haga frente a cualquier forma de radicalidad y extremismo; que rompa la dialéctica de insultos y amenazas entre bloques enfrentados que tanto nos avergüenza y debilita; que traiga seguridad política, económica y fiscal a una región llamada a liderar la recuperación de nuestro país.
Un Gobierno que ya fue posible hace dos años, pero, entonces, Ciudadanos regaló la llave de la Comunidad a la derecha y la ultraderecha. Dos años después, sabemos que el resultado ha sido estéril. Se equivocó. Perdió la oportunidad de proceder a la indispensable regeneración política y democrática de la Comunidad de Madrid. Aquel error es el que nos ha traído a la actual situación, cuyas consecuencias sufrimos todos y todas.
Estamos en un empate a votos entre progresistas y conservadores. Entre la izquierda y la derecha. Y la clave es una: son los votantes de Ciudadanos los que deciden la victoria. Sus representantes cometieron hace dos años el error de unirse a la derecha y la ultraderecha. Hoy, los votantes de Ciudadanos vuelven a decidir el mejor Gobierno para Madrid. Hay empate en votos y ellos deciden el desempate.
Basta ya de tanto enfrentamiento, de odio y de furia. Creo en el Madrid libre, de nuestros estudiantes. En el Madrid de la Puerta del Sol que dice no a la ultraderecha. El Madrid que propició la democracia. El Madrid del 15-M. El Madrid de los balcones aplaudiendo a nuestros sanitarios, el Madrid progresista, rebelde, inconformista, cultural y dinámico que somos. En tantos y tantos sueños de Madrid que no caben solo en las urnas ni en unas elecciones.
Creo en un Gobierno serio con un equipo serio. ¿No se lo preguntan? ¿De verdad nos representan? ¿No creen que en Madrid ya va siendo hora de ponernos a gobernar… en serio?
EL GRIS ES UN COLOR ANTIPÁTICO (DANIEL VIONDI)
Pareciera que hubieran pasado lustros, tras tantos acontecimientos posteriores, pero no fue hace tanto tiempo cuando se instaló la queja diaria desde artículos, tribunas y tertulias de los males inherentes que supuestamente habían acarreado el antiguo bipartidismo. Había que erradicarnos, asemejarnos a la decadencia y sacar del supuesto error a los que nos votaban.
El bipartidismo nunca fue un mundo ideal pues existieron fallos de bulto, no estoy entre quienes lo sacralizan, ni tampoco quienes lo denostan pues se producía porque los españoles y españolas así lo votaban. Había otras opciones, pero las rechazaban mayoritariamente. Una obviedad tan constitucional que al defenderla te acorralaban. Nunca me dejará de sorprender que tengamos tan arraigada en este país esa tentación de renegar repentinamente de todo.
Hubo una espiral reivindicativa para la llegada de nuevos actores políticos que propicio una ingente cantidad de espacio mediático para que crecieran, se desarrollaran y multiplicaran. Se les recibió con algarabía en 2015 cuando varias formaciones llegaron a las instituciones, se les llegó a clasificar bajo el concepto de la nueva política y fueron tratados como auténticas estrellas del pop. Ya no éramos todos iguales. Estábamos los viejos y aburridos partidos de siempre, frente a los modernos y simpáticos partidos que habían irrumpido en escena. El multipartidismo debía ser santificado.
Fue tal el fervor con la nueva política que se acuñaron distintas exageraciones sobre el presente y futuro de la izquierda. En realidad, eran la expresión de sus deseos: pronosticaron que el PSOE acabaría como el PASOK griego, devorado por la incipiente nueva política. Tampoco ayudaban quienes desde dentro y fuera de los ámbitos de decisión trataban de defender un bipartidismo al que los ciudadanos ya habían decidido asestar un golpe tan fuerte que lo dejó en coma inducido.
Nuestra travesía interna transcurrió con sufrimiento y desgarro donde al final se impuso una mirada distinta y moderna. Toca decirlo para nunca olvidarlo, quienes mutan en la desmemoria suelen navegar en todos los mares, fue fundamental el regreso de Pedro Sánchez a la secretaria general del PSOE para tener un partido que volvía a parecerse a España.
El bipartidismo tiene difícil regreso, el multipartidismo ha sido ciertamente compensado por un lado y ampliado por otro. Es nuestra obligación gestionar la voluntad de los ciudadanos expresada a través del voto. Si la ciudadanía hace plural y diversa la representación parlamentaria, a nosotros nos toca entenderla, gestionarla y hacerla viable el tiempo que dure.
Otra cuestión, consustancial en cada partido, es trabajar para obtener más apoyos en cada convocatoria electoral para tener mayor fuerza y, naturalmente, intentar gobernar con la menor dependencia posible para desarrollar su propio proyecto político.
El PSOE es quien ha comprendido estos cambios sociopolíticos, adaptándose a una nueva época y quien lo visualiza con su acción diaria. Me gusta, especialmente, que sea el presidente del Gobierno quien más hace pedagogía sobre la gobernabilidad del país, explicando con sencillez los efectos positivos y negativos de una realidad parlamentaria que han decidido los españoles en las urnas.
“La actual gobernabilidad requiere de consensos dispares”
La actual gobernabilidad requiere de consensos dispares, a veces eclécticos, y te obliga aplazar cuestiones fundamentales para cada organización política, y más en profundidad, de los partidos que conforman el Gobierno que suscribimos un acuerdo donde establecíamos los compromisos adquiridos.
Supone otra obviedad constitucional reiterar que tenemos un Gobierno legítimo de coalición que dispone de una gobernabilidad compleja pero posible como vemos en el Congreso. Las derechas de la oposición se autoproclaman constitucionalista, pero no reconocen la legitimidad constitucional de algunos diputados y diputadas, enfatizan sus críticas al llamar ilegitimo al Ejecutivo, dejan reposar la gobernabilidad del país en todos los demás grupos y renuncian a ser trascendentes en cuestiones vitales del país.
“Muchos se lamentan de que la gobernabilidad resida en 10 grupos parlamentarios”
Seis años después, muchos de aquellos que martillearon insistentemente por el fin del bipartidismo se lamentan con crudeza de que la gobernabilidad resida en 10 grupos parlamentarios y 23 formaciones políticas distintas sentadas en la Carrera de San Jerónimo.
Querían pluralidad, pero ahora reclaman uniformidad. Exigen un Gobierno monolítico, sin fisuras ni discrepancia alguna y una invencible gobernabilidad en un parlamento tan multipartidista. A la par invocan al diálogo y consenso entre las formaciones políticas. Sin embargo, acribillan a quien se mueve un milímetro para obtenerlo.
La queja es la polarización, pero el protagonismo recae sobre quien lanza desde la bancada de la derecha el exabrupto más ordinario. Siempre pasando del blanco al negro sin parar en el gris, ese color tan antipático para ellos.
En este país, copan espacios a quienes les resulta más sencillo subirse al ring de boxeo y más cómodo correr detrás del último profeta doctrinario, que hacer pedagogía del entendimiento con el ajeno. Persisten en atávicas prácticas, aun cuando la ciudadanía ya las rechaza mayoritariamente, es un profundo error que no ayuda en nada ni a la democracia ni a la convivencia.
Artículo publicado e el Huffpost. Autor: Daniel Viondi
Ponemos la primera piedra de la Casa del Pueblo del siglo XXI (mariano moreno)
141 años después de la fundación de nuestro partido, es preciso recordar el camino que hemos recorrido hasta alcanzar nuestra gran vertebración territorial. Contamos con más de 3.800 agrupaciones, de las cuales tienen sede física más de 1.200 en todo el país, convirtiéndonos en el partido político español que dispone de mayor patrimonio y un nivel de implantación que pocas empresas u organizaciones pueden presumir.
Las Casas del Pueblo eran el lugar de encuentro donde los y las primeras socialistas estrechaban fuertes lazos, lo que generaba un sentimiento de identidad que los hermanaba hasta considerarse una gran familia. Albergaban las sedes administrativas de nuestra organización y en las mismas se llevaba a cabo una importante tarea cultural, recreativa y asistencial. Además, servían de verdaderas escuelas para las clases trabajadoras de la época. En definitiva, suplían para la clase trabajadora todos los servicios a los que no podían acceder debido a la desigualdad.
Para hacernos una idea de la magnitud que tenían, basta recordar la Casa del Pueblo de Madrid, inaugurada el 28 de noviembre de 1908. Inmediatamente se convirtió en un referente para la clase obrera de la época. Situada en la calle Piamonte número de 2 de la capital, en el Palacio de los Duques de Béjar, el inmueble costó 315.000 pesetas. A tan importante cantidad hubo que añadir otras 70.000 para su acondicionamiento, 100.000 para la adquisición del necesario mobiliario e infraestructuras, y otras 125.000 para construir en su jardín trasero un gran salón de actos.
Para sufragar los costes, las distintas sociedades obreras madrileñas contribuyeron al pago de acuerdo con sus posibilidades económicas. Las 110 entidades domiciliadas y los 28.000 asociados merecían el importante esfuerzo realizado, pues el simbolismo que ofrecía la adquisición de un palacio, hasta entonces perteneciente a una de las familias más destacadas de la nobleza del “antiguo régimen”, era para éstos impagable.
Se organizó un gran programa de actos dividido en tres días: 28, 29 y 30 de noviembre. El “día más feliz” de Pablo Iglesias, según las propias palabras de nuestro fundador. Se volcaron todos los líderes representantes de las sociedades adheridas a la nueva entidad y las numerosas organizaciones socialistas de toda España. También acudieron representantes del socialismo internacional, que fueron invitados expresamente. Todos los actos fueron seguidos multitudinariamente por los trabajadores, demostrando el éxito de la convocatoria. Hubieran sido más numerosos si la capacidad de los locales lo hubiera permitido. El día 29 se celebró una popular y concurrida manifestación en la que se trasladaron solemnemente las banderas y estandartes de las organizaciones obreras desde el antiguo local de la calle Relatores hasta la nueva sede en Piamonte.
El día 30 cerró el intenso programa de actos con un masivo mitin nocturno en el Frontón Central –puesto que aún carecía el edificio de un gran salón de actos–, siendo entonada La Internacional por parte del Orfeón Socialista. Aquel edificio recién estrenado fue un verdadero orgullo de los obreros españoles durante algunos años.
Esta gran Casa del Pueblo de Madrid, Montijo en Badajoz, Alcira en Alicante, La Arboleda en Bizkaia y muchas otras diseminadas por todo el territorio nacional fueron el inicio de lo que somos hoy. Este gran esfuerzo colectivo de los que nos precedieron es la base del PSOE actual.
Por este motivo, reconociendo su inmenso trabajo y con el mismo sentimiento de orgullo, no podemos quedarnos de brazos cruzados. Su supervivencia depende en gran parte de su adaptación a las necesidades del siglo XXI, con el agravante de la revolución digital y ecológica en el que estamos todos y todas inmersos. El Plan Luz Verde, recientemente puesto en marcha por la CEF-PSOE, es nuestra respuesta. Dentro de los grandes ejes de acción del plan (con la reducción de la huella de carbono, la creación de una militancia a la vanguardia medioambiental y la transformación digital de la organización como objetivos claves) se encuentra crear la Casa del Pueblo del s. XXI.
Aunque su uso sea distinto, su modelo sigue vigente, pero tenemos que conseguir adaptar nuestras agrupaciones y sus sedes. Deben avanzar junto a las comunidades de su entorno. Tienen que ser más sostenibles, abiertas y participativas. Sobrevivir pasa necesariamente por ser más verdes.
Con un proceso participativo y abierto a toda la ciudadanía pretendemos continuar a la vanguardia de los espacios polivalentes y útiles a la sociedad. Ya hemos comenzado. En estos momentos se encuentra abierta una gran encuesta (https://psoesostenible.es/encuesta ) en la que pretendemos recoger la opinión de la militancia, pero también de toda la ciudadanía que quiera mostrar su opinión. La Casa del Pueblo del futuro estará abierta a todos y todas.
Anteriormente hemos realizado una evaluación previa que nos permitirá mejorar la gestión de los recursos de nuestras Casas del Pueblo. Estamos impulsando el debate sobre cómo deben de ser con un objetivo: crear en el 68 de la c/ Ferraz de Madrid un modelo de Casa del Pueblo. Asimismo, gracias al futuro libro blanco que prepararemos, este modelo será replicable por nuestras agrupaciones.
Este gran esfuerzo colectivo hará que las Casas del Pueblo lleguen aún más lejos, continuando la labor de esos primeros compañeros y compañeras que en el pasado festejaban disponer de un espacio propio.
En el PSOE, como partido coherente y transformador, tenemos la obligación de seguir estando a la vanguardia porque las Casas del Pueblo no son algo del pasado, son algo del presente y tienen mucho futuro. Entre todos y todas demostraremos que otra forma de ser y hacer es posible.
Tenemos un plan: poner la primera piedra de la Casa del Pueblo del s. XXI. Se lo debemos a todos y todas las socialistas que pusieron las primeras piedras de las primeras Casas del Pueblo, en la calle Piamonte, en Montijo, Alcira, Arboleda y tantos y tantos pueblos de España.
Que sus esfuerzos, que esas primeras piedras, no sean devorados por los cambios imparables del siglo XXI.
MADRID CUELGA EL CARTEL DE SE VENDE (MERCEDES GONZÁLEZ)
El pasado mes de diciembre, el Ayuntamiento de Madrid colgó el cartel de SE VENDE sobre el patrimonio público de suelo de nuestra ciudad, incluyendo su venta en los Presupuestos del Área de Desarrollo Urbano para 2021.
Estos, que fueron aprobados con los votos de PP, Cs y Vox, prevén vender 65 parcelas municipales: 27 destinadas a viviendas colectivas y 38 a unifamiliares.
En el caso de las 27 parcelas de viviendas colectivas hay 10 con una edificabilidad superior a los 1.000 m2, por las que se prevén obtener unos ingresos de 15.168.213,09 euros, con una superficie total de 5.756,53 m2, y una edificabilidad de 19.160,46 m2, valoradas en 30.336.426,18 euros, sobre las que se podrían construir 238 viviendas, en los distritos de Arganzuela, Hortaleza, Moncloa-Aravaca, Carabanchel, Puente de Vallecas y Villaverde.
Por otro lado, también en la venta de suelo de vivienda colectiva hay otras 17 parcelas municipales, con una edificabilidad inferior a los 1.000 m2, previendo unos ingresos de 6.052.790,34 euros, con una superficie total de 3.378,07 m2 y una edificabilidad de 8.724,84 m2, valoradas en 12.105.580,69 euros, sobre las que se podrían construir 100 viviendas en los distritos de Arganzuela, Tetuán, Carabanchel, Ciudad Lineal, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas.
Tanta es la urgencia por vender el suelo de todos, que sin haberse cumplido un mes desde la aprobación del Presupuesto, el pasado 14 de enero, el Ayuntamiento sacó a concurso la venta de estas últimas parcelas. Y aún nos quedan por ver las 38 parcelas de viviendas unifamiliares que pretenden vender por un importe de 12.738.695,19 euros, con una superficie de 32.752,59 m2, una edificabilidad de 24.731,55 m2 y un valor total de 25.477.390,38 euros en los distritos de Fuencarral, Moncloa-Aravaca, Hortaleza, Vallecas Villa, Vicálvaro, San Blas y Barajas.
Una vez más, la derecha, en este caso las dos derechas con el apoyo de la ultraderecha, cuelgan el cartel de SE VENDE sobre suelo público y una vez más, atacan la vivienda pública, ya que son parcelas destinadas a uso residencial, en un momento en el que la EMVS tiene registradas a 26.000 familias que claman por acceder a una vivienda digna, o cuando el porcentaje de jóvenes de entre 16 y 34 años no emancipado ha aumentado del 58,1% al 65,1%, en la última década.
En este contexto, sacan a la venta suelo sobre el que se podría construir 338 viviendas a través de la EMVS. Todo ello, sin motivación económica alguna, ya que el Ayuntamiento goza de buena salud financiera con unos remanentes de tesorería superiores a los 700 millones de euros.
El patrimonio público de suelo supone no solo una reserva de suelo, sino de recursos económicos muy importantes en manos de los ayuntamientos, con los que estos deben incidir en la realización de una política de vivienda que garantice el derecho al acceso de todos los madrileños a una vivienda digna. Por tanto, debe ser utilizado adecuadamente, como lo que es: un instrumento útil para acercar a los ciudadanos, básicamente a los más desfavorecidos, a un bien como la vivienda.
En los actuales momentos, el Patrimonio Público de Suelo debe ser un instrumento útil para la realización de una política de vivienda, que garantice el derecho de todos a una vivienda digna, tal y como mandata a los poderes públicos la Constitución. Eso, y no otra cosa, es su cometido en los actuales momentos de crisis económica y social como consecuencia de la pandemia.
Así, carece de sentido vender patrimonio público de suelo del Ayuntamiento, de todos los madrileños, sobre las que se podrían construir más de 300 viviendas protegidas por la EMVS.
El PP, esta vez con Cs al volante, repite el modelo Botella: vendieron 1.800 viviendas de todos los madrileños en las que vivían personas desfavorecidas de nuestra ciudad, amparándose en la crisis. Y ahora, sin crisis, y con la caja bien repleta, no venden vivienda (porque está ya prohibido en los estatutos de la EMVS desde el mandato pasado) pero venden el suelo sobre el que se debe construir esta.
Y todo parte de una premisa: su ideología. No consideran el suelo como un bien limitado sobre el que se desarrolla un derecho, sino que lo ven como el Tío Gilito: un nicho de negocio de los promotores privados.
eliminación de copagos, avance en equidad (luisa carcedo)
Con frecuencia tendemos a considerar que aseguramos la equidad cuando simplemente facilitamos el acceso al Sistema sanitario, sin tener presentes las condiciones económicas, sociales y del entorno en el que viven y se relacionan las personas. En definitiva, los condicionantes sociales y ambientales.
La experiencia vivida en esta pandemia nos ha demostrado la importancia de las condiciones sociales y económicas en los diferentes barrios, incluso dentro de la misma ciudad. La facilidad de transmisión del contagio está estrechamente relacionada con la densidad de población, las condiciones de habitabilidad de las viviendas, las instalaciones laborales, etc. La confluencia de condicionantes sociales en la expansión del virus merece que se califique de sindemia a la COVID.
Los condicionantes sociales y ambientales marcan las grandes desigualdades en salud y la esperanza de vida. Se dice que depende más del código postal que del código genético, aunque en España la brecha en esperanza de vida por niveles sociales es menor que en otros países europeos. Lograr la equidad en salud requiere de un enfoque integral, por lo que potenciar la salud comunitaria es la herramienta más útil.
Centrándonos solo en el propio sistema sanitario, si nos comparamos con los Sistemas de los países de nuestro entorno, podemos asegurar que nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS) es quizás de los más accesibles del mundo, si por tal acceso consideramos el rechazo a la atención sanitaria por razones económicas. Ocupamos, junto con Holanda, el primer lugar de los países UE para la población general, sin apenas diferencia por niveles de renta. Solo el 0,1% de la población refiere dificultades de acceso. Podemos concluir que el derecho de acceso universal, la estructura orientada a la cohesión social y territorial ha tenido un resultado excelente en la accesibilidad para toda la ciudadanía.
Pero sin salirnos del propio SNS, afloran las inequidades en dos aspectos fundamentales: los copagos en medicamentos y la insuficiencia de la atención a la salud bucodental en la Cartera de Servicios Comunes el SNS. De media, un 4% de la población refiere dificultades de acceso a la salud bucodental y en los segmentos de menos renta (quintil más bajo) se eleva al 10%.
Precisamente las aportaciones de los ciudadanos a la salud bucodental es una parte sustancial del conjunto del llamado dinero de bolsillo. En España, entre el 2009 y 2017 se elevó en 4 puntos (del 20 al 24%) del total del gasto sanitario. Esta cifra se sitúa muy por encima de la media de la UE, que supone el 15,8%.
El incremento de los copagos establecidos en el RD 16/2012 supuso la incorporación de los pensionistas al copago de medicamentos, con una aportación en su conjunto superior a 500 millones de euros. El incremento de la pobreza de las familias con hijos agudizó el problema de acceso a los medicamentos de este colectivo. Esta situación llevó a muchas personas a no poder retirar los medicamentos prescritos por razones económicas (un 3%, en torno a 1,4 millones de personas, según el último barómetro sanitario).
Por tanto, de las tres políticas descritas que influyen en las desigualdades en salud, la que tiene un efecto más inmediato es la relacionada con los copagos de los medicamentos. Por esa razón, en los PGE 2021, ya se incorpora la eliminación de copagos en los colectivos de menos renta: pensionistas con pensiones mínimas (menores d 11.200 € anuales, las familias perceptoras del Ingreso Mínimo Vital o las perceptoras de la prestación por hijo a cargo y los menores con discapacidad superior al 33%, cuya aportación era la correspondiente a sus padres).
Más de 6 millones de personas quedaron exentas de copago desde este 1 de enero. Más de 3,5 millones de pensionistas de rentas bajas dejarán de abonar copagos, un colectivo con mayores necesidades de tratamientos crónicos por mayor prevalencia de enfermedades crónicas y pluripatologías.
Las familias de rentas bajas y con hijos a cargo, más de 2,3 millones de personas, es el colectivo con mayores necesidades. La supresión de los copagos, junto al Ingreso Mínimo Vital, son medidas de gran impacto para combatir las desigualdades y la pobreza.
La progresiva implantación del Plan de Salud Bucodental, incrementando las prestaciones en la Cartera de Servicios Comunes del SNS con una dotación en los PGE 2021, supone otra medida contra las desigualdades en Salud de gran alcance.
Finalmente hay que destacar la dotación de 1000 Millones para la Implementación del Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria, orientada al desarrollo de la salud comunitaria, necesaria para abordar los determinantes sociales y ambientales de la salud.
Como mandata el artículo 3 de la Ley General de Sanidad el acceso a las prestaciones sanitarias se realizará en condiciones de igualdad efectiva y las políticas de salud estarán orientadas a la superación de los desequilibrios sociales y territoriales. En estos PGE se da un paso importante en esa dirección.
Artículo escrito por Luisa Carcedo. Portavoz de Sanidad en el Grupo Socialista del Congreso de los Diputados y ex Ministra de Sanidad.
Artículo publicado en eldiario.es
UNA AGENDA MULTILATERAL PARA LA RECUPERACIÓN (PEDRO SÁNCHEZ)
Mañana conmemoramos el 60 aniversario de la firma del convenio por el que se creó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La OCDE sucedió a la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE), creada en 1948 para administrar la ayuda estadounidense y canadiense en el marco del Plan Marshall de reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, sobre la base de los principios de solidaridad, ambición y cooperación internacional. Ahora, tal vez más que en cualquier otro momento en los últimos sesenta años, el mundo necesita, una vez más, inspirarse en esos valores, ya que se enfrenta a la peor crisis sanitaria, económica y social desde la Segunda Guerra Mundial.
La vocación de la OCDE siempre ha sido lograr un mayor bienestar para sus miembros y socios en todo el mundo, asesorando a los Gobiernos sobre cómo llevar a la práctica políticas que apoyen un crecimiento resiliente, inclusivo y sostenible. La OCDE ha promovido reformas estructurales y soluciones multilaterales a los desafíos mundiales realizando análisis de políticas basados en datos empíricos y proponiendo recomendaciones, normas y redes de trabajo en colaboración cada vez más estrecha con otros foros multilaterales, como las Naciones Unidas, el G7 y el G20. Algunos ejemplos de la influencia de la OCDE son el principio de “el que contamina paga”, desarrollado en la década de 1970, las evaluaciones de los estudiantes en el marco de PISA o los esfuerzos en curso para promover la transparencia fiscal y aprovechar el potencial de una Inteligencia Artificial centrada en las personas.
La covid-19 no ha dejado ningún país ni región intactos. A medida que seguimos luchando contra el virus y preparándonos para la recuperación, nuestros esfuerzos deben complementarse con una respuesta igualmente decisiva y ambiciosa en el ámbito de la cooperación internacional. Esta crisis debe ser una oportunidad, un punto de inflexión, para un multilateralismo reforzado y más eficaz. Tenemos que trabajar juntos y desarrollar soluciones globales eficaces para los desafíos mundiales actuales: la recuperación tras la covid-19, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, las crecientes desigualdades y la concentración de riqueza, la digitalización o el futuro del trabajo.
Este ha sido el mensaje principal de la Conferencia Ministerial de la OCDE que España presidió este año. Por primera vez en cuatro años, los miembros de la OCDE pudieron dejar de lado sus diferencias y acordaron una declaración que reflejaba su visión colectiva de una recuperación fuerte, resiliente, inclusiva y ecológica tras la covid-19. Este es un mensaje de una enorme fuerza: en un momento de gran necesidad, la OCDE y sus miembros están respondiendo al desafío con una sola voz.
Ahora es el momento de poner esta visión en movimiento, de convertir las palabras en hechos. Para ello, nuestros esfuerzos colectivos deben centrarse en tres áreas clave.
La primera prioridad para la recuperación debe ser contener y erradicar el virus. El equilibrio entre vidas y medios de vida es un falso dilema. El inminente despliegue de vacunas eficaces es una excelente noticia. Pero para ser eficaces, para vencer la pandemia, las vacunas y los tratamientos deben producirse a escala, distribuirse equitativamente en todo el mundo y ser asequibles para todos. Garantizar que todas las personas puedan ser inmunizadas a la vez es un imperativo humanitario y una condición previa para garantizar la salud y la prosperidad. Si la enfermedad sigue desarrollándose en algún lugar, seguirá siendo una amenaza en todo lugar. Tener sistemas de salud fuertes, resilientes e inclusivos es otra de las lecciones de esta crisis que debemos incorporar a nuestras prioridades, pero también como un pilar fundamental de nuestros programas de cooperación al desarrollo. Tenemos que apoyar a los países más vulnerables, que no disponen de los medios financieros para responder a la pandemia y que carecen de sistemas sólidos de protección social para amortiguar los efectos de esta sobre sus poblaciones.
La segunda prioridad es crear las condiciones para una recuperación de base amplia. Tenemos que trabajar juntos y desarrollar enfoques comunes para restablecer la movilidad internacional lo antes posible. También debemos preservar los beneficios del comercio libre, justo e inclusivo como motor del crecimiento y la prosperidad, al tiempo que fortalecemos la resiliencia de las cadenas de valor mundiales y las condiciones equitativas. El mundo post-covid-19 va a ser más digital, y se requiere cooperación internacional para abordar las cuestiones de las capacidades, la privacidad, la seguridad y la competencia. Otro objetivo fundamental será alcanzar, a mediados de 2021 y siguiendo la iniciativa de la OCDE, una solución global y consensuada a los desafíos fiscales derivados de la creciente digitalización de la economía mundial.
La tercera prioridad es apoyar una recuperación transformadora y desarrollar una nueva narrativa sobre el crecimiento económico. Los planes nacionales de recuperación y resiliencia constituyen oportunidades únicas no sólo para poner en marcha nuestras economías, sino también para emprender acciones audaces y transformadoras para hacerlas más igualitarias, cohesionadoras y ambientalmente racionales, en consonancia con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La crisis de la covid-19 ha aumentado las desigualdades, al tiempo que nos siguen acechando el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otras emergencias ambientales. El análisis de la OCDE muestra que una acción climática ambiciosa para descarbonizar nuestras economías puede ser una fuente de crecimiento, ingresos y empleo. La COP26 en Glasgow y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, que se celebrarán en 2021, pondrán a prueba nuestra determinación colectiva. Nuestra única e importantísima responsabilidad intergeneracional es proteger el planeta. Asimismo, esta reconciliación requiere fomentar un modelo de crecimiento económico y de productividad basado en salarios justos, condiciones de trabajo decentes y un diálogo social mejorado.
Durante la última década, la OCDE ha sido una voz líder en la promoción de una visión del crecimiento económico que combina inclusión y sostenibilidad ambiental. Partiendo de una base sólida de evidencias y datos, necesitamos trabajar juntos para desarrollar aún más esta narrativa, midiendo los resultados más allá del PIB y promoviendo un consenso en torno a un nuevo marco económico que reconcilie personas, prosperidad y planeta.
Vivimos tiempos extraordinarios. Los desafíos que se avecinan son demasiado importantes para que cualquier país los aborde en solitario. Sólo a través de la acción colectiva podremos afrontarlos y “reconstruir mejor” economías y sociedades más resilientes, más inclusivas y más ecológicas. Con una visión a largo plazo, una fuerte ambición y un profundo sentido de la responsabilidad, celebramos este 60 Aniversario de la OCDE inspirados por su historia y por sus logros. Seguiremos trabajando juntos para desarrollar políticas que mejoren la vida de las generaciones por venir.
Pedro Sánchez es presidente del Gobierno de España y Angel Gurría es secretario general de la OCDE.
(Artículo extraído de www.elpais.es)
EL PSOE DE LOS MAYORES, DE AHORA Y DE SIEMPRE (RAFAEL SIMANCAS)
Artículo extraído de www.nuevatribuna.es